martes 4 de junio de 2019
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La producción de miel pura y la conservación de las abejas, el arduo trabajo de “Mieles del Campo” en Tarija
sábado, 25 mayo 2019 - 11:12 AM - Ana Paola Gutierrez
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En los últimos años, han surgido asociaciones que trabajan en favor de la crianza y conservación de las abejas, en este sentido, La Voz de Tarija realiza una visita al apiario de la asociación “Mieles del Campo”, donde evidencia el proceso de cosecha de miel que los apicultores realizan para poder obtener la miel y sus diferentes derivados, tales como la jalea real, el propolio, el polen y la cera.
En todo el mundo es indispensable que los pequeños productores implementen la apicultura para que puedan ayudar a la sociedad a fortalecer su sistema de vida y desarrollo, además de asegurar la continuidad de la diversidad biológica para generar ingresos y mejorar la sostenibilidad.
La apicultura es una actividad importante que se dedica a la crianza y cuidado de abejas para poder aprovechar los productos que se obtienen a partir de ella, sin embargo, esta es una actividad que tiende a ser olvidada.
“Las abejas son insectos que aportan mucho al medio ambiente, puesto que en el mundo existen especies y plantas que no pueden subsistir si no es con la polinización cruzada que las abejas realizan, cada una de sus acciones suele ser muy beneficiosa para el desarrollo agrícola y el mantenimiento del ecosistema, por lo cual, como asociación, consideramos que es de vital importancia la preservación y la crianza de estos insectos”, manifiesta el miembro de la asociación “Mieles del Campo”, Wilson Caba.
Asimismo, el vicepresidente de la asociación “Mieles del Campo”, Erick Mendieta, informa a la Voz de Tarija que su asociación cuenta con alrededor de veinte integrantes que se dedican a la producción de miel, de los cuales ocho, cuentan con su propio campo apícola.
Producción de miel
Caba, indica que la producción aproximada de un criadero promedio de abejas es de veinte a treinta kilos de miel, pero que existen criaderos que pueden llegar a producir más de cien kilos, esto dependiendo de la floración del lugar y de la cantidad de abejas existentes.
Así también, señala que el apiario de su asociación cuenta, por el momento, con cuarenta colmenas de abejas, las cuales brindan una producción que llega hasta los dos mil kilos en época de primavera, sin embargo, la producción varía dependiendo de diferentes factores, tales como el clima y el ambiente.
La especie de abejas que cría la asociación “Mieles del Campo” es una variedad africanizada, la cual es la más común en varios países de Latinoamérica, a excepción de Argentina y Chile donde se trabaja con otras razas como las abejas italianas, ha indicado el vicepresidente de la asociación.
La abeja melífera es la responsable de producir la miel a base del néctar de las flores que ella misma extrae. La extracción y la cosecha de la miel se realizan en una o dos etapas, según la producción del año o la existencia de material para reposición.
En el trascurso de la visita al apiario se ha podido observar todo el proceso desde primera instancia. Los apicultores deben vestir con ropas adecuadas y contar toda la indumentaria conveniente, además de llevar consigo un ahumador apícola con el objetivo de adormecer momentáneamente a las abejas mientras extraen los panales, mismos que son colocados posteriormente en pequeños cajones apícolas.
Una vez realizado ese primer paso, se procede al traslado de los cajones apícolas hasta una habitación preparada para desopercular la miel de los panales. La desoperculación o – acción de romper superficialmente las celdillas de cera del panal para permitir el paso de la miel– se realiza utilizando un peine llamado desoperculador.
Posteriormente, se coloca el panal que está adherido a un cuadro de madera para trabajarlo dentro de una maquinaria simple que permite extraer totalmente la miel del panal. La miel cosechada debe ser colada, para lo cual se recurre a dos filtros, estos se colocan encima de un recipiente limpio para filtrar la miel que caerá a través del ojal de la máquina.
Con todo ello se obtiene un producto natural, higiénico libre de aditivos o cuerpos extraños. Finalizado el trabajo de cosecha y extracción, todos los utensilios utilizados deben ser desinfectados.
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