Las ventas al exterior durante el año pasado fueron las peores de la década. Preocupación entre los productores.
Durante el año pasado, las exportaciones de miel uruguaya cayeron un 45 % respecto a 2017 y acumulan un 69 % si tenemos en consideración los últimos cuatro años, por lo cual el panorama es cuanto menos preocupante, y se mantiene en sintonía con lo que ocurre con nuestro país.  Mientras que el valor total exportado a nivel mundial en el sector ascendió a U$S 2.240 millones, siendo el principal exportador China con el 12 % de las colocaciones totales. Uruguay cayó del puesto 17 que ocupó en 2015 en el ranking de las exportaciones mundiales, al 30 que ocupó precisamente durante el año pasado.
Consultoras del vecino país afirmaron que las exportaciones de miel han tenido una importante caída. “A modo de referencia, las exportaciones de miel uruguaya habían alcanzado en el año 2015 a los U$S 40 millones, sin embargo durante el año 2018 solo se lograron colocar algo más de U$S 14 millones lo que implicó una caída del 69 % en el período. Y si lo comparamos con el año 2017 la caída es de 45 %”, afirmaron.
Los números muestran que se trata de una actividad que no se encuentra en su mejor momento. Se trata de un rubro que depende de la posibilidad de colocar el producto en los mercados internacionales. Es un sector que se encuentra por un lado sujeto a cada vez más estrictos controles sanitarios y a la vez a presión de precios y competencia internacional.
Más exportaciones, pero a menor precio
Durante los primeros cinco meses del año, se exporto un 68 % más (3.233.772 kilos), pero el precio promedio es un 23 % inferior (U$S 2.24 por kg) en relación a 2018.
Se nota un ritmo mucho más acelerado en las exportaciones. Eso se debe a una estabilización en los precios internacionales, pero también a la actitud de los productores. En ese aspecto, la dificultad de venta del año pasado, las pocas perspectivas de una mejora del mercado a corto plazo y la necesidad de dinero son las causantes.
El mercado internacional sigue aletargado a pesar de la reducción del stock de Ucrania (menos de 10.000 toneladas) y a pesar del mal comienzo de la temporada europea y norteamericana.
En Estados Unidos aparecen importaciones de miel de China tanto en 2018 como en 2019, lo cual llama la atención debido a los altos aranceles que deberían pagar los importadores. Ninguno de los principales importadores ha sabido dar una respuesta a este hecho que no deja de ser importante ya que se está hablando de 14.000 toneladas en 2018 y otro tanto en lo que va de este año.
También llama la atención porque supuestamente la guerra comercial entre Estados Unidos y China debería desestimular este tipo de operaciones.
Del lado del Hemisferio Sur se observa, explican los especialistas uruguayos, que Argentina está firme en sus ofertas ya que el precio que pagan los exportadores a los apicultores está por encima de la realidad del mercado. Brasil sigue con dificultades para colocar su miel orgánica, y Chile va quedando con poco volumen debido a la mala cosecha. “En Uruguay estimamos una cosecha de 6.000 toneladas (aproximadamente) debido a malos rendimientos y a la disminución de la trashumancia”, agregan.
Los productores tienen la sensación de que las exportaciones son lentas. Esto se debe al cambio de procedimientos de los exportadores que intentan tener un stock bajo para reducir los riesgos que los ha perjudicado en los últimos dos años. Primero se analiza, luego se vende y recién después se levanta la miel para exportarla.
Hay un cambio importante también en los destinos ya que Alemania y Austria sumadas representan el 32,5 % de las exportaciones en estos 5 meses. Son dos destinos exigentes en lo que refiere a calidad. España y Estados Unidos han bajado un poco en relación al año anterior.
Evolución de las exportaciones





Tal como puede observarse en el cuadro, los años donde se dio la mayor exportación de mieles uruguayas fue en 2007 y 2011, donde se mandaron al exterior más de 14 mil toneladas, y ya a partir del 2016 se puede observar una tendencia hacia abajo, con números que ni siquiera alcanzan las 10 mil toneladas.