Nuestra redacción dialogó con cooperativas  y asociaciones sureñas para tener un acercamiento con la realidad que viven en dichas latitudes de nuestro país.
Nuestro medio estuvo recorriendo hace unas semanas atrás la Patagonia Argentina, y para conocer más sobre la actividad en aquella región dialogó con entidades apícolas, las cuales se presentan de manera periodística a continuación.
Cooperativa de Apicultores del Comahue: Esta entidad que tiene cinco años de existencia y actualmente reúne a 18 socios activos es la conjunción de una asociación que actualmente funcionaba en Cipoletti y una agrupación que funcionaba en Fernández Oro. “La idea en un principio era construir una sala de extracción en cada una de estas localidades, pero finalmente decidimos juntarnos y trabajar de manera conjunta en Fernández Oro”, señaló a nuestro medio Manuel Muñoz, uno de los integrantes.
Vale destacar que la sala de extracción es comunitaria, y que el no socio tiene un recargo del 2% en cuanto al arancel por el servicio. Vale mencionar que la sala se encuentra habilitada por SENASA, como así también la de fraccionado, un dato no menor por si en algún momento optan por la opción de exportar.
En cuanto al funcionamiento de manera conjunta, Muñoz resaltó a nuestro medio que realizan compras de manera conjunta, logrando conseguir algunos descuentos, y agregó que cuando van a las exposiciones compran en cantidad precisamente para el beneficio de todos los asociados a la entidad. “La idea siempre está presente, pero consideramos que debemos realizarla sin intermediarios”, afirmó Muñoz, quien además agregó “Vino un embajador de Guinea Ecuatorial a Cipoletti, y allí nos presentaron la posibilidad de hacer una venta directa. El tema es que cuando vinieron el año pasado no teníamos la producción porque no estábamos en cosecha todavía”.



Cooperativa Apícola Patagonia Andina: En la localidad de Neuquén funciona esta entidad que tiene más de 15 años de vida y que agrupa a quince apicultores de varias localidades, cuyo objetivo principal es replicar en toda la provincia el protocolo de producción.
Para cerrar con la charla, Muñoz explicó que durante el 2018 la entidad en conjunto con el INTA realizó un curso anual con el objetivo de formar nuevos apicultores que en el futuro puedan sumarse a la cooperativa.
Nuestra redacción dialogó con Mario Bravo, quien destacó que aprovechando el turismo trabajan en diferentes productos, como blister de 30 gramos de miel para la hotelería, barras de cereal o directamente la producción de hidromieles. “Realmente es un tema de necesidad, porque la rentabilidad de la colmena año a año viene cayendo y estamos buscando sostener la actividad básicamente con el agregado de valor. No vendemos miel a granel, tenemos un sistema de comercialización de espiral, que se duplica o triplica durante la época del turismo”, profundizó. “Este año incorporamos la producción de material vivo, creamos un nodo en San Martín de los Andes con una cabaña de esta región de la cual somos clientes hace ya bastante tiempo”, prosiguió.
Es importante resaltar que esta entidad cuenta con un negocio donde vende todo este tipo de productos. El mismo surgió hace un tiempo atrás tras la erupción del volcán que frenó el movimiento comercial de los frascos en góndola, y además comenzó a tener buenas ventas debido a que en esta zona del país se presta mucha atención a lo que se consume.



Los apicultores de Chubut  después de mucho trabajo, han conformado, en noviembre pasado, el Consejo apícola Provincial (CAP) y se eligieron 2 apicultores para que participen del Consejo Técnico Asesor Apícola. Hay que remarcar que los apicultores participan de asociaciones, no hay cooperativas y la mayoría pertenecen a la Agricultura Familiar.
Están empezando a trabajar a nivel municipio, tratando que declaren de interés municipal la actividad y de esa manera empezar a discutir el uso de agroquímicos. El objetivo es generar una base participativa, representativa y de construcción para poder ejercer influencia desde el sector, lograr solidez para impedir políticas establecidas por un modelo que nada tiene que ver con la realidad que vivimos en el territorio.  Hay que dejar de ver la producción apícola separada de la frutícola y de la soberanía alimentaria; trabajar en forma conjunta y exigir que fiscalicen, se cumplan las leyes que hay y se modifiquen o establezcan las que sea necesario, expresaron los productores.
También están trabajando para lograr el sello de denominación de origen y para difundir la actividad a nivel local utilizando para ello los medios de comunicación locales.
Semana de la miel
Para finalizar, debemos mencionar que con motivo de la semana de la miel las distintas entidades apícolas del sur del país llevaron adelante charlas como así también degustaciones, tratando de esta manera de fomentar la actividad en una zona donde indudablemente las condiciones son sumamente interesantes y donde todavía no se explotó la actividad como realmente se puede hacer teniendo en cuenta todo el potencial con el cual cuenta, principalmente por la diversidad de vegetación en algunos puntos particulares.