Una vez que se forma una memoria que permita identificar un tipo de alimento, las abejas están
 más propensas a volver a tener nuevas interacciones sociales que permiten que el alimento y su 
información se transfieran más rápidamente.
La sensibilidad gustativa de las abejas se ve afectada una vez que se forma una memoria “floral”
olfativa compartida por la población de la colmena, esto según un estudio desarrollado por
investigadores del CONICET y de la UBA y que nuestro medio presenta en versión periodística, que
pretende utilizas a las colmenas como un modelo experimental para estudiar cómo funciona una red
social donde fluye información. “Esta red es descentralizada, aunque cuente con individuos que
presenten diferente grado de conectividad. Funcionaría de modo similar a una red como Internet. Sin
embargo, cuenta con una complejidad adicional: aquellos individuos más jóvenes, periféricos y poco
 selectivos cumplirán un rol central en la red de distribución de información cuando alcancen edades
avanzadas”, señalaron los autores, quienes además agregaron que esto es importante porque lo que
aprendan de muy jóvenes tendrá consecuencias en la toma de decisiones al llegar a edades maduras,
haciendo que la información social que alguna vez recibieron siga afectando sus conductas cuando
 lleguen a tener una participación mucho más relevante desde el punto de vista informativo.
Al respecto desarrollaron un estudio que revela que la sensibilidad gustativa de las abejas se ve
afectada una vez que se forma una memoria “floral” olfativa. Es decir, una vez que se forma una
memoria que permita identificar un tipo de alimento, como por ejemplo su olor, las abejas están más
propensas a volver a tener nuevas interacciones sociales que permiten que el alimento y su información
 se transfieran más rápidamente. “Lo que encontramos es que estos cambios en la sensibilidad
gustativa dependen de la edad de la abeja, lo que es similar a decir que depende del rol que ocupa
cada individuo dentro de la red de distribución”, ejemplificaron.
Comunicación entre abejas
El objetivo de los investigadores consistió en evaluar cómo se propaga la información dentro de una
sociedad muy numerosa y descentralizada de individuos como es una colmena de abejas. “Una vez
que una abeja obtiene néctar de las flores regresa a la colmena y lo distribuye por contactos boca a
boca a algunos individuos dentro del nido. Estos individuos a su vez lo distribuyen a otros. Así se
establecen redes dinámicas donde el alimento con sus características intrínsecas como olor y sabor,
entre otras características, se distribuye entre muchos individuos, aun los más alejados de la entrada
del nido. Utilizando protocolos estandarizados para estudiar conducta, pero sin perder de vista el
enfoque social del problema en cuestión, se hizo factible estudiar cómo una información que surge
localmente (entre el individuo que recolectó en la flor y el receptor del alimento que está ubicado
dentro del nido) va adquiriendo características sociales (es decir una alta proporción de individuos
comparten esa información). Dado que estas redes sociales tienen la característica de ser libres de
escala, es decir pocos individuos tienen una alta conectividad mientras que la mayoría tiene muy poca.
El objetivo de los investigadores consistió en evaluar 
cómo se
 propaga la información
 dentro de una sociedad muy numerosa y descentralizada de individuos como 
es una colmena de abejas.
Asimismo los autores del estudio observaron que aquellas abejas de mediana edad (dos semanas de
vida en promedio), que son habitualmente las receptoras primarias del alimento, son más selectivas
al momento de recibirlo. Esto implica que esos individuos no solo están muy bien conectados, sino
que también pueden moderar el pasaje de información a otros miembros de la colonia. Por el contrario,
 las abejas más jóvenes, que están más alejadas de los centros de información, son menos selectivas al
 alimento circulante. Esto sugiere que la propagación de la información parece depender en gran medida
 del moderador, el cual en base a las características del alimento que reciba distribuirá o no el mismo.
 Para cerrar, los especialistas indicaron.  “Actualmente nos estamos focalizando en el rol de las
experiencias tempranas sobre las preferencias recolectoras de las abejas. Es decir, nos preguntamos si
la información que se obtiene precozmente sobre un recurso tiene influencias sobre esos individuos una
 vez que alcanzan edades en las que realicen casi exclusivamente la obtención de recursos. Este marco
 creemos que nos permitirá entender las implicancias del aprendizaje precoz que tiene lugar en
sociedades animales muy numerosas. Por otro lado, y considerando que la abeja tiene una gran
importancia económica (produciendo miel, entre otros productos, y como el más importante polinizador
 de cultivos), su gran capacidad de aprender y recordar permiten imaginar mejores técnicas de manejo
 de colmenas en ecosistemas agrícolas que requieran a las abejas para polinizador sus cultivos.»