Es un elemento fundamental en la alimentación y en la refrigeración de la colonia.
Como para todo ser vivo, el agua es un elemento esencial en la vida y el desarrollo de las abejas, pero
hay dos cosas principales para la cual la utilizan. La primera de ellas es la alimentación, dado que el
 alimento que las abejas nodrizas proporcionan a las crías, el llamado pan de abeja, que está compuesto
 por miel y polen lleva también un elevado porcentaje de agua, mientras que la segunda es para
refrescar la colmena.
El aire acondicionado de las abejas
Durante los meses de verano las abejas necesitan agua para refrescar la colmena, dado que la
 temperatura en su interior debe permanecer en el entorno de los treinta y cinco grados, logrando de
esta manera que los panales de cera no se deterioren y puedan terminar perjudicando de sobremanera a
 la colonia. Para conseguir que a pesar del calor que pueda hacer en el exterior de la colmena la
 temperatura en su interior se mantenga en esos límites, durante la época estival las abejas pecoreadoras
 recogen agua de diferentes fuentes, ya sean naturales o artificiales y la acarrean a la colmena, donde
son almacenadas en el interior de celdillas vacías.
Otras abejas se sitúan en la entrada de la colmena y, mirando hacia su interior, se ponen a batir las alas
 como si se tratar de un ventilador. De este modo, consiguen que el aire circule desde el interior de la
colmena y al evaporarse el agua almacenada se produce un descenso considerable de la temperatura,
permitiendo que prosiga el normal desarrollo de la colonia.
Durante esta época, las abejas pecoreadoras (las que por su edad salen al exterior de la colmena en
busca de alimentos) pueden volar varios kilómetros para encontrar agua para finalmente traerla hasta la
 colmena.
Cuidado con las enfermedades
El agua es obtenida por las abejas de las gotas de rocío en las plantas o encharcamiento, siendo esta
 última inevitable fuente de contagio de enfermedades como la Nosemosis por ello es aconsejable tener
 cerca de los apiarios fuentes de agua fresca, un bebedero higiénico bajo sombra y acondicionado de tal
 forma que permita a las abejas beber sin ahogarse, para lo cual se aconseja utilizar una plataforma de
corcho o de madera. Pueden colocarse plantas acuáticas para mantener el agua fresca, y además porque
 sirven de base a las abejas para posarse.
Los recipientes no deben estar enfrente de las salidas de las colmenas pues en esa zona las abejas dejan
 caer las heces y los individuos que mueren. Se calcula que cada colmena necesita entre dos y cuatro
litros de agua por día.
Las elevadas temperaturas durante el verano, como así también el frío excesivo en invierno, son un
 factor importante de estrés en las colmenas de abejas, que éstas se ven en la necesidades de combatir
 para proteger su nido, lo que las obliga además de a un sobreesfuerzo a desatender otras actividades.
Como ya señalamos párrafos más arriba, si la temperatura interna de la colmena supera los 35 grados,
 se pone en peligro la propia estructura de los panales dado que la cera se ablanda y se pone en riesgo
también la vida de las crías. En esta situación no es raro que la colmena sufra un notorio parate, debido
 a que la reina para de poner huevos para que no siga aumentando la población, y consecuentemente la
temperatura dentro del nido.
La barba de la colmena
Otra medida que las abejas adoptan cuando la temperatura es excesiva dentro de la colmena, es salir a
su exterior, posándose sobre la parte frontal de la colmena, y por debajo de la misma.
Esto da lugar a un curioso fenómeno característico de esta época que los apicultores denominan «hacer
 barba», por la semejanza con una barba del cúmulo de abejas que se forma alrededor de la entrada de
la colmena.