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En el mercado internacional, la demanda de alimentos orgánicos representa un
nicho importante para atender, tanto en volumen como en precio. Los
consumidores que buscan el sello de orgánico exigen alimentos producidos,
envasados y comercializados sin contaminantes, químicos ni aditivos. Y para ello
están dispuestos a pagar entre 20% y 30% más que los alimentos convencionales.
La miel orgánica sigue las generales de la ley y su precio internacional se mantiene
frente a las oscilaciones que sufre la miel convencional. “El orgánico es un mercado
muy estable, porque siempre se vende en igual cantidad y a un precio similar. Con
el orgánico, el productor tiene estabilidad y proyección”, señala Lucas Andersen,
gerente de Argenmieles, firma que inició el camino hacia la producción orgánica de
miel en 2017 con un proyecto conjunto entre el gobierno de Chaco y las
cooperativas apícolas del norte de esa provincia.
A partir de entonces realizaron un fuerte trabajo de capacitación con los
productores -en su mayoría emprendimientos familiares de 300 colmenas- para reconvertirlos y trabajar bajo los estándares que exigen las certificadoras
internacionales. Como comercializadora, la firma se comprometió a comprar y
vender la totalidad de la cosecha de miel orgánica chaqueña y eso dio el impulso
necesario para que los productores iniciaran este camino. Para obtener el
certificado orgánico, la miel tiene que estar alejada de centros de agricultura
intensiva, de centros urbanos, y contar con napas sin contaminación.
“Nosotros también tuvimos que reconvertirnos como exportadores de orgánicos y
empezar a trabajar con otros mercados. Compramos toda la producción chaqueña
orgánica certificada, a todas las cooperativas al mismo precio. Empezamos a
venderla a granel y ahora estamos fraccionando para EEUU. En estos tres años
exportamos a Francia y Alemania, y este año estaremos llevando más de 200
toneladas de miel orgánica”, agregó Adersen. Incluso están trabajando en
desarrollar mercados para vender los subproductos de la apicultura orgánica, como
el polen y la cera.
En la actualidad, apuntan a desarrollar proveedores orgánicos para cumplir con su
objetivo de crecimiento entre un 10% y un 15% anual. Es un gran desafío ya que no
hay muchas regiones del país que cuenten con todas las condiciones para tener
colmenas lejos de todo tipo de contaminantes. Por otra parte, los apicultores
también deben aprender a realizar un manejo sanitario con productos naturales.
“Ya tenemos un nuevo proveedor en el norte de Córdoba y estamos desarrollando
otro en Río Negro. Queremos replicar el trabajo que hicimos en el Chaco en
diferentes puntos del país”, sostuvo el directivo.