miércoles 1º de agosto de 2012
http://www.larepublica.com.co/node/16863
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"lapisada lapisada"
Miel industrializada invade el mercado nacional
Bogotá. En la actualidad el sector apícola en Colombia enfrenta una difícil situación, ya que la mayoría de los productos que se encuentran en el mercado no son de miel auténtica. Esto ha generado notables problemas para los productores de miel en el país
Para Judith Figueroa, docente de la Universidad Nacional, desafortunadamente el mercado de la miel de abejas en Colombia cuenta con altos índices de adulteración. Este problema ha sido reportado en ocasiones repetidas. En 2002 un estudio del Mercado Nacional para Productos de la Apicultura indicó que más del 50% de las mieles del mercado eran adulteradas.
En 2006, en el diagnóstico de la actividad apícola y de la crianza de abejas, realizada por Telmo Martínez desde la Dirección de Cadenas Productivas del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, y con colaboración del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura IICA, mostró que por lo menos el 80% de los productos de todos los canales del mercado estaban siendo falsificados.
Así mismo, en 2009 el documento de diagnostico Productivo y Comercial de la cadena apícola de los programas para la Sustitución de los Cultivos Ilícitos y Desarrollo Alternativo de Acción Social y la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito estimó que la producción nacional de miel es de 2.000 toneladas por año y que los colombianos consumen cerca de 20.000 toneladas anuales, en donde las 18.000 toneladas adicionales en el mercado corresponden, principalmente, a las mieles adulteradas, y en pequeña proporción a importaciones.
Existen rastros de falsificación de miel en el país desde hace alrededor de 35 años. Anteriormente, la elaboración era más casera, pero ahora existen industrias encargadas de surtir a los principales almacenes de cadena y tiendas naturistas. “En la actualidad se hace una valoración objetiva, no menos del 90% del producto que la gente encuentra en los supermercados, en las grandes cadenas y en las plazas de mercado, corresponden a jarabe de azúcar invertido y efectivamente la industrialización está presente en la medida que hay grandes empresas que incluso alcanzan a ser más grandes que cualquiera del sector apícola”, explicó Martínez.
Según Ramón Galvis, presidente de la Asociación de Apicultores y Criaderos de Abejas de Boyacá, la población no puede distinguir a simple vista la miel adulterada. “Nos impresionan los bajos costos de la producción de estas mieles. Un kilo de miel virgen podría costar en el mercado alrededor de $25.000, mientras que la hecha con azúcar industrial la están vendiendo a $8.000, aproximadamente. Estamos perjudicados porque no podemos competir con estos bajos precios”, agregó.
Para a tomar acciones contra el tema de la falsificación, que perjudica notablemente a los productores de miel virgen del país, el sector se encuentra en un proceso de recolección de muestras para estudiarlas, y con los resultados hacer las respectivas denuncias a las autoridades competentes.
“En este momento como sector estamos recogiendo muestras de mieles de todo el país, se están analizando y procederemos a tomar las acciones legales necesarias ante el Ministerio de Salud y el Ministerio de Comercio con el fin de que tomen las medidas correspondientes”, aclaró Janeth Aguilar, representante legal de la Cooperativa de Apicultores del Cauca, Cooapica.
Aunque no hay claridad sobre el futuro del sector, Aguilar aseguró que si se toman medidas y se logra controlar la venta de miel no auténtica, se abriría un espacio de comercialización importante para el sector apícola en miras también hacia la exportación.
Siguen los esfuerzos para hacer los análisis
Según la docente de la Universidad Nacional, Judith Figueroa, por más de diez años han realizado estudios de investigación con los productos de abejas, entre ellos la miel. Ha desarrollado programas patrocinados por el Ministerio de Agricultura, y cuentan con laboratorios para la realización de análisis del sector apícola. Allí se están haciendo los estudios fisicoquímicos de mieles que determinan los parámetros de autenticidad. Además, la Universidad ha trabajado con el sector productivo para comprender las distintas características que poseen las mieles producidas en Magdalena, Santander, Cundinamarca y Boyacá con el objeto de que puedan ser comercializadas como productos con Denominación de Origen.
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