domingo, 6 de septiembre de 2015

Argentina. Algunas consideraciones sobre el ácaro de las traqueas de las abejas

domingo 6 de setiembre de 2015
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Bandera de Argentina

José Montiel

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL ACARO DE LAS TRAQUEAS DE LAS ABEJAS (Acarapis woodi )

Eguaras. M, Oppedisano.M, Velis .G y Sardella. N Facultad de Ciencias Exactas y Naturales Universidad Nacional de Mar del Plata CASILLA DE CORREO N° 624 (7600) MAR DEL PLATA REPUBLICA ARGENTINA
El ácaro Acarapis woodi es un parásito de las abejas que causa una enfermedad denominada Acariosis. Durante su vida este ácaro presenta dos estaseos, la larva y el adulto, que se alimentan de la hemolinfa de las abejas y producen en ellas un daño real. Son organismos muy pequeños y sólo pueden ser observados bajo microscopio en el interior de las tráqueas de las abejas. Al no verse a simple vista es difícil la detección de la parasitosis. En algunos países como Canada, los grados de infestación son tan altos que pueden llegar a matar las colmenas, mientras que en otros países la parasitosis pueden pasar inadvertidas. En Argentina la prevalencia de este ácaro varía a lo largo del año (Eguaras et al, en prensa). En los meses fríos la infestación del parásito es alta mientras que comienza a decrecer a medida que el clima se vuelve más cálido. En líneas generales la prevalencia se mantuvo en valores bajos durante todo el año si se la compara con países como Estados Unidos y Canadá. También la intensidad parasitaria puede ser medida como un índice para cuantificar el grado de evolución de la parasitosis. Este índice da una idea de cuantos parásitos hay por cada tráquea de abejas. En muchos casos el número puede ser tan alto que se cree que dificulta el pasaje de aire por las tráqueas. Pueden encontrarse más de 200 ácaros en una tráquea infestada.
CICLO DE VIDA
Acarapis woodi presenta un ciclo de vida atípico y altamente modificado si se lo compara con otros ácaros parásitos de abejas como Varroa jacobsoni, Tropilaelaps y Euvarroa. A lo largo de su ciclo ha suprimido todos los estaseos ninfales activos (proto y deutoninfa) y los ha reemplazado por un estaseo quiescente.
Acarapis woodi desarrolla todo su ciclo de vida biológico en el interior de las tráqueas de abejas, particularmente sobre el primer par toráxico. Sólo la hembra adulta fecundada abandona por un breve período, aproximadamente 72 horas, la tráquea para colonizar nuevas abejas. El tiempo total de desarrollo desde huevo hasta adulto ha variado de acuerdo a distintas investigaciones comprendiendo desde 12 horas hasta 21 días. El ciclo presenta el huevo, la larva, un estadío quiescente y el adulto. El huevo es inusualmente grande y varios de ellos son puestos por cada hembra. A partir del huevo se desarrolla el estaseo larval que se alimenta activamente. La larva presenta 3 pares de patas de los cuales dos son rudimentarios. Después de un tiempo la larva se vuelve inactiva y dentro de ella, es decir de la “piel larval”, comienza a desarrollarse el adulto. Tanto el este estaseo como la larva son parásitos de las abejas adultas y ambas presentan el gnatosoma ( aparato bucal ) con estiletes quelicerales adaptados para penetrar el tegumento del hospedador. Los pasos seguidos en ciclo se detallan a continuación:
1- La hembra adulta ingresa al primer par de tráqueas en abejas jóvenes.
2- En el interior de las tráqueas la hembra se alimenta activamente de hemolinfa y después de un período de tiempo variable comienza la deposición de huevos. El número de huevos depositados no es fijo y en algunos casos puede alcanzar los 10 huevos por hembra.
3- Los huevos son de gran tamaño y aparecen, por lo general, 3 o 4 días después que la hembra ha ingresado a las tráqueas. Royce et al en 1988 establecen que los primeros huevos depositados en la secuencia son los que originarán los machos o que éstos últimos se desarrollan en un período de tiempo menor que las hembras.
4- Cuatro días más tarde aparecen las primeras larvas que se alimentan activamente de hemolinfa. Presentan tres pares de patas, pero sólo el primer par se encuentra bien desarrollado.
5- Aparecen los primeros estaseos quiescentes (11 días aproximadamente). Dentro de la larva que se vuelve inactiva comienza a formarse el adulto.
6- Se rompe la pared larval y aparecen los machos y hembras adultos. Poco tiempo después se produce la fecundación y las hembras jóvenes se encuentran listas para iniciar un nuevo ciclo.
7- Algunas hembras de Acarapis abandonan la tráquea y se trasladan hacia la base de las alas para infestar nuevas abejas.
DAÑOS PRODUCIDOS
Los síntomas físicos causados por el ácaro en las colmenas merece una especial atención. Generalmente las colmenas presentan una apariencia normal, no hay síntomas claros que delaten la presencia de Acarapis, aunque algunas características particulares pueden ser detectadas ( Otis & Scott - Dupree, 1992 ) mostraron que el racimo invernal no presentaba una conformación bien apretada o cerrada en colmenas con una alta infestación de Acarapis . Otra característica importante es la presencia de abejas vivas arrastrándose hacia afuera de la colmena, a la que no podrán regresar. A comienzos de la primavera siguiente estas colemnas presentan frecuentemente buenas reservas de polen y miel, pero sólo una población de abejas muy pequeña. Además la rápida disminución de la población de abejas en la colmena a causa de esta parasitosis trae aparejado un enfriamiento de la cría y aparecen entonces pequeños grupos de abejas adultas muertas sobre los cuadros de cría. Estos son los principales síntomas que pueden asociarese a la presencia de Acarapis en las colmenas, aunque en muchos casos son difíciles de detectar o reconocer. La desaparición de colmenas ha sido asociada en algunos casos a la presencia de Acarapis .
DISEMINACION
Al igual que el ácaro Varroa jacobsoni puede diseminarse ráapidamente entre colmenas de un mismo apiario o de apiarios diferentes. Esto se debe fundamentalmente a la intervención de los apicultores y a ciertas características propias del parásito. La diseminación puede darse por diversos métodos, dentro de los cuales podemos citar a los zánganos y abejas pecoreadoras que pueden acceder a otras colmenas. Pero fundamentalmente de los primeros con libre acceso a todas las colmenas. El pillaje puede ser también causa de diseminación entre colmenas. La presencia de enjambres silvestres que se encuentran cerca del apiario e incluso por la captura de estos enjambres por el propio apicultor. Un importante foco de diseminación es el manejo del apicultor con el traslado de núcleos, la tashumancia y el intercambio de cuadros de cría y materiales entre colmenas.
FORMA DE DETECCION
Estos ácaros son muy difíciles de detectar, debido a su propio tamaño y particularmente a la posición que ocupan las abejas: en el interior de las tráqueas principalmente el primer par toráxico. No existen síntomas claros que denuncien la presencia del parásito. Sin embargo, la ausencia de estos síntomas no indica necesariamente que las abejas estén libres del ácaro. Una diagnosis positiva sólo puede ser realizada en laboratorio mediante un exámen microscópico de las tráqueas. Existen numerosos métodos de laboratorio para detectar A. woodi , uno de los más utilizados es el llamado método de los discos toráxicos. Se coloca la abeja sobre una lámina de telgopor o cartón con la región ventral hacia arriba y se la asegura por medio de alfileres. Se remueve la cabeza y el primer par de patas. Luego con una hoja de bisturí se realiza un corte transversal de la región anterior del tórax (en donde se aloja el primer par de tráqueas) de modo tal que se obtiene una estructura en forma de disco . Estos discos se colocan en una solución de hidróxido de potasio al 5% durante algunas horas (16 a 24 hs.) a una temperatura de 37°C. Esta solución actúa disolviendo los músculos y tejidos grasos y deja al descubierto las tráqueas . Finalmente se colocan las tráqueas en un portaobjetos y se observa al microscopio óptico. Este procedimiento es en general el que se utiliza para muestras muy grandes. Existen también otros métodos en el que pueden diferenciarse ácaros vivos y muertos. Este método es más complicado pero se lleva a cabo comunmente para evaluar la eficacia de los distintos acaricidas utilizados para el control de Acarapis.
METODOS DE CONTROL
Una gran variedad de químicos han sido y son utilizados en la actualidad, en diferentes concentraciones y formulaciones con el fin de eliminar el ácaro de la colmena. Se demostró que el mentol es muy efectivo para el control de esta parasitosis aunque es muy dependiente de la temperatura. El ácido fórmico, al igual que ocurre con Varroa jacobsoni , presenta una alta eficacia, aún en condiciones climáticas frías, que es cuando se reduce la efectividad de otros acaricidas.
El amitraz aplicado en aerosol y el tiras plásticas, el fluvalinato administrado por tiras fumígeras, el cimidazol en forma sistémica y en diferentes concentraciones se han probado con diversos resultados para las distintas épocas del año. Para la mayoría de los acaricidas utilizados en la lucha contra este ácaro, y findamentalmente por la forma de aplicación de los mismos existe una alta dependencia del clima. En este caso hay una fuerte influencia de la temperatura y una marcada disminución de la eficacia en climas o estaciones más frías.
BIBLIOGRAFIA
- Eguaras, M ; Marcangeli, J ; Oppedisano, M y Sardella, N. Indices parasitarios de Acarapis woodi en colmenas de Argentina. APIACTA. 1996 (En prensa)
- Royce, L ; Krantz, G ; Ibay, L and Burgett, D. Some observations on the biology and behaviour of Acarapis woodi and Acarapis dorsalis in Oregon. In Africanized Honey Bees and Bee Mites. Published by Ellis Horwood Ltd. England, pag. 498-505.1988
- Otis, G ; & Scott - Dupree, C. Effects of Acarapis woodi on Overwintered colonies of honey Bees in New York. J. Econ. Entomol. 85, 40-46. 1992

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