Belén es una pequeña ciudad de algo más de 20 mil habitantes que se ubica en la provincia de Catamarca.
Allí la apicultura en los últimos años ha ido perdiendo terreno y en consecuencia muchos productores optaron por abandonarla y dedicarse directamente a otra actividad que les fuese más rentable, tal como lamentablemente viene sucediendo en diferentes zonas del país desde hace unos años a esta parte, en una realidad que por el momento parece no revertirse.
Sin embargo, existen otros que incluso ya con toda una vida armada deciden incursionar en el mundo de las abejas, como es el caso de Julio Reinoso.
Con tres años en la actividad y alrededor de 200 colmenas es el apicultor más grande de la localidad, pero además es quien posee sala de extracción que es utilizada por sus colegas que manejan menos de cincuenta unidades y que no abonan ningún costo, sino que ayudan al momento de la cosecha que é1l debe efectuar, brindando de esta manera un beneficio mutuo.
Reinoso, en diálogo con nuestro medio resaltó que para poder arrancar en la actividad recibió un crédito de nueve mil pesos a devolver mensualmente en cuotas de doscientos. El mismo pertenecía al Programa de Desarrollo Rural del Noroeste Argentino (PRODERNOA) y fue un gran aliciente en su momento.

Rindes
El promedio por colmena oscila aproximadamente los 20 a 25 kilos, aunque una buena temporada puede arrojar arriba de 30, pero todo depende pura y exclusivamente del comportamiento climático. “Los técnicos especialistas me han dicho que por su clima y floración agreste, Belén no es la mejor zona para la apicultura, sin embargo yo decidí abocarme a la actividad”, resaltó al respecto Reinoso.
Un dato importante es que no tienen complicaciones con enfermedades y que la miel que produce la comercializa en el mercado local de manera fraccionada a valores que rondan aproximadamente los 100 pesos el kilo.