sábado, 5 de febrero de 2011

Moscatel y miel de azahar

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INNOVACIÓN

Moscatel y miel de azahar

Una empresa apícola familiar de Turís, Sala-Higón, lanza un nuevo licor artesano que bautiza como Raïmel, 'El chupito valenciano'



30.01.11 - 00:13 -

VICENTE LLADRÓ vlladro@lasprovincias.es


Sala-Higón es una empresa familiar radicada en la localidad valenciana de Turís. Se dedica a elaborar y comercializar una amplia gama de productos apícolas. Entre ellos, naturalmente, un gran abanico de mieles, pero además propóleo, jalea real, polen, turrones con la miel y demás materias naturales y de primera calidad, etc. Pero además tiene un constante objetivo: innovar y sacar al mercado nuevos productos.

La última elaboración de esta firma artesanal es Raïmel, un delicioso licor hecho con vino moscatel, miel de azahar «y un toque de alcohol, para asegurar su conservación», como explica José Miguel Sala, alma máter de la casa.

La idea es suya, como las pruebas preliminares hasta definir el producto, y la miel la aporta el, naturalmente, de su casa. El moscatel es de Turís, localidad especializada en el mejor vino de esta variedad. Y la elaboración definitiva de Raïmel corre a cargo de la veterana destilería y licorería Vigarto, de Benetússer.

Para redondear la idea del Raïmel le han añadido esta curiosa apostilla: 'El chupito valenciano', porque el propósito comercial es asentar el producto entre los consumidores que gustan de tomar un chupito de licor al final de una comida o cena, y nada mejor que ofrecerlo con la singularidad de unos componentes totalmente naturales, bajo en alcohol y con ese toque de distinción y personalidad valenciana.

Nuevos productos

La empresa vende principalmente a través de su tienda en Turís, junto a la fábrica de 2.000 metros cuadrados, y de su página en internet www.latiendadelamiel.com. Ahora ha contactado además con la asociación de establecimientos 'Els Bodeguers' para distribuir Raïmel.

En su constante proceso de innovación, la casa dispone también de una mezcla de zumo de naranja con miel (Zumiel), una magnífica combinación de fibra (Fibramel) y ensaya ahora lo mismo con chufas (Xufamel).

En el catálogo de mieles, además de la clásica y exclusiva de azahar (la más valenciana por antonomasia) dispone de otras veintitrés clases. Entre ellas, las siguientes: mil flores, romero, tomillo, brezo, biércol, lavanda, acacia, níspero, limonero, almendro, eucaliptus, albaida, cantueso, girasol... Cada especialidad exige que los apicultores hayan trasladado las colmenas hasta las proximidades de plantaciones o bosques donde predomina la floración deseada, y en las épocas requeridas, para poder ofrecer luego estas exquisiteces que son únicas en el mundo.

Cruda o al baño María

José Miguel explica que la miel la presenta en dos modalidades: cruda, que es tal cual llega del apicultor, una vez pasados los controles pertinentes de calidad y ausencia de antibióticos o posibles adulteraciones, y al baño maría, que supone someter los recipientes al calor del agua a 42 grados. Pero nunca pasteuriza el producto, porque, según sostiene, «la pasteurización rompe la estructura de las cadenas de azúcares, con lo que deteriora sabores y a la larga no es bueno para la salud; la miel se ha de consumir de forma natural».

Un aspecto que muchos consumidores no suelen conocer bien es que ese aspecto terroso que presenta a veces la miel, si hay temperaturas bajas, es completamente natural; lo artificial es cuando la miel, pese al frío, se mantiene siempre líquida, «porque se ha pasteurizado». La miel con aspecto terroso es igualmente adecuada para ser consumida, pero si una persona la prefiere líquida, «no tiene más que someterla al baño Maria» sin calentar demasiado el agua, y se vuelve líquida enseguida.

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