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Por la sequía, disminuye la producción de miel

06-06-2011

 

La emergencia hídrica que marcó el verano pasado y que se mantiene hasta el día de hoy; no hubiera afectado la producción de miel en el desierto lavallino si el río hubiera tenido agua los años anteriores.

Sin embargo, los productores de la zona que exportan la miel que allí producen observan una notable disminución en los volúmenes que sus colmenas logran debido a que las abejas se han quedado sin flores para "alimentarse" durante la época de producción.

En dos o tres años y con mayor cantidad de colmenas, la cantidad de kilos de miel ha disminuido notablemente y los productores temen que -para la próxima temporada- los árboles sigan secos y no puedan cumplir con los mínimos compromisos comerciales adquiridos con los consiguientes riesgos para la subsistencia de la actividad.

La apicultura que se practica en el desierto de Lavalle es la denominada "trashumante" por lo que los productores llevan sus colmenas a polinizar distintas plantas en diversas épocas y sitios de la provincia.

No obstante, los campos (propios o alquilados) en el desierto de Lavalle les sirven para la época de producción en donde, a pesar de la escasa vegetación, precisan que la misma no esté seca como en la actualidad.

"Hace tres años que el río Mendoza se secó en la zona de Asunción y Lagunas. A pesar de que la flora autóctona está preparada para subsistir sin agua, esto ha sido demasiado", confirmó Federico Pinazo; un productor que -en dos años- ha visto cómo su producción cayó en unos 10.000 kilos a pesar de haber incrementado la cantidad de colmenas.

En esta temporada, y gracias a las lluvias de febrero, el hombre sólo pudo producir en uno de los cinco campos donde tiene colmenas.

Este año, un grupo de 50 productores entre independientes y asociados en cooperativas lograron colocar 4 contenedores (alrededor de 80.000 kilos) en el mercado europeo. "El comprador nos quería comprometer con 14 para el año que viene, pero no podemos hacerlo porque vemos nuestra producción caída libre", coincidieron diferentes voces.

Por el momento, no les queda otra alternativa que reemplazar con jarabe lo que las abejas deberían obtener de flores como el algarrobo y el chañar.

"Nuestras perspectivas disminuyen año tras año. El río cada día se seca más porque faltan obras complementarias", observó Víctor Ghiotti, otro productor apícola con más de 35 años de trabajo en la zona que no recuerda momentos tan difíciles.

En general, quienes se dedican a la actividad hablaron de la necesidad de realizar pequeñas obras para que -cuando el agua llega a la zona de Asunción y Lagunas del Rosario- no pase o se pierda en el desierto, sino que se quede para evitar grandes períodos de sequía; algo que sucede -inevitablemente- cuando las nevadas son ínfimas.

"El año pasado no dijimos nada porque hubo Emergencia Hídrica, pero si -durante los dos períodos anteriores- hubiese quedado algo del agua que pasó hoy no estaríamos con este problema", sostuvo Pinazo, quien agregó que se trata de una especie de derecho adquirido de la zona por tratarse de un sitio Ramsar. Es decir, un humedal protegido por leyes internacionales.

En realidad, a principios de 2010, la Dirección de Hidráulica anunció la ejecución de pequeñas obras que permitirían que el agua del río Mendoza estuviera durante más tiempo en las lagunas. No obstante, los productores denuncian que las obras no están completas y temen por lo que pueda suceder el año que viene si la situación se mantiene.

Es que en esta temporada ya suspendieron a algunos obreros y no saben si podrán continuar en la zona si la situación sigue así.

Este diario intentó hablar con los responsables de la Dirección de Hidráulica e Irrigación, pero el jueves no pudieron ser ubicados.