lunes, 16 de julio de 2012

Mexico. Cancun. Se prevé sembrar soja transgénica

lunes 16 de julio de 2012
http://sipse.com/noticias/166058-peligra-miel-transgenicos.html
Bandera México


Peligra la miel por transgénicos

CANCÚN, Q. Roo.- Proyecto de la empresa Monsanto prevé sembrar más de 13 mil toneladas de soya.


 
Apicultor de la comunidad de Blanca Flor aleja con humo a las abejas (izquierda), mientras otro retira los panales para extraer la miel. (Redacción/SIPSE)
  • Apicultor de la comunidad de Blanca Flor aleja con humo a las abejas (izquierda), mientras otro retira los panales para extraer la miel. (Redacción/SIPSE)
Brisa Muñoz/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Más de cuatro mil familias dedicadas a la apicultura enQuintana Roo, especialmente de la zona maya, verán afectado su patrimonio y su sustento, y el estado perdería más de 70 millones de pesos al año de llevarse a cabo la siembra promovida por la transnacional Monsanto, de más de 13 mil toneladas de semilla transgénica en 253 mil 500 hectáreas en diversos estados de la Península de Yucatán, aprobada este año por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), pues la presencia de polen transgénico en la miel cerrará las puertas de casi el 90% de la producción, debido a que países de Europa, especialmente Alemania Bélgica, son los principales compradores de la miel pura.

La comunidad Blanca Flor, en el municipio de Bacalar, es una de las tantas comunidades de la zona maya en la que la producción de miel es la principal fuente de ingresos; en dicha comunidad se ha creado una asociación de más de 100 productores llamada Kabi Habi, que se dedica completamente a la elaboración de  miel orgánica, misma que se exporta totalmente a AlemaniaBélgica Suiza, países donde la ley no permite rastro alguno de polen transgénico, por lo que la siembra de soya transgénica en la región, advierten los productores, significaría la pérdida de casi siete millones de pesos anuales que perciben las más de 250 familias de Blanca Flor.

"En caso de que no ganemos el amparo tendremos que analizar qué tan rentable va a seguir siendo la apicultura y si no lo es, lo dejaremos; lo mismo que pasó en los 80 con el precio de la miel, cuyo precio se cayó por presencia de residuos tóxicos dejando la venta a un peso por kilo, lo que provocó que muchos abandonáramos nuestras colonias. Por ejemplo, Kabi Habi se dedica a la miel orgánica y nuestros compradores en Europa tienen cero tolerancia a los transgénicos (...) lo que nos parece indignante es que nadie nos tomó en cuenta para tomar esta decisión, como indígenas también tenemos derechos, de por sí hasta la historia nos pone a los mayas como una cultura desaparecida, pero no, aquí estamos, resistiendo y seguiremos luchando", afirma Alfredo Tun, productor y socio de Kabi Habi.

Pero no sólo los productores perciben el riesgo de llevarse a cabo la siembra de soya transgénica en la región, otras asociaciones u organizaciones civiles como Greenpeace Educación, Cultura y Ecología (Educe), y una veintena más, aseguran que este permiso dejará en la miseria a miles de familias, además del daño ecológico que significará el uso de herbicidas específicos y agroquímicos que podrán filtrarse a los mantos acuíferos.

"La apicultura es la principal actividad económica de toda esta región; es esto lo que subsidia los gastos de las milpas, que son para autoconsumo; es decir, la apicultura es la que permite generar los ingresos para lo que será el alimento de las familias durante todo el año, lo que siembran no es para vender, sino para comer, así que cuántas familias se quedarían sin comer; además, si el precio de la miel cae, como consecuencia de la presencia de polen transgénico, se cae esta región, ya que poco más del 70% de las familias de aquí se dedica a la apicultura, y no todas  están en una asociación, sino que hay muchos independientes. Por otro lado, Kabi Habi contrata a gente de la comunidad que no son apicultores, por lo que también se perderán muchos empleos indirectos", advirtió Ana Patricia López, coordinadora de Educe.

"Los cultivos transgénicos requieren gran cantidad de agroquímicos que pueden contaminar el subsuelo de la Península de Yucatán, el cual está formado por un sistema kárstico en el que el agua de lluvia llega directamente al subsuelo a través de las fracturas de la roca calcárea. Esto significa que cualquier agente contaminante llega de forma directa e inmediata al acuífero peninsular, el cual es la única fuente de agua de que dispone la región. Los alimentos elaborados con transgénicos pueden contener residuos de agrotóxicos hasta 200 veces más altos que los elaborados con cultivos que no lo son. Asimismo, la exposición al herbicida glifosato puede derivar en graves enfermedades como cáncer y malformaciones genéticas", coinciden Alejandra Serrano, representante del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) en el Sureste Rogel Villanueva, encargado de EcologíaSistemática y Conservación de Fauna Terrestre del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur).

Además, para la representante de Educe esto implica abrir la puerta a mediano o largo plazo a otro tipo de siembras, como la del maíz lo que, asegura, significará perder la semilla nativa, así como crear una dependencia total de las comunidades a los productos elaborados por la transnacional.

"Como organización vemos un riesgo mayor; la entrada de la soya transgénica será abrir la puerta al maíz transgénico y la zona tiene semilla nativa y si Monsanto logra después meter maíz transgénico, el de la región se pierde. Ahorita se afecta a la apicultura, más adelante si logran lo otro; la semilla nativa se contagiará del transgénico, y las especies se perderían porque se vuelven estériles. Además, los herbicidas que usan para transgénicos acaban con todas las plantas alrededor, entonces también nos quedamos sin pastura para la ganadería, nos volveríamos dependientes de Monsanto y ese es el negocio redondo; si se tiene la dependencia de la semilla y para poder controlar la maleza, qué nos queda, que nos vendan el fertilizante y los agroquímicos necesarios", aseveró la coordinadora de Educe.

De acuerdo con Antonio Rico Lomelí, delegado de Sagarpa en la entidad, la apicultura además de ser una actividad milenaria tiene un gran aporte a la economía, pues existen 22 sociedades mieleras en el estado, la mayor parte de estas en la zona maya, así como también varios apicultores independientes, lo que significa que hay más de cuatro mil familias; es decir, aproximadamente 20 mil personas que dependen únicamente de esta actividad, que si bien representa en Quintana Roo sólo el 1% del Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario, ha convertido al estado en el sexto exportador de miel a nivel nacional.

Cuestionado sobre el tema del permiso otorgado por la Semarnat y la Sagarpa para la siembra de soya transgénica y la afectación que esto tendrá en la apicultura en el estado, el funcionario mencionó que no se debe satanizar a los transgénicos, pero reconoció que de encontrarse rastros de polen transgénico en la miel, la afectación económica sería grave, "ya que si se cae la venta de la miel, muchas familias se verían afectadas", dado que la mayor producción de miel se da en Felipe Carrillo PuertoJosé María MorelosBacalar Othón P. Blanco, municipios en donde Monsanto llevará a cabo sus siembras.

Afectación a la producción de miel sería "mínima o nula"

De acuerdo con Monsanto, la preocupación de los apicultores dista mucho de la realidad y aunque la transnacional no aceptó una entrevista de Novedades Quintana Roo con alguno de sus directivos en México, accedió a responder vía escrita sus cuestionamientos, precisando enfáticamente que la posibilidad de afectación a la producción de miel sería "mínima o nula", así como que la siembra de soya transgénica significará "beneficios tanto para quienes la cultivan como para la comunidad en general y el medio ambiente de la región".

En el documento Monsanto estima que el volumen promedio de ahorro en el uso de agua es del 40% en comparación con otros cultivos, que el impacto económico se calcula entre cuatro y cinco jornales por hectárea cada temporada, donde el jornal es de aproximadamente 100 pesos, por lo que calculan una derrama de aproximadamente 4.3 millones de pesos.

"Al tomar como base que en 2011 se sembraron 10 mil 800 hectáreas en la región, tan sólo en jornales asociados al cultivo de la soya genéticamente modificada en la península".

Asimismo, explica que el cultivo de soya transgénica también brindará ahorros en el control de malezas, llegando hasta 300 pesos por cada hectárea cultivada; toda vez que los productores" no tienen que aplicar herbicidas ni controlar manualmente la maleza, obtienen más tiempo para otras labores culturales, negocios y familiares".

Cuestionados sobre la posibilidad de que el polen de soya genéticamente modificada interfiera en la producción de la miel en la Península de Yucatán, la transnacional asegura que es de mínimo a nulo, argumentando que "el ciclo de siembra de soya es totalmente distinto al ciclo de producción de miel. La siembra de soya es del 1 de julio al 15 de agosto, su floración inicia a los 45 días de la siembra y dura solamente dos semanas (septiembre), es decir, la floración de soya GM (Genéticamente Modificada) está totalmente fuera del ciclo de producción de miel, el cual inicia en noviembre y concluye en junio.

De igual forma, en el documento Monsanto explica que cumple estrictamente con las leyes mexicanas, "y seguimos paso a paso los procesos para cumplir los requisitos de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (Lbogm) para tener las aprobaciones de OGM", y que en México, las instituciones responsables de otorgar permisos establecen como condicionante el tomar medidas de seguridad con respecto al ciclo de siembra de soya, además de que entre las instituciones que tienen la responsabilidad de asegurar el cumplimiento de las normas son Semarnat, Sagarpa, el Instituto Nacional de Ecología (INE) y la Comisión Nacional  para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio). 

Sin embargo, para las organizaciones ambientalistas, la empresa Monsanto ha sido denunciada en diversas partes del mundo por no cumplir con las leyes y por afectaciones al medio ambiente, una realidad que advierten, se constatará de manera irreversible en Quintana Roo, dado que es el único de los tres estados de la península en el que continúa vigente el permiso, ya que tanto en Yucatán como Campeche se han ganado los amparos contra el mismo.

Para Greenpeace, en Europa, los alimentos transgénicos, principal actividad actual de Monsanto, encuentran gran resistencia entre la población y los agricultores que no consideran probada su seguridad para la salud humana y el cultivo de dichos alimentos transgénicos es prácticamente inexistente en el territorio de la Unión Europea con la única excepción de España Rumania, lo que advierten "significa que de entrar los transgénicos a la península es perder al principal comprador, pero también será afectar el medio ambiente pues el uso del glifosato está demostrado que deja secuelas en los seres vivos".

Sucumbirán las comunidades y cientos de empleos

Para los apicultores de la zona maya no sólo su actividad se verá afectada por la siembra de soya genéticamente modificada, sino que el impacto inmediato hará sucumbir a las comunidades y cientos de empleos indirectos, así como diversos proyectos que ya iniciaron en la zona, que van desde lo social hasta lo educativo.

De acuerdo con Kabi Habi, varios de los apoyos que han logrado concretar tanto con instituciones nacionales e internacionales han permitido que un pequeño porcentaje del precio final que dan a sus compradores europeos, equivalente a 20 centavos de dólar por cada kilo que venden, sea destinado a diversas obras comunitarias, y desde hace dos años parte de ese recurso ha sido utilizado para mejorar sus instalaciones y operatividad, además de permitirles alcanzar dos sueños: crear una pequeña envasadora que daría empleo y crearía pequeños negocios y revivir la apicultura de la abeja maya.

"Kabi Habi deja ese porcentaje para seguir creciendo, también para donar a la comunidad ya sea un parque, un centro de salud, no sé, algo que sea para todos; en este caso optamos en que se destinara en el centro de acopio, tanques y para una envasadora, pero también nos permitirá ayudar a los estudiantes de la Universidad Autónoma de Chapingo, cuyos estudiantes en agronomía vienen de una a dos veces al año, desde hace cuatro años, para conocer sobre apicultura y siembra, y como retribución entregan trabajos de apoyo y mejoramiento para la comunidad, tanto en lo social como en agronomía, y esto se puede perder también", explica Alfredo Tun.

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