martes 4 de setiembre de 2012
En Santiago del Estero
Quieren evitar la deforestación con la apicultura orgánica
¿Qué vinculación puede haber entre la apicultura que se practica en el
monte santiagueño, un emprendimiento inmobiliario de lujo en Buenos
Aires y los bonos de carbono? Es difícil encontrarla, pero hay quien la
hizo. Se trata de Rodolfo Tarraubella, presidente honorario del
Movimiento Argentino de Producción Orgánica (Mapo), que consiguió unir
su experiencia como perito apícola especializado en producción orgánica,
experto en finanzas y asesor en bonos de carbono.
El objetivo
es evitar la deforestación en Frías, Santiago del Estero, e impulsar un
proyecto de desarrollo apícola que abarcará a más de 1000 productores de
la zona en cinco años.
Utilizando la alta capacidad defensiva
de las abejas criollas del norte Argentino, ubicándolas en zonas límites
de campos, con carteles de advertencia como "No entrar, abejas
agresivas", los impulsores del proyecto esperan ponerle un freno a la
tala de árboles. Así se emiten bonos de carbono denominados
"deforestación evitada", que compensarán las emisiones de un proyecto
inmobiliario de lujo en el partido bonaerense de Bella Vista, denominado
Buenos Aires Village-Golf Apartments.
Según Tarraubella, se
trata del primer pago por "servicios ambientales para la producción
orgánica argentina". Esto, explica, se apoya en la ley 26.311 de
presupuestos mínimos para la protección ambiental, conocida como la ley
de bosques.
Con el apoyo del Ministerio de Agricultura se
comenzaron a capacitar los primeros apicultores que recibirán en
comodato de la firma Dinámica de Procesos, que desarrolló el proyecto de
los bonos de carbono y que preside Tarraubella, unas 600 colmenas y
material para instalar 800 colmenas más.
Los productores
formarán un grupo denominado "Guardianes del Monte" que será el
encargado de velar por el cuidado de la forestación en la región. "Se
utilizan las abejas como si fueran un perro guardián para atemorizar a
quien quisiera entrar a los campos para robar leña, asimismo, el
apicultor, al recorrer el mismo por las zonas que en general el puestero
no visita, hace un reporte al dueño del campo y al puestero de las
anormalidades que pueda haber visto", explica Tarraubella. "Por otro
lado, al ver el puestero y el dueño del campo, el ingreso que puede
darles la producción de miel, suma un incentivo al mantenimiento del
monte, ya que la miel, es un fruto no leñoso del monte, que se hace a
partir de la existencia de los árboles y las abejas", añade.
Según el ejecutivo, "se transfieren fondos desde zonas ricas de la
ciudad, mediante el comprador de los departamentos de lujo hacia zonas
de extrema pobreza. O sea que ayuda a la lucha contra el cambio
climático reduciendo las emisiones de gases efecto invernadero y tiene
un efecto social en el lugar donde se aplica", explica.
En un
principio la miel, que tendrá certificación de producción orgánica,
tendrá como destino el mercado exportador. Tarraubella cree que en el
mediano plazo también se elaborarán productos con mayor desarrollo como
propóleo.
"Vemos que las abejas africanizadas tienen un gran
potencial en el norte del país. Su manejo es más complejo que la abeja
rubia, pero en el norte del país tiene mejores condiciones para
desarrollarse", señala. "Esperamos conseguir la protección de unas 5000
hectáreas de bosques", añade.
Además de Frías, el proyecto de apicultura orgánica se extenderá hacia la provincia de Catamarca.
Por otra parte, Tarraubella sostiene que Dinámica de Procesos, como
empresa desarrolladora de proyectos de carbono y tecnologías limpias de
Argentina, será la encargada de medir las emisiones de gases efecto
invernadero de la construcción del emprendimiento inmobiliario. "Es la
primera vez que sucede con un proyecto de viviendas", destaca.
Quieren evitar la deforestación con la apicultura orgánica
¿Qué vinculación puede haber entre la apicultura que se practica en el monte santiagueño, un emprendimiento inmobiliario de lujo en Buenos Aires y los bonos de carbono? Es difícil encontrarla, pero hay quien la hizo. Se trata de Rodolfo Tarraubella, presidente honorario del Movimiento Argentino de Producción Orgánica (Mapo), que consiguió unir su experiencia como perito apícola especializado en producción orgánica, experto en finanzas y asesor en bonos de carbono.
El objetivo es evitar la deforestación en Frías, Santiago del Estero, e impulsar un proyecto de desarrollo apícola que abarcará a más de 1000 productores de la zona en cinco años.
Utilizando la alta capacidad defensiva de las abejas criollas del norte Argentino, ubicándolas en zonas límites de campos, con carteles de advertencia como "No entrar, abejas agresivas", los impulsores del proyecto esperan ponerle un freno a la tala de árboles. Así se emiten bonos de carbono denominados "deforestación evitada", que compensarán las emisiones de un proyecto inmobiliario de lujo en el partido bonaerense de Bella Vista, denominado Buenos Aires Village-Golf Apartments.
Según Tarraubella, se trata del primer pago por "servicios ambientales para la producción orgánica argentina". Esto, explica, se apoya en la ley 26.311 de presupuestos mínimos para la protección ambiental, conocida como la ley de bosques.
Con el apoyo del Ministerio de Agricultura se comenzaron a capacitar los primeros apicultores que recibirán en comodato de la firma Dinámica de Procesos, que desarrolló el proyecto de los bonos de carbono y que preside Tarraubella, unas 600 colmenas y material para instalar 800 colmenas más.
Los productores formarán un grupo denominado "Guardianes del Monte" que será el encargado de velar por el cuidado de la forestación en la región. "Se utilizan las abejas como si fueran un perro guardián para atemorizar a quien quisiera entrar a los campos para robar leña, asimismo, el apicultor, al recorrer el mismo por las zonas que en general el puestero no visita, hace un reporte al dueño del campo y al puestero de las anormalidades que pueda haber visto", explica Tarraubella. "Por otro lado, al ver el puestero y el dueño del campo, el ingreso que puede darles la producción de miel, suma un incentivo al mantenimiento del monte, ya que la miel, es un fruto no leñoso del monte, que se hace a partir de la existencia de los árboles y las abejas", añade.
Según el ejecutivo, "se transfieren fondos desde zonas ricas de la ciudad, mediante el comprador de los departamentos de lujo hacia zonas de extrema pobreza. O sea que ayuda a la lucha contra el cambio climático reduciendo las emisiones de gases efecto invernadero y tiene un efecto social en el lugar donde se aplica", explica.
En un principio la miel, que tendrá certificación de producción orgánica, tendrá como destino el mercado exportador. Tarraubella cree que en el mediano plazo también se elaborarán productos con mayor desarrollo como propóleo.
"Vemos que las abejas africanizadas tienen un gran potencial en el norte del país. Su manejo es más complejo que la abeja rubia, pero en el norte del país tiene mejores condiciones para desarrollarse", señala. "Esperamos conseguir la protección de unas 5000 hectáreas de bosques", añade.
Además de Frías, el proyecto de apicultura orgánica se extenderá hacia la provincia de Catamarca.
Por otra parte, Tarraubella sostiene que Dinámica de Procesos, como empresa desarrolladora de proyectos de carbono y tecnologías limpias de Argentina, será la encargada de medir las emisiones de gases efecto invernadero de la construcción del emprendimiento inmobiliario. "Es la primera vez que sucede con un proyecto de viviendas", destaca.
Buena tarde.
ResponderEliminarResulta interesante la forma en cómo desean implementar este proyecto. Al 2016, ¿qué resultados se han obtenido?, ¿cuál fue la generación de bonos de carbono por esta actividad?
Ojala puedan compartir esta información.
Saludos desde México!!
Hola Héctor. Comunicate con el autor de la nota, porfa
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