miércoles, 5 de septiembre de 2012

Marruecos. Apicultura: Entre la tradición y la modernidad.

miércoles 5 de setiembre de 2012
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Bandera Marruecos

Entre la tradición y la modernidad.

Botellas recicladas llenas de miel. -
 Colmenar en Ait Tebareze. - Colmena tradicional con panales. - Miel en los mercados. - Apis Artemisa. - Tienda de cooperativa apícola. -


Todas las fotos son propiedad de mielarlanza.com.

En todo Marruecos se vive un tremendo contraste. Hay gente que vive anclada en el tiempo, sobre todo en el campo, y hay ciudades que no se diferencian de las europeas. En apicultura ocurre más de lo mismo. Modernas explotaciones de colmenas Langstroth, compiten, con colmenas tradicionales instaladas en vasijas de barro.
Las modernas colmenas de alzas (todas las que vimos son del modelo Langstroth), son manejadas por apicultores formados en Francia. Casi todos han sido emigrantes, algunos se formaron trabajando con apicultores franceses. Al volver a su país, encuentran una nueva fuente de ingresos y unos recursos naturales, casi sin explotar.
La moderna apicultura está en una fase de gran desarrollo, por todo el país se ven pequeñas fábricas de montaje, de colmenas Langstroth. Muchas de ellas se fabrican en España, y se envían desmontadas al país vecino, donde a golpe de martillo son montadas en plena calle.
Las cooperativas también están jugando un papel importante en el desarrollo de la apicultura, hay varias formadas a lo largo y ancho del país. En ellas se imparten cursos de formación para los apicultores noveles, y se les dota con las primeras colmenas, dándoles la posibilidad de extraer la miel en la cooperativa y después comercializarla en conjunto.
Es importante destacar, que las mujeres, están empezando a dar los primeros pasos dentro del mundo apícola cooperativo. Entre otros destaca, el proyecto de mejora y aumento de la producción en apicultura, que pretende un desarrollo integral en el aduar Kalaât Beni Routene (provincia de Chefchaouen), donde un colectivo de 30 mujeres desarrollan  proyectos productivos en ganadería y agricultura, para mejorar la calidad de vida de sus familias, la de su comunidad y la suya propia, a través del trabajo organizado. La iniciativa parte de la Asociación Femenina An-Nour, situada en una zona excelente para la práctica de la apicultura, en la provincia de Chefchaouen, en plena cordillera del Rif, formada por 60 mujeres de este aduar. Este proyecto está diseñado para llevarse a cabo en dos años, consiguiendo el número óptimo de colmenas en el cuarto año; así desde el primer año irán aumentado el número de colmenas de forma progresiva y cada vez la mujeres estarán más capacitadas para manejar adecuadamente la explotación. La zona, muy rica en plantas melíferas, tiene una gran capacidad de acogida de colmenas, pudiendo explotar 450 colmenas en condiciones óptimas.
Otro punto cooperativo ha surgido en el Atlas Central, en una de las zonas más recónditas como es el Vallée des Aït Bouguemez, donde un puñado de mujeres han constituido una cooperativa basada en la producción y comercialización de miel y quesos.
Al Amana, es una de las principales organizaciones de micro crédito en Marruecos, ellos valoran los proyectos presentados por los nuevos apicultores y les conceden pequeños créditos, con los que poder comprar las primeras colmenas y empezar a caminar.
FOTOVendedor de miel local.
Vendedor de miel local.
© mielarlanza.com
Apicultura moderna.
Todos los colmenares visitados en el Atlas, están formados por colmenas del tipo Langstroth, además son todas  muy nuevas. El desarrollo que ha tenido la apicultura en los últimos 5 años es espectacular, y todavía se vaticina que en los próximos 5, el crecimiento sea mayor.
Los nuevos apicultores realizan una apicultura eminentemente trashumante, para aprovechar las distintas floraciones que ofrece el país. Los movimientos de colmena se hacen poniendo una esponja en la piquera, para impedir la salida masiva de abejas, los trabajos de carga y descarga se hacen a mano.
Las colmenas generalmente invernan en lugares bajos y próximos a la costa, a partir del mes de febrero, las colmenas vuelven al gran Atlas, para aprovechar las primeras floraciones de almendro. Muchas de ellas, ya no saldrán de las montañas, hasta que las primeras lluvias de otoño invadan las llanuras costeras. En las montañas del atlas, los veranos no son tan tórridos como en las llanuras más bajas, las abejas tienen menos problemas y siempre encuentra floraciones de donde sacar el preciado néctar.
Apicultura tradicional.
El gran Atlas Marroquí, reúne unas condiciones óptimas para el buen desarrollo de las colonias de abejas, si a esto, le unimos que en la cultura musulmana la miel siempre ha sido un bien  muy preciado; obtenemos la mezcla perfecta, para que la cría de abejas tradicional haya sido muy provechosa a lo lardo de la historia.
A lo largo de nuestro viaje hemos visto dos tipos de colmenas rústicas, las primeras están instaladas en vasijas de barro y las segundas en tapiales de barro. Los dos tipos de colmenas rústicas, generalmente están ubicadas en los huertos de las viviendas rurales (Kasbas), formando grupos que van de las 20 a las 40 colmenas.
En los tapiales, la forma de obtener el hueco donde se alberga la colmena es muy sencilla. Una vez construidos, se excava un hueco generalmente en forma de cilindro, de un diámetro aproximado de 60 centímetros por 50 de profundidad. Este agujero es tapado con tablas de madera, que después se forran con una capa de barro. Generalmente, en la parte baja de la tapa se deja un pequeño orificio, por donde las abejas entran. Para extraer la miel, se quita la tapa de madera y se procede a retirar la mitad de los panales de la colmena. Los tapiales tienen una gran ventaja sobre el otro tipo de colmenas, y es que no ocupan espacio, ya que se aprovechan los muros existentes en las kasbas; además están mucho mejor aisladas del exterior, dado el grosor de fabricación de estos tapiales.
Las vasijas colmena,  están fabricadas de barro cocido, tienen una longitud de 70 cm, y un diámetro de 30 cm; el espesor es de entre 2 y 5 cm. Las tapas utilizadas para cerrar las colmenas también son de barro cocido, con un pequeño apéndice en el centro, para poder manejarlas con facilidad. El sellado entre los dos elementos, se hace con barro o boñiga de vaca. En la parte inferior de la tapa, se deja una pequeña abertura para que las abejas puedan entrar y salir. Como las condiciones climatológicas del Atlas son muy duras, las vasijas colmenas son apiladas de forma vertical y horizontal, tapándolas después con toda clase de materiales, para protegerlas de los bruscos cambios de temperatura.
Los rendimientos de las colmenas rústicas son escasos, entre 5 y 8 kilos de miel por año y alrededor de 1 kilo de cera. La miel extraída es de muy mala calidad, ya que se realiza mediante el prensado de los panales y calor. Pero los precios obtenidos por estas mieles son los más altos, ya que hay una opinión generalizada de que son las mieles más puras.
FOTOEl Gran Atlas.
El Gran Atlas.
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Floraciones.
Las principales floraciones con interés apícola del Atlas son:
Almendro, florece de principios de enero a principios de febrero, según la altitud donde se encuentren.
Tomillos, floraciones muy extensas desde principios de febrero hasta abril.
Cactus, muy frecuentes, producen una gran cantidad de néctar, que las abejas recogen desde principios de marzo.
Labiadas, florecen a partir de abril, mantienen las abejas durante el verano.
Cedro del Atlas, produce mielatos en otoño.
Encinas, proporcionan grandes cantidades de mielatos en otoño.
Estas fueron las floraciones que vimos a nuestro paso, hay muchas más, que habría que estudiar más detenidamente, pero que en un viaje tan rápido son difíciles de descubrir.
Las abejas del Atlas.
El Atlas está poblado mayoritariamente por Apis mellifera intermissaes, una abeja oscura, de tamaño intermedio entre la Apis mellifera mellifera y las abejas africanas, relativamente mansa y muy adaptada al medio en el que vive.
En las vertientes este y sur del Atlas encontramos  la Apis mellifera sahariensis, conocida como abeja de Marruecos o abeja del Sahara, es una subespecie que ocupa las zonas más cálidas, siendo de una tonalidad más clara y de un comportamiento más nervioso. Debido a la escasez de plantas melíferas en estas zonas cálidas, estas abejas, consiguen volar hasta 10 kilómetros para recoger néctar y polen.
Comercialización de la miel.
De momento, la miel, es el único producto de la colmena que se comercializa en Marruecos. En el entorno rural, también podemos encontrar panales enteros, repletos de miel y pan de abeja, procedentes de colmenas rústicas.
Hay dos grandes canales para comercializar la miel, el tradicional y el moderno, van en sintonía con la forma de obtenerla.
El sector apícola tradicional, generalmente vende su miel en mercados y zocos tradicionales. Todos los mercados, cuentan con dos o tres puestos de miel, donde los envases son tan habituales como asequibles y baratos: botellas de agua reutilizadas. El precio medio que puede alcanzar una botella de litro y medio de miel (2 kilos), es de aproximadamente 200 dhirjan.
El sector moderno, aunque también comercializa la miel en los mercados, lo hace en menor medida. Hay muchos apicultores que envasan y etiquetan sus mieles.  La extracción de miel, la  realizan mediante extractores de fuerza centrífuga, obteniendo mieles menos calentadas y de más calidad que las obtenidas de colmenas rústicas. Se venden en tiendas "bajo teja", es lo más parecido a las tiendas europeas. También podemos encontrar vendedores de miel por muchas carreteras del país, generalmente en garrafas de de 2 a 5 kilos.
Es destacable, que la tradición todavía tiene más fuerza que la modernidad, ya que la miel obtenida por métodos tradicionales, siempre es vendida a un precio más alto que la obtenida en las colmenas modernas.
Agustín Blanco de Domingo. Hortigüela, febrero de 2010.

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