lunes 29 de octubre de 2012
http://mieladictos.wordpress.com/2012/09/29/miel-en-la-triaca-magna-la-panacea-universal-2%C2%B4/
http://mieladictos.wordpress.com/2012/09/29/miel-en-la-triaca-magna-la-panacea-universal-2%C2%B4/
Miel en la “Triaca Magna”, la panacea universal (2´)
Cuando en la novela “El hereje” de Miguel Delibes, el médico que atiende a la mujer de Bernardo Salcedo, pide que le traigan la carísima triaca magna, un preparado milagroso que incluye entre sus ingredientes la miel, el autor nos hace entender que es el único y último remedio que podría evitar la muerte de esta señora en el Valladolid del siglo XVI. Al fallar la purga, las cauterizaciones o la sangría, pocas más soluciones había.
Según los escritos, fue un médico griego del siglo I d.C., Andrómaco, el que añadió el veneno de víbora a un preparado que ya se utilizaba desde el siglo II a.C “para casi todo”, y pasó de ser un antídoto para los venenos, a una panacea. El origen de la palabra triaca está relacionada con la palabra griega “contraveno”. Mezclaba entre sus componentes el origen animal, vegetal y mineral.
Galeno, entre otros, citó una fórmula para preparar la triaca magna, que alcanza su máximo explendor y utilización en los siglos XVI, XVII y XVIII. Aunque ya se ha demostrado su nula ayuda frente a las enfermedades, en aquel entonces era un último recurso que se ofrecía a las personas ya desahuciadas. Siempre se podía pensar que su falta de eficacia era debida a unos componentes adulterados o a una mala preparación. Y para apoyar su fama, la mayor parte de la literatura de la época no tenía dudas de su poder curativo.
El alto coste le daba también prestigio. Árabes y cristianos de esos siglos también sucumbieron a su fama. Es lógico, no había enfermedad que no fuera remediada por la triaca. El verdadero componente que funcionaba era el opio. Existía una ceremonia de preparación, que implicaba hasta a la autoridades civiles. La República Veneciana se benefició económicamente de ello.
-Tipos de mieles utilizadas en la preparación de la triaca. La miel (de calidad superior) junto al vino (de lo mejor) eran utilizados al final de la preparación para mezclar los ingredientes y producir la fermentación. Se afirmaba que la miel era semejante al rocío, intentando asemejar la miel a una sustancia pura como el éter, algo ofrecido por el cielo, algo que no fuera terrenal. Tales afirmaciones sobre la miel ayudaban a impulsar el carácter sagrado y mágico de la triaca. Aunque la verdad es que sólo ejerce una acción edulcorante entre el resto de ingredientes.
Ciertas recetas de preparación insisten en la utilización de miel de saúco (Sambucus nigra) y miel superior. El saúco ofrece una serie de propiedades depurativas, diuréticas y antiinflamatorias, que podrían pasar al néctar libado por las abejas.
Como curiosidad, al menos hasta el siglo XVI, la miel tomada en caliente con aceite rosado se consideraba un magnífico antiveneno.
Para saber más:
-La triaca magna. Discurso del Excm. Sr. D. Francisco Javier Puerto Sarmiento.ISBN: 978-84-936890-1-8