sábado 3 de noviembre de 2012
http://www.artehistoria.jcyl.es/artesp/obras/10665.htm
http://www.artehistoria.jcyl.es/artesp/obras/10665.htm
Autor: Juan De Valdés Leal
Fecha:1673
Museo:Museo BB.AA. Sevilla
Características:120 x 107 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Barroco Español
Fecha:1673
Museo:Museo BB.AA. Sevilla
Características:120 x 107 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Barroco Español
En 1673 Valdés Leal está trabajando en las pinturas del retablo para el oratorio bajo del Palacio Arzobispal de Sevilla, encargadas por el arzobispo de Sevilla, don Ambrosio de Spínola. El conjunto lo formaban siete obras sobre la vida de San Ambrosio con las que el arzobispo quería crear cierto paralelismo entre su actividad arzobispal y el Santo Padre de la Iglesia, empleando incluso su rostro para dar vida al santo en las obras. El Milagro de las abejas es el primero de la serie y en el lienzo se narra un milagro que tuvo lugar en la niñez del santo, durante su estancia en Roma donde su padre era gobernador. En la habitación del palacio donde el pequeño descansaba entró un enjambre de abejas que revolotearon alrededor del niño dormido e incluso se introdujeron en su boca. Cuando los insectos se retiraron, el santo no tenía ninguna picadura. Valdés Leal presenta la escena en un impactante interior arquitectónico digno de un palacio romano, enmarcando el episodio principal con un cortinaje rojo. La escalera que asciende hacia la estancia y las arquerías del fondo aumentan la monumentalidad. La luz procede de la izquierda pero resulta muy tamizada ya que la escena se desarrolla en un interior, creando atractivos contrastes lumínicos. En el fondo una ligera iluminación que llega desde la derecha permite contemplar una ventana abierta con dos figuras de pie que dirigen sus miradas hacia el lugar donde se ha producido el milagro. Las actitudes y los gestos de las figuras, así como sus ropajes, están sacados de la vida cotidiana sevillana, popularizando de esta manera la composición. La aya que cuida al pequeño se asusta ante la llegada del enjambre mientras el padre reacciona con cautela y las dos damas comentan el suceso. El maestro emplea una pincelada tremendamente deshecha, descomponiendo las figuras gracias a sus rápidos trazos, obteniendo un impactante resultado.
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