martes, 29 de octubre de 2013

Argentina. Ciclo biológico de las reinas

martes 29 de octubre de 2013
http://blog.beemore.com/ciclo-biologico-de-las-reinas/

Fuente: Revista Campo y Abejas. Año XVII – Edición Especial 2013.
www.apiculturaonline.com 
Bandera Argentina

Ciclo biológico de las reinas

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Ciclo biológico de las Reinas.
Todos los años y en forma coincidente con la etapa productiva la mayoría de las colmenas construyen en forma natural celdas reales, las que poseen una forma especial, y es aquí en donde se criarán las futuras reinas de la colmena. Se desprenden del panal por su tamaño ocupando una superficie de tres celdas hexagonales de obrera en su base y aproximadamente 2 cm de largo. Según el sentido de su construcción diagnosticamos las siguientes situaciones:
- Celdas de reina de enjambrazón.
- Celdas de reinas de reemplazo.
- Celdas de reinas de emergencia.
Celdas de enjambrazón: todos los años, en la misma época y alrededor de veinte días, las colmenas se preparan para dividirse naturalmente. Este proceso se denomina “enjambrazón”, en donde la colmena se separa aproximadamente en dos mitades. La sección que se aleja de la colmena se lleva a la reina madre y deja en los panales varias celdas reales ubicadas en los bordes inferiores de los panales.
Celdas de reemplazo: cuando las reinas comienzan a perder fuerza y sus feromonas pierden vigor las obreras construyen una o dos celdas en el mejor lugar de la cámara de cría cuidándolas y alimentándolas de la mejor manera posible. Cuando la futura reina se corona como madre, la reina vieja es destituida y pasa desapercibida y muere más tarde por vejez.
Celdas de emergencia: muchas veces el apicultor comete errores en el manejo de sus colmenas y se ve reflejado por la construcción de varias celdas reales en cualquier parte de uno o dos panales que contengan cría de obrera. Esta situación se presenta porque en un descuido la reina madre es lastimada o muerta en momentos que la colmena es abierta por el apicultor. Otra situación es el caso de reinas caídas fuera de la colmena: como éstas no pueden regresar, las abejas construyen celdas reales de emergencia. Hay casos en que las obreras castigan a la reina asfixiándola por la mala labor del apicultor. Cualquiera de estas situaciones se produce en condiciones de orfandad.
Es bien sabido que a partir del huevo las reinas rompen su opérculo entre el día 15 y 16 de su desarrollo. En términos biológicos este proceso es correcto. Pero a la hora de criar reinas nos manejamos con un ciclo de desarrollo algo diferente: luego del tercer día de huevo, eclosiona una larva que en condiciones normales dará origen a una obrera y que desde la puesta del huevo desarrollará en 21 días. Si esta larva fuera elegida por las nodrizas o transferida correctamente a una colmena preparada para comenzar su crianza como reina se producirá su nacimiento entre el onceavo o doceavo día.
Por este motivo damos a continuación el calendario productivo del ciclo de reinas:
1. Transferimos larvas de 1 día de edad aproximadamente (larvas con desarrollo más avanzado formarán reinas de menor calidad).
2. Las celdas reales son operculadas al cuarto día del traslarve.
3. Al séptimo día del operculado las celdas son injertadas en los fecundadores o núcleos.
4. Al octavo día se produce el nacimiento.

Fisiología del ciclo de las reinas.
Normalmente existe una sola reina por colmena, aunque puede darse el caso que convivan dos a la vez, por ejemplo cuando se procede al reemplazo de la madre de la colmena. La reina vieja, sin fuerzas y con su sistema hormonal disminuido, pasa inadvertida dentro de la cámara; hasta se da el caso en que ambas reinas aoven juntas dentro de la misma cámara de cría.
Morfológicamente su cuerpo es algo diferente al de las obreras: aparato bucal más pequeño, que le sirve para alimentarse; antenas más largas, utilizadas en el vuelo nupcial para sentir las feromonas de atracción masculinas; su sistema ocular es de igual contextura que el de las obreras; el sistema de locomoción compuesto por alas y patas cumple simplemente con esta función, no posee ninguna adaptación; el abdomen más grande, sobrepasa el largo de las alas plegadas; posee un sistema glandular que la diferencia como reina capaz de producir varias feromonas; tiene dos ovarios muy grandes y un reservorio de esperma llamado espermateca; posee aguijón, que es curvo y liso y lo utiliza sólo en un combate real. Ésta no se desprende de su abdomen, lo que le permite una vez utilizado seguir viviendo.
Por el resto de su vida las reinas se dedican a formar grandes familias, colocando en las celdas del nido unas 19 generaciones anuales. Mientras su sistema hormonal se mantenga vigoroso será reconocida como tal aunque haya dejado de aovar por algún problema fisiológico. En cambio, si sus feromonas pierden fuerza de cohesión será reemplazada sin miramientos aunque sea una muy buena ponedora de huevos.
En los apiarios productivos, la vida útil de las reinas se calcula en aproximadamente dos años. Aunque es muy longeva –llegando a vivir más de cinco temporadas- su capacidad de aove disminuye año tras año, produciendo colonias cada vez más pequeñas, lo que trae aparejado menores producciones.
El abdomen de la reina está preparando para colocar en la época de mayor postura unos 1800 a 2500 huevos diarios. La velocidad de postura varía según la cantidad de jalea real que reciba mientras efectúa su trabajo. Las reinas se aparean una sola vez en su vida alojando todo el esperma recibido en un órgano receptor llamado espermateca, ubicado detrás de dos grandesovarios encargados de producir los óvulos. Estas dos formaciones –ovarios y espermateca- se unen por medio de conductos deferentes a un receptáculo llamado oviducto, en él se fecunda el óvulo con el espermatozoide por un orificio denominado micrópilo, convirtiéndose en un huevo luego de ser colocado dentro de la celda. Existe la posibilidad que el óvulo sin fecundar sea colocado en la celda, esta particularidad se da en la clase de los insectos y arácnidos en donde un huevo no fecundado desarrolla normalmente cumpliendo los diferentes estados de la metamorfosis.
El individuo resultante posee características genéticas diferentes pues no recibe el juego cromosómico del padre denominándose individuo haploide, en cambio el ser que contiene en sus células somáticas (cuerpo) los dos juegos de cromosomas se denomina diploide. En una colonia de abejas todos los habitantes diploides son hembras, obreras y reina, y los sujetos haploides son zánganos (machos).

Ciclo anual de las colmenas.
Las colmenas ubicadas en apiarios sedentarios o fijos presentan anualmente un ciclo evolutivo que refleja la pérdida o ganancia de abejas a medida que transcurren las estaciones climáticas y la aparición de especies vegetales en plena floración.
Las colmenas manifiestan un desarrollo poblacional en cuatro etapas muy diferentes, las que transcurren durante el llamado año apícola o año productivo. Durante el desarrollo de este ciclo poblacional el apicultor realiza las correcciones y modificaciones (manejos apícolas) necesarias para transformar el llamado ciclo natural que estas presentan cuando no interviene la mano del hombre. Este ciclo se ve ejemplificado en las colmenas silvestres las que viven en troncos ahuecados, cavidades o en todo aquel espacio que elijan los enjambres para formar su vivienda. Si en una colmena productiva el apicultor no aplica técnicas ni estrategias de trabajo, dicha colmena también presentará durante su ciclo las mismas condiciones que una colmena silvestre.

Ciclo productivo y ciclo natural.
El ciclo natural se cumple bajo estrictos estímulos naturales en donde los cambios biológicos se producen a medida que la naturaleza le ofrece condiciones climáticas y períodos de floraciones determinados. En cambio, elciclo productivo es manejado por un control minucioso por parte del apicultor, dependiendo su éxito de las distintas habilidades y conocimientos empleados para confeccionar un modelo productivo acorde a sus posibilidades. Sin embargo, todo productor deberá confeccionar su modelo de trabajo basándose en los cambios poblacionales que presentan sus colmenas en estado natural y modificar estas actitudes instintivas en productivas.
Podríamos deducir que en cada región climática y fitogeográfica del país las colmenas presentan un ciclo de crecimiento distinto. En rigor a la ciencia esta hipótesis podría ser cierta, pero bajo condiciones climáticas desfavorables los ciclos de las colmenas se ven afectados directamente.
Por ejemplo: inviernos muy suaves provocan un mayor consumo de reservas. Durante primaveras frías y lluviosas no se logra un rápido desarrollo de las cámaras, se dan pérdidas de reinas durante el período de fecundización, retraso en el proceso de enjambrazón. Veranos muy secos pueden ocasionar pérdida parcial o total de la producción y otras cuestiones más. Cada colmenar presenta características de desarrollo diferentes aunque estén distantes algunos km y se acentúan cada vez más a medida que lo comparemos en las diferentes regiones fitogeográficas argentinas. Estas diferencias de desarrollo poblacional se acentúan en aquellos emprendimientos en donde se practica la trashumancia, logrando que el período productivo sea más largo.
Es necesario que cada productor, en la región que esté instalado con sus colmenas, confeccione un calendario productivo basándose en el ciclo natural que las colmenas presenta, las cuales responden a estímulos naturales a través de un año apícola. El año apícola o año productivo responde con exactitud a los cambios que la naturaleza impone, sean estos adversos o favorables. Es decir que el ciclo natural y productivo puede verse modificado año tras año según las condiciones que se presenten.
El ciclo anual de las colmenas, sea natural o productivo, presenta cuatro etapas agrupadas en dos períodos muy diferentes:
1. El primer período es denominado en la actividad apícola como invernada, que incluye dos momentos críticos: una primera etapa, la reductiva, que se refleja en la pérdida de abejas; y la segunda, de equilibrio poblacional mínimo.
2. El segundo período se encuentra enmarcado en condiciones naturales muy favorables para el desarrollo poblacional de las colmenas. También está dividido en dos etapas: la primera –o de crecimiento poblacional- denominada crecimiento primaveral; y una segunda ubicada al final del ciclo, la productiva, en donde transcurre la cosecha.
Durante el tiempo que transcurren dichos ciclos las colmenas presentan cambios en la cantidad de abejas que éstas poseen. En plena etapa productiva una colmena puede alcanzar o sobrepasar la cantidad de 80.000 habitantes y en menos de un mes sólo poseer 15.000 abejas, manteniéndose de esta manera durante los meses más adversos, y de repente, en la etapa de crecimiento, aumenta geométricamente su población, dadas las condiciones climáticas y ambientales normales.
Si tomamos a las colmenas como a un individuo integral deducimos que cumple con todas las etapas de un ser vivo: las colonias nacen, crecen, se reproducen y mueren durante el ciclo natural. Pero el productor implementa metodologías para que este ciclo se transforme en uno productivo impidiendo que se reproduzcan naturalmente (enjambrazón) o se mueran.
Existe un momento durante el año apícola que marca el final de la etapa improductiva. En cada región se manifiesta todos los años casi en la misma época. El comienzo de la etapa productiva se ve reflejado por los cambios climáticos y ambientales más favorables para el desarrollo de las especies vegetales de importancia apícola.
Con la aparición de las primeras floraciones, aumento de la temperatura y el pecoreo, se creciente día a día la entrada de alimentos a la colmena. La reina comienza a recibir una dosis más elevada de jalea real, producida por las obreras nodrizas. La resultante es en un primer momento la ampliación de la superficie de cría y posteriormente un crecimiento poblacional muy marcado en la cantidad de cuadros con abejas ocupados.
Pasado este momento, la cantidad de abejas aumenta geométricamente llegando nuevamente a unas 80.000 si las condiciones climáticas y la calidad de la reina lo permite. Aquellas colmenas que sufrieron la falta de alimentos naturales o artificiales ven afectado este proceso de crecimiento el que traducirán con el tiempo en colmenas menos productivas.

Momentos para la producción de reinas.
Podríamos decir que durante todo el período productivo el apicultor tiene la posibilidad de adoptar un sistema de cría artificial de reinas para abastecer sus demandas, pues se ve favorecido por los estímulos naturales presentes durante esta etapa, los que provocan la aparición de zánganos y la crianza natural de reinas. Sin embargo, sabemos que no siempre se nos presentan las condiciones óptimas en forma continua para la cría de reinas.
Obviamente, entendemos que existen períodos críticos en donde las colmenas no aceptan la formación de celdas reales o éstas se presentan con un tamaño inferior a lo normal o que durante el proceso de fecundación se pierdan numerosas reinas.
Ante estas cuestiones es necesario que el criador establezca cuáles son los momentos más propicios para el desarrollo de las futuras madres y deberá tratar de no consumir esfuerzos que podrían terminar en un marcado fracaso. El aporte abundante y constante de néctar y polen asegurará la eficacia de los procedimientos adoptados. Pero ante la más mínima variación climática (altas precipitaciones, intensas sequías) las colmenas dedicadas a la cría de reinas rechazarán toda intención de criarlas artificialmente.
Podríamos decir que existen dos parámetros a tener en cuenta al momento de criar reinas:
1) La primer instancia a tener en cuenta es el óptimo estado de desarrollo de las colmenas que las criarán, la aparición de los zánganos y la selección de las colmenas madres y criadoras. Colmenas bien pobladas que han desarrollado rápidamente a la salida de la invernada y mantienen una buena superficie de cría, no menos de 8 cuadros bien cubiertos, o en su defecto colmenas que se formaron en doble cámara; en síntesis, las mejores son las que destinaremos para esta tarea.
2) En segundo término nos referiremos a las condiciones propias de la zona o lugar adoptado para la cría de reinas. Floraciones tempranas y abundantes, con buenas condiciones climáticas que perduren a medida que transcurre el ciclo productivo, harán más eficiente el proceso.



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