lunes, 14 de diciembre de 2015

ONG explica cómo las abejas pueden paliar la pobreza en Gambia

lunes 14  de diciembre de 2015
http://www.diariodeibiza.es/pitiuses-balears/2015/12/12/abejas-salir-pobreza/811341.html
Bandera de España

Abejas para salir de la pobreza

La doctora en Biología Marzia Boi explica cómo la apicultura es un vehículo para fomentar el desarrollo rural en países como Gambia

12.12.2015 | 18:04
Marzia Boi junto a Antoni Escandell durante la charla
Marzia Boi junto a Antoni Escandell durante la charla 

­Apicultura para salir de la pobreza o, al menos, paliarla. La doctora en Biología y profesora de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y la UNED Marzia Boi explicó en el Club Diario cómo las abejas pueden ser el vehículo para que pueblos que viven en condiciones de miseria en Gambia puedan salir adelante y además obtengan numerosos beneficios.
«A través de la apicultura se puede lograr que una familia pueda mejorar su situación económica y sanitaria y su alimentación, y además puedan vender los excedentes», explica Boi, que sabe bien de lo que habla porque es miembro de la Asociación Balear de Formación e Intervención Social (Asbafi), que impulsa proyectos para divulgar y promover la apicultura como vía de desarrollo de comunidades rurales en África, concretamente en Gambia. En octubre se inició el proyecto ‘Granja de abejas como motor de desarrollo y capacitación agrícola para la seguridad alimentaria. Una propuesta para solventar la malnutrición’, que está formando como apicultores a jóvenes de Marakissa Kombo (Gambia). La asociación también desarrolla proyectos destinados a que las mujeres aprendan a cultivar huertos y a comercializar los productos, lo que repercute especialmente en la mejora de la salud de los niños. Boi lleva cuatro años involucrada en esta ONG.
«Hay que enseñarles a pescar, no darles el pez», explica la profesora, y eso es lo que hace la ONG: proporciona la formación y las herramientas necesarias para que sean capaces de cosechar su propia miel y rentabilizar al máximo todos los beneficios de esta actividad, «que puede cubrir gran parte de sus necesidades». «Es posible hacer una apicultura más sostenible para que gente pobre pueda salir de la pobreza», insiste Boi.
La miel que se cosecha alrededor del pueblo se convierte también en un alimento básico para combatir la malnutrición infantil, ya que supone «un importante aporte vitamínico y puede cubrir las necesidades de los niños en sus primeros años de vida», explica Boi. La bióloga señala que esto es algo fundamental, dado que su dieta no tiene edulcorantes como el azúcar y la mala alimentación puede ocasionar malformaciones y retrasos en los niños.
Asimismo, las abejas también sirven para promover la agricultura, puesto que son «importantes polinizadores», recuerda la profesora, que está especializada en palinología (el estudio del polen) y en análisis de miel, para determinar su contenido botánico y su procedencia geológica. La bióloga advierte de que es importante no repetir en estos pueblos a los que se trata de ayudar «los mismos errores» en los que se ha caído en occidente, en referencia a no extender plagas o al uso de plaguicidas o antibióticos para combatir enfermedades de las abejas.
La cera, básica para tener luz
Otro producto de la apicultura que tiene gran importancia en comunidades en las que no hay luz eléctrica es la cera, ya que es la única forma de iluminar las viviendas. La posibilidad de usar cera representa un cambio radical para estas gentes, que pasan de estar a oscuras en sus casas a poder tener luz no natural en su vida cotidiana. «La apicultura es fantástica, construye tanto...», subraya la botánica.
Boi recuerda que gracias a la ONG se formaron las tres primeras mujeres apicultoras de Gambia. Precisamente una de ellas, el primer día que estaba en el curso, recibió una noticia terrible: su hijo había muerto ahogado en Libia intentando llegar a Europa, según relata la profesora, conmocionada: «Dejan el paraíso, que es su tierra, que es bellísima, donde hay agua, una comida buenísima... para venir aquí. Nos ven a nosotros y piensan que también pueden alcanzar ese bienestar. La gran mayoría no lo logra», lamenta.
Para esta bióloga, colaborar con el proyecto de formar apicultores en Gambia «es un placer», ya que explica que «es gente que quiere aprender» y es sumamente acogedora: «Nos reciben cantando, se privan de su comida para dárnosla a nosotros», explica en sentido figurado.
Marzia Boi cerró las jornadas de apicultura que ha organizado la Associació d’Apicultura de Eivissa en el Club Diario de Ibiza, y que han concluido cada una con una cata de mieles.

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