Hace un par de semanas atrás nuestro medio adelantó sobre una manga de langostas que había llegado a territorio cordobés procedente del norte del país y que se direccionaba hacia el sur.
Esta semana se conoció la noticia que el avance se había intensificado y la plaga ya llegó a Elena y Berrotarán (80 kilómetros al norte de Río Cuarto).
Según manifestaron productores rurales de la zona, la manga era de aproximadamente cien metros, aunque aclararon que los insectos no llegaron a generaron daños en las cosechas, pese a que estuvieron algunos minutos sobre un lote cultivado con avena.
Por su parte, Diego Biondi de Berrotarán explicó “venían volando y se sentaron en una plantación para descansar en la noche. No vimos daños en los lotes de trigo. Tampoco sabemos si comen olmos o no”, y graficó la situación “los alambres y los postes no se veían”.
Palabra de especialista
El Ingeniero Ulises Gerardo, profesor de Zoología Agrícola de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto, remarcó que si el gobierno nacional y provincial no realizan monitoreos al respecto y toman cartas en el asunto esto puede ser un desastre para los agricultores de la zona y agregó que si se está viendo semejante cantidad de insectos en esta época del año es porque se falló en el control previo y destacó que las mangas que se observaron son de tercera generación y por esta época está naciendo la primera generación, por lo que si no se controla pueden ser de 200 a 400 veces más grandes de lo habitual.
Vale resaltar que también hay denuncias sobre la presencia de langostas en la zona serrana de Las Albahacas sobre una superficie de dos kilómetros de largo por 400 metros de ancho.
Al respecto, desde SENASA recomendaron hacer aplicaciones nocturnas con insecticidas, porque pueden llegar a afectar a los cultivos, y añadió que por efecto del viento pueden llegar a recorrer hasta 150 kilómetros en un día, lo cual permite leer entre líneas que el Estado no pensaría tomar cartas en el asunto sino que dejaría el tema librado a la resolución propia de cada productor.
Sin embargo, Ulises Gerardo expresó que atacar con plaguicidas a los insectos es muy contaminante para el ambiente.
Por último, vale mencionar que desde SENASA remarcaron la obligación de denunciar en caso que aparezca alguna situación similar.