La apicultura puede parecer una actividad compleja, y lo es a nivel profesional. Sin embargo, el Ayuntamiento de Segovia desarrolla la iniciativa ‘huertos de la miel’ . El objetivo es acercar el mundo de las abejas a los ciudadanos y mejorar la biodiversidad de la ciudad.
El presidente de la Asociación Provincial de Apicultores, Alejandro de la Hoz, valora esta experiencia y considera que la apicultura a pequeña escala es una actividad accesible para cualquier persona que no esté afectada por factores como la alergia o la fobia a estos insectos. Eso sí, la obtención de miel de forma artesana requiere paciencia, equipamiento adecuado, formación y los seguros correspondientes, indica.
Los trece beneficiarios de este proyecto pionero en la ciudad obtuvieron las licencias en febrero de 2016. Desde entonces han aprendido todo lo necesario para explotar las colmenas, que se encuentran distribuidas en 13 parcelas, de 300 metros cuadrados cada una, en el barrio incorporado de Zamarramala. Las fincas rústicas municipales fueron seleccionadas por el Ayuntamiento con la ayuda de Apase y cuentan con el visto bueno de la Junta de Castilla y León, administración competente en la materia.
Cada titular tenía la posibilidad de instalar un máximo de quince colmenas con el fin de explotarlas para el autoconsumo, es decir, el Consistorio regula un máximo de 195 colmenas de ocio. Sin embargo, la mayoría han optado por comenzar con entre seis y diez debido a su desconocimiento previo del sector. Los adjudicatarios, además, de recibir una primera sesión formativa antes del inicio de la actividad cuentan con un tutor con experiencia que les guía en el proceso.
Uno de los trece adjudicatarios, Álvaro B., explica que el comienzo fue complicado y que el año pasado la producción fue muy irregular porque comenzaron tarde y sin apenas conocimientos. Este ha sido su primera campaña completa de trabajo y aunque las condiciones meteorológicas no han sido las mejores, asegura que está actividad tiene muchos beneficios: «Además de los conocimientos que aporta, permite obtener miel para todo el año».
Cinco kilos
Álvaro ha comenzado con cuatro colmenas de las cuales solo dos han salido adelante con fuerza. La Varroa ha debilitado las otras dos, por lo que no ha podido obtener producción de ellas. En esta ocasión ha obtenido cinco kilos de miel, que confía en poder incrementar con la recuperación de los dos enjambres debilitados y la incorporación progresivde otras cuatro colmenas.
La dedicación no es un problema ya que, según el nuevo apicultor, con entre 10 y 12 mañanas de atención al año es suficiente. Eso sí, la gestión de más de 10.000 abejas por colmena no es tarea fácil para las personas que se inician en la actividad. Además de asumir que te vas a llevar algún que otro picotazo, Álvaro recomienda tener paciencia, porque hay muchos factores externos difíciles de controlar, como los pájaros, las plagas, la fortaleza de la abeja reina o el clima.
Las colmenas deben ubicarse a una distancia de al menos 25 metros de los caminos y 50 de las carreteras
En cuanto a las inversiones que han tenido que realizar, explica que las más fuertes son las iniciales, cuando adquieren la equipación básica, en la que se incluye el ahumador o el traje de apicultor, que ronda los 75-100 euros. También la compra de las colmenas, por 50 euros, y los enjambres, en torno a 60 euros cada uno. Aunque los precios varían mucho en función de los materiales, tipos y calidad la inversión inicial es de unos 550 euros.
A pesar de que la licencia es solo para cuatro años considera que «es una iniciativa brillante, enriquecedora, que aporta conocimientos, favorece la biodiversidad y hace que se mire la naturaleza de un modo más cercano». Por eso, confía en que el Ayuntamiento modifique la regulación de este proyecto e incluya la posibilidad de renovar la concesión. Todavía es el comienzo y en 2020 los beneficiarios tendrán que hacer balance, pero, a su juicio, «Segovia tiene posibilidades de ampliar los terrenos destinados a ‘huertos de miel’ para que tanto los interesados en iniciarse, como los que ya están el proyecto puedan participar».
Entre las normas que deben cumplir para llevar a cabo la actividad se encuentran la ubicación de las colmenas a al menos 25 metros de los caminos y 50 metros de las carreteras, la instalación de carteles que adviertan de la presencia de abejas y la realización de un seguro de responsabilidad civil, que cuesta unos 50 euros al año. Asimismo, tienen la responsabilidad de mantener limpio y ordenado el huerto y desbrozados los accesos.
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