martes, 21 de noviembre de 2017

Japón. Cómo decodifican las abejas las danzas de los demás

martes 21 de noviembre de 2017
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Cómo decodifican las abejas las danzas de los demás

Las tres neuronas involucradas en descifrar el baile de waggle. Imagen: Hidetoshi Ikeno / Universidad de Hyogo
Los científicos han mapeado algunas de las neuronas que permiten a las abejas hablar bailando.
Por qué es importante: las abejas, que logran cosas impresionantes a pesar de su pequeña estatura, se han convertido en modelos para comprender la cognición. Los científicos estudian cómo navegan y reconocen los rostros, y ahora cómo comparten la información. "Estamos comenzando a comprender cómo un sistema neuronal bastante simple, como el de una abeja, puede resolver una tarea compleja como la comunicación", dice Thomas Wachtler, investigador de la Universidad Ludwig Maximilian de Munich y autor del estudio.
Las abejas se dicen unos a otros cómo encontrar flores cargadas de polen usando la 'danza del agua'. Es increíblemente preciso y puede señalar una flor a kilómetros de distancia. Una abeja pisa fuerte y hace vibrar sus alas y mueve su abdomen mientras camina en línea recta, luego regresa al inicio y lo vuelve a hacer. El ángulo que mueve dice qué camino tomar. La cantidad de tiempo que ella mueve dice la distancia. Otras abejas siguen el mapa de Waggle.
El truco: las colmenas son negras como la brea. Las abejas que observan no ven el baile, lo oyen y lo sienten.
Los investigadores ya sabían qué neuronas usaban las abejas para sentir las vibraciones, y sabían sobre el baile. Pero nadie había visto cómo interactuaban los dos.
Cómo lo hicieron: Wachtler, junto con Hiroyuki Ai y sus colegas de la Universidad de Fukuoka y la Universidad de Hyogo, tocaron el tambor de una danza de meneo artificial ante una abeja y midieron las señales de las neuronas. En el centro de la respuesta del cerebro había tres neuronas: la primera inicia o detiene la segunda en respuesta al sonido, de modo que mide el período de tiempo de la fluctuación. El objetivo del tercero aún no está claro, pero dado que recibe señales de las dos antenas de las abejas, Wachtler cree que ayuda a los observadores a rastrear dónde está la abeja danzante en el espacio, para que puedan determinar el ángulo del movimiento.

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