Decepción y rechazo son las palabras que resumen la valoración del sector apícola español ante la propuesta efectuada por el Ministerio de Agricultura en el tema del etiquetado detallado sobre el país de la miel que se comercializa España.
Según la normativa vigente en el etiquetado únicamente debe indicarse si se trata de miel de la Unión Europea (UE), de un país de fuera de la UE o una mezcla de ambas procedencias.
El pasado mes de diciembre, el Ministerio de Agricultura inició el trámite oficial para modificar la norma de calidad de la miel, en especial lo referido a implantar un etiquetado claro sobre el país de origen del producto que informe al consumidor y evite que se cuele "gato por libre", según apunta David Corral, de la firma Mieles Anta, uno de los mayores empresarios del sector de la miel en Galicia, que mueve unas 400 toneladas anales.
La propuesta de Agricultura ha sido calificada de "insuficiente" y "no responde a la necesidad de un etiquetado de origen claro y útil para el consumidor", señalaron en un comunicado desde Cooperativas Agro-alimentarias de España, colectivo que abandera la demanda ante el Ministerio que encabeza Luis Planas y en el que están incluidas diferentes agrupaciones apícolas gallegas.
Según la citada agrupación de cooperativas, "con la propuesta del Ministerio, una miel podrá utilizar la denominación de origen China-España, aunque contenga menos de un 1% de miel española, lo que supone un grave perjuicio para la imagen de la miel nacional, que se produce bajo los mayores estándares de calidad del modelo europeo" frente a la miel de origen chino de baja calidad.
Sobre este aspecto, David Corral, productor de Mieles Anta, opina que la etiqueta "debe indicar claramente el porcentaje de cada país productor de la miel". Añade que, de lo contrario, "se trata de un timo al consumidor".
PORCENTAJES. Por todo ello, desde el sector español de la miel, incluido el gallego, consideran imprescindible que "se obligue" a indicar el porcentaje de miel de cada origen y que el orden en que se ennumeren sea de mayor a menor, según expuso el colectivo de Cooperativas Agro-alimentarias de España.
De no ser así, inciden en que no se "alcanzaría el objetivo de que no se utilicen pequeñas cantidades de miel española o europea para dar un marchamo de calidad a un producto que no tiene globalmente esas cualidades", con lo que continuaría dando "una información errónea al consumidor y perjudicando a nuestro sector apícola".
Las cooperativas recuerdan que España es el principal productor de miel de la Unión Europea. Por este motivo, el Ministerio de Agricultura debe poner en marcha un etiquetado del producto "verdaderamente claro, útil y que ponga en valor el papel de nuestra apicultura", sentenciaron.
En el sector melífero español destaca el dato, a nivel estatal, de que las importaciones de este producto pasaron de las 16.000 toneladas en 2007 a las 32.000 en la campaña de 2017, según informó la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG), que también reivindica un etiquetado transparente.
Desde esta organización advierten que la situación es "perversa e insostenible" ya que España produce una de las mejores mieles del mundo, pero la industria dejó de comprarla porque prefiere abastecerse de importaciones de terceros países (China, Rusia, Ucrania, Argentina o Méjico, entre otros) con un producto de muy baja calidad y más barato, lo que está repercutiendo en el sector nacional.
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