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Llevar a cabo un estilo de vida vegano implica enfrentarse a muchas cuestiones, dudas y decisiones en el día a día. Ser vegano es mucho más que no comer animales ni sus derivados. Tiene que ver con el respeto, la empatía y la consideración hacia todas las especies del planeta.
Entonces, ¿a qué viene la pregunta de si los veganos comen miel? ¿Qué tiene que ver la miel con el sufrimiento animal? Además, ¿no se supone que las abejas producen mucha más miel de la que pueden consumir y que recolectarla las ayuda tanto a ellas como al ecosistema?
Resulta que este tema de la miel y las abejas es mucho más desconocido de lo que podemos imaginar, y lo que creemos que pasa no tiene nada que ver con la realidad.
A continuación te explicamos todos los secretos y despejamos las dudas sobre este controvertido tema que afecta tanto a veganos, como a no veganos, como al resto de la especies a nivel mundial…

1. Qué significa ser vegano

El veganismo es un movimiento que promueve un estilo de vida que sea completamente respetuoso con los animales. Por ello, sus hábitos alimenticios evitan todo tipo de comidas que cuenten con ingredientes animales o que sean derivados de ellos. Esto incluye carne, pollo y pescado, pero también derivados como la leche de vaca y los huevos.
Donald Watson, conocido por haber acuñado el término, explicaba que el significado de vegano excluye la explotación y crueldad hacia el reino animal. Las decisiones alimenticias tomadas por quienes adoptan este estilo de vida se basan principalmente en ese argumento.

A pesar de las creencias sobre el tema, la dieta vegana tampoco admite el consumo de miel. Se trata de un producto que es derivado de animales.
En este caso, es realizado por las abejas de miel. Pero más allá de eso, su cosecha y producción industrial implica la realización de actos que pueden ser tanto perjudiciales como dolorosos para estos insectos, e incluso llega a tener graves consecuencias medioambientales.
El mantenimiento de colonias de abejas en instalaciones hechas por humanos es conocido como apicultura. Se realiza con el objetivo de extraer la miel de abejas y comercializarla luego. Sin embargo, ese proceso resulta antinatural para las abejas, que tienen que soportar vivir en condiciones perjudiciales.

Muchos se plantean la duda sobre si esas condiciones son dolorosas para las abejas, o incluso si son capaces o no de sentir dolor.
A pesar de lo que pueda pensarse, las abejas cuentan con un complejo sistema nervioso que les permite experimentar dolor. Por lo que al ser privadas de la posibilidad de realizar acciones que para ellas son naturales, pueden ser sometidas a sufrimientos y dolencias.

3. Cómo las abejas producen la miel

Todos conocen qué es la miel: es solo uno de varios productos derivados de las abejas. Estos insectos la realizan de forma natural para su alimentación y supervivencia.
Sin embargo, el dilema inicia en el momento en el que el proceso natural de las abejas es intervenido por los humanos y se les llega a explotar para conseguir la miel.


3.1. Proceso de producción natural

No es sencillo descifrar cómo se hace la miel. La producen colonias de abejas, que suelen poseer alrededor de 60.000 abejas que trabajan para la creación de su alimento. Para realizarlo, tienen que volar hacia las flores, recolectar su néctar y regresar con él a la colmena.
Es común preguntarse qué hacen las abejas con el néctar de las flores. Estos insectos poseen una glándula capaz de producir una enzima. Al transportar el néctar, es mezclado con la enzima dentro de la boca de la abeja. La mezcla es luego expulsada por la abeja una vez que llega a su panal.
Cuando ya se encuentra en la colmena, es colocado en celdas hexagonales. En ese momento, el néctar cuenta con gran cantidad de agua. Por ello, las abejas empiezan a ventilar con sus alas hasta que el contenido en agua se reduce hasta 17%.

3.2. Proceso de producción forzada (explotación)

La cantidad de miel que una abeja realiza en su vida no es suficiente para cubrir una cucharadita de miel. De hecho, solo cubre un octavo de la cucharilla. Entonces, ¿cómo se produce la miel que se vende en el supermercado? En la apicultura se recurre al uso de diversos métodos para poder cubrir con la demanda del mercado.
En primer lugar, se cortan las alas de la abeja reina para evitar que se aleje de su colmena. También suele ser inseminada artificialmente para conseguir más huevos y, eventualmente, más abejas que produzcan miel.
En ocasiones, la abeja reina es matada y cambiada al pasar uno o dos años, porque es cuando reduce su capacidad de producir huevos, lo que afecta la producción de la colmena en general.
De forma natural, las abejas suelen producir más miel de la que consumen y guardar parte de ella para el otoño. En otoño, comen más miel de lo regular para prepararse para la llegada del invierno.


Sin embargo, en la producción forzada para la comercialización, se suele establecer el ritmo de trabajo desde antes del inicio del ciclo natural de trabajo de las abejas.
Las empresas recogen más miel de la cantidad extra producida por estos insectos y hasta les quitan la miel que las abejas guardan para el otoño. En su lugar, sustituyen el alimento por azúcar u otros suplementos que no resultan nutritivos para las abejas.
Hay varias técnicas para mantener el control sobre la colmena. Matar a la abeja reina y sustituirla por otra electa por el apicultor es una de ellas. Pero también lo hacen usando ahumadores.
El humo que emiten evita las picaduras, y confunde a las abejas, que pueden llegar a pensar que se trata de un incendio e intentan advertir a otras. Lo que las distrae mientras se extrae la miel del panal.

3.3. Daños causados a las abejas

Las técnicas utilizadas para aumentar la producción de miel de las abejas y posteriormente extraerla de sus colmenas somete a estos animales a situaciones antinaturales, de estrés y que causan dolor.
Las abejas cuentan con un sistema nervioso que les permite sentir dolor. En el proceso de producción forzada, son privadas de una dieta rica en miel, y se sustituye el alimento con azúcar u otros productos similares. Lo que las hace más susceptibles a desarrollar enfermedades que pueden acabar con la colonia entera.
Por otro lado, la producción de miel para su comercialización implica la compra de abejas reinas para la creación de colmenas artificiales de las que luego se extrae la miel.
Esa compra y venta de los insectos suele realizarse entre personas y empresas que se encuentran a larga distancia entre ellas. De hecho, la venta puede incluso realizarse por internet.

Como consecuencia, las abejas son sometidas a viajes incómodos y en condiciones que no son óptimas para su supervivencia. Algunas pueden incluso no llegar con vida a su destino. Esto se debe a que se exponen a diferentes tipos de ambiente.
En ocasiones, se enfrentan a lugares de sobrecalentamiento. Puede que, al llegar a la oficina de correo de destino, continúen allí por días antes de que su comprador las retire.
También se pueden enfrentar a muerte por congelación durante el transporte.En especial, cuando el viaje no es solo entre ciudades, sino que se realiza de un país a otro.

4. Otros productos que fabrican las abejas

4.1. Jalea Real

La jalea real es también producida por las abejas. Se trata de una secreción lechosa cuyo consumo puede tener beneficios para la salud. Está compuesta principalmente por entre 60% y 70% de agua, entre 12% y 15% de proteínas, 10%-16% de azúcar, grasas, vitaminas, sales y aminoácidos.
Esta secreción es necesaria para el desarrollo, cuidado y crianza de las abejas. Todas las larvas consumen la jalea real en sus primeros tres días. Pero solo las abejas reinas continúan consumiendo ese alimento pasado ese período de tiempo.
A pesar de que las reinas son exactamente igual al resto, esta fase de su alimentación las diferencia de las demás larvas. De ahí, su nombre de jalea real.

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4.1.1. Proceso de producción natural

La jalea es una sustancia que es secretada por las glándulas faríngeas de las abejas obreras. La secreción tiene lugar entre el día 5 y el día 14 y es usada para alimentar a las larvas durante sus primeros tres días de vida.
Solo aquellas abejas seleccionadas como reinas continúan su alimentación con esta secreción, y -a pesar de ser genéticamente similares al resto- su desarrollo es mayor.

4.1.2. Proceso de producción forzada (explotación)

El proceso de producción forzada requiere de gran atención, organización y un buen cálculo del tiempo para los apicultores. Lo primero que realizan es crear un ambiente en donde las colonias de abejas no cuenten con una reina.
Es vital para el proceso asegurar que la colonia cuenta con abejas jóvenes que puedan realizar el rol de nodrizas. Luego, insertan en la colonia huevos de abeja en tazas de plástico o de cera.
Las abejas obreras, por instinto, empiezan a criar a esas larvas insertadas en la colonia para eventualmente tener una reina. Por eso, las nodrizas insertan jalea real en los nidos con las larvas durante los primeros días. El apicultor extrae esa jalea real con una herramienta de succión.


4.1.3. Daños causados a las abejas

El proceso para la producción y extracción de la jalea real no resulta tan cruel como el de la miel. De hecho, lo normal es que su producción no sea cruel con las abejas vivas. Cuando las larvas son alimentadas con la jalea real, lo hacen de forma directa.
Lo restante que queda en las celdas o nidos es mucho más de lo que la larva puede consumir.
Sin embargo, el método de privar a una colonia de su reina no es natural ni ético, como tampoco lo es intervenir en el proceso de procreación para producir en grandes cantidades.

4.2. Cera de miel

La cera de miel es un producto generado por las abejas a partir de la azúcar que posee la miel de la que ellas se alimentan. Esos pedazos de cera producidos son usados para crear una base que permita la construcción de las colmenas o panales.

4.2.1. Proceso de producción natural

El proceso inicia cuando las abejas tienen entre 12 y 20 días de haber nacido. En ese momento, desarrollan una glándula en su abdomen capaz de producir cera.
La glándula se encarga de convertir el azúcar que posee la miel consumida en una cera que se forma en el abdomen de las abejas en forma de pequeñas hojuelas.
Las hojuelas de cera son reunidas y luego masticadas por los insectos. Una vez realizado este proceso, ya están listas para ser agregadas sobre la base de la colmena, y completar así el característico panal compuesto por celdas hexagonales.

4.2.2. Proceso de producción forzado (explotación)

La cera de miel se obtiene al derretir los panales de abejas con agua hirviendo. Una vez derretido, se procede a filtrarlo y enfriarlo.

4.2.3. Daños causados a las abejas

La extracción de cera de miel se realiza junto con la extracción de miel, por lo que genera el mismo daño a las abejas:



condiciones de vida limitadas, confusión producida por humo, sustitución de las abejas reinas cada dos años y el corte de las alas de las abejas reinas.

4.3. Propóleos

Es un producto elaborado por abejas a partir de resinas vegetales. El propóleo no es usado como alimento, sino para fortalecer los panales y limpiar o desinfectar las celdas.
La sustancia es de color marrón, y su composición suele cambiar dependiendo de la zona geográfica y el clima.
Su composición varia como consecuencia del tipo de plantas que se encuentren en la región -y que las abejas visitan para obtener su materia prima-.
Aun así, suele poseer resina y bálsamo vegetal (que conforman la mayor parte de la composición), cera, polen, aceites y materia orgánica.

4.3.1. Proceso de producción natural

Las abejas recolectan el propóleo de flores de la zona. Suelen recolectar esta sustancia cuando no hay gran cantidad de polen y por lo tanto no pueden producir tanta miel para alimentarse.
Por lo general, el proceso de recolección de propóleo ocurre en otoño, época en la que las abejas empiezan a prepararse para la llegada del invierno.
La extracción del propóleo de las especies vegetales puede resultar muy duro para las abejas. Pero una vez que lo tienen, proceden a transportarlo hasta la colmena donde es descargada la sustancia.
El propóleo entonces es amasado, y mezclado con secreciones propias de las abejas antes de ser resguardado en lugares destinados para ello dentro de la colmena.
Todo el proceso de recolección y descarga de propóleo puede tomar varias horas. Se estimó que, en un año, las abejas recogen entre 100 y 400 gramos de propóleo.

4.3.2. Proceso de producción forzado (explotación)

Existen diversas técnicas para obtener los propóleos. Una de ellas es colocar una cierta rejilla o mosquitero a modo de trampa y extraer los propóleos que las abejas coloquen sobre ellas.
También es muy común que los apicultores raspen los espacios de la colmena donde las abejas colocan gran cantidad de propóleos. Puede tratarse de marcos del panal u otros espacios que quedan vacíos y sobre los cuales las abejas esparcen propóleos a modo de pegamento.

4.3.3. Daños causados a las abejas

El uso de propóleo trae múltiples beneficios a la colmena, y extraerlo puede restringir a las abejas de esas ventajas. Entre ellas, de las propiedades antibacterianas que la sustancia posee.
Es capaz de evitar la aparición o multiplicación de bacterias, hongos o virus. Sin embargo, sin la sustancia, las abejas pueden estar más expuestas a esas amenazas, y reducir el tiempo de vida medio de la colmena.

4.4. Polen de abeja y pan de abeja

El término polen de abeja suele ser mal utilizado. El polen proviene de las flores y no es producido por los insectos. Las abejas lo usan como un ingrediente en las mezclas que realizan para generar algunos de sus alimentos, principalmente el pan de abeja.
Es importante destacar que el polen granulado que es por lo general comercializado no es sinónimo del pan de abeja. Son dos productos diferentes con sabores que se distinguen entre ellos.
Se llama pan de abeja al alimento producido por las abejas a partir del polen. Es lacto fermentado y forma parte de la dieta de estos insectos. De hecho, es su principal fuente de proteína básica, mientras que la miel les provee de los carbohidratos que requieren para sobrevivir.

4.4.1. Proceso de producción natural

La abeja no procesa, produce ni consume el polen. Pero sí lo recolecta y lo transforma para que forme parte de los alimentos producidos en la colmena y que son necesario para su supervivencia.
Entre ellos, el pan de abeja. Se produce a través de la mezcla de miel, polen y propóleos. Esa combinación es posteriormente transformada gracias a una fermentación láctica.
Para elaborarlo, el polen recolectado por las abejas es desprendido dentro de las celdas. Esa capa de polen es cubierta por una capa de miel y nuevamente por otra capa de polen hasta cubrir por completo la celda. Allí, la mezcla experimenta una fermentación láctica que dura varios días.
El proceso implica un cambio importante en la composición del polen. Entre ellos, aumenta sus proteínas solubles y sus aminoácidos libres. Por otra parte, el ácido láctico favorece la conservación del alimento por más tiempo.
Como resultado, se obtiene el pan de abeja. Puede ser usado como alimento -tanto para crías como para ejemplares jóvenes del insecto- como también puede ser un ingrediente en la producción de la jalea real.
4.4.2. Proceso de producción forzado (explotación)
El pan de abeja es producido por los insectos y se encuentra dentro de sus colmenas. Para su extracción, se hace uso de una maquinaria especializada. La extracción del pan de abeja suele realizarse luego de la extracción de miel.
Es un beneficio extra para los recolectores, pero por lo general no se trata de su meta. Por ello, el proceso de producción forzado no es tan exhaustivo.

4.4.3. Daños causados a las abejas

Para obtener el pan de abejas, se somete a los animales a las mismas condiciones que para la producción de miel. En principio, porque este alimento se obtiene una vez que la miel ya ha sido extraída.
Por ello, los mismos daños causados al producir la miel, se mantienen en la extracción del pan de abeja, que es además una parte de su alimentación de la que se les limita al retirarlo del panal.

5. Consecuencias de la explotación y maltrato de las abejas

En los últimos años, se ha estado advirtiendo sobre el riesgo que representa para el medioambiente que la población de abejas siga disminuyendo. Las abejas tienen una labor importante en el equilibrio del ecosistema.
En primer lugar, son capaces de polinizar 100 variedades de cultivos. Esos cultivos son los responsables de alimentar al 90% del mundo. Por lo que, al no contar con la labor polinizadora de las abejas, la salud y el medioambiente enfrentarían graves problemas.
La producción de miel para ser extraída y comercializada suele implicar el sacrificio de muchos ejemplares de abejas durante cada otoño. La explotación para fines comerciales genera gran daño al ecosistema.
Por otro lado, la cría masiva de abejas implica en muchas ocasiones el movimiento de abejas a zonas de las que no son nativas, lo que afecta a otros insectos de esas áreas que también requieren del polen para su alimentación.
Como consecuencia, las poblaciones de esos insectos competidores también se encuentran en un declive alarmante. En especial, la población de abejorros.

6. ¿Cómo ayudamos a las abejas dejando de consumir miel?

En primer lugar, hay que tener claro que consumir miel aporta beneficios directos a las personas que explotan a las abejas y, por tanto, se les incentiva a continuar haciéndolo.
Por ello, dejar de consumir miel hace que, como mínimo, se deje de formar parte de una industria que hace que las abejas vivan y trabajen en condiciones antinaturales y dolorosas para ellas.

La dieta vegana evita el consumo directo de miel, cera de abejas, de propóleos, de jalea real, de pan de abeja, así como de productos que contengan estas sustancias o deriven de la explotación de las colmenas.

Y eso no solo implica dejar de comprar alimentos que incluyan miel o sus derivados…
También se pueden encontrar productos estéticos o decorativos en el mercado que hacen uso de sustancias producidas por abejas. Entre ellos, bálsamos de labios, velas, cremas, jabones, geles, telas y un sin fin de productos no comestibles.
Quienes desean ir un paso más allá para proteger a las abejas pueden hacerlo con acciones que son pequeñas pero que tienen un gran impacto.
Una de ellas puede ser plantar en el jardín o en el balcón flores amigables con las abejas. En este caso también hay que procurar disminuir o evitar el uso de pesticidas u otros químicos que resultan mortales para estos insectos.

7. Alternativas para sustituir la miel

Existen opciones similares a la miel que no implican la explotación de lo animales que producen esta sustancia o que se encargan de polinizar las flores.
Las alternativas también son capaces de endulzar comidas y bebidas, sin llegar a ser invasivas con procesos de la naturaleza y sin maltratar u ocasionar daños a animales.
Una de esas alternativas es el jarabe de agave. Se extrae directamente de la planta de agave. Su consistencia es bastante similar a la de la miel, pero una diferencia es que puede resultar un poco más dulce.
Sin embargo, existen variedad de sabores disponibles en el mercado que van desde los más fuertes a los más ligeros.
Otro sustituto bastante popular es el jarabe de arce. Se obtiene de los árboles de arce, tanto rojos como negros, y pueden ser comprados en las condiciones más naturales posibles. Su sabor dulce es más concentrado que el de la miel.
Hay quienes consideran que el jarabe de malta de cebada es la opción más parecida a la miel que puede ser encontrada y que no implica ningún tipo de explotación a abejas.
Otras opciones menos conocidas son el jarabe de sorgo, que se obtiene al extraer y hervir el jugo de sorgo. El sorgo es una especie de cereal. El resultado es un jarabe dulce que suele ser un excelente acompañante para panquecas, o waffles.
Finalmente, está la melaza. Se obtiene a través del refinamiento de la caña de azúcar. Es muy común que sea usado para endulzar productos propios de bollería, como las galletas.
Es recomendable tomar en consideración que las personas no requieren del consumo de miel para continuar existiendo. Mientras que, para las abejas, la miel y sus derivados son los alimentos que las mantienen con vida y les aportan los nutrientes que necesitan.
Al conocer e interiorizar qué quiere decir vegano, resulta evidente por qué optan por sustitutos de la miel. De hecho, son muchos los planteamientos capaces de responder si los veganos comen miel y por qué no lo hacen. En su lugar, apuestan por alternativas que no sacrifican el dulce sabor, pero que tampoco implican la explotación de las abejas, su posible desaparición, ni un riesgo medioambiental.
Referencias: