Todos hablan de ellos. Primero, el presidente Mauricio Macri los recibió en Casa Rosada y luego los enunció en su discurso en la Rural de Palermo como uno de cientos de emprendedores en el campo que trabajan duro para innovar y generar empleo. En la última semana fueron citados nuevamente. Esta vez por un par, el empresario Hugo Sigman, fundador y Ceo del Grupo Insud, quien reconoció en una entrevista que en este escenario de pesimismo en Argentina, son ejemplo de que hay muchas empresas para pensar en más optimismo.
Se trata de Beeflow, una startup de biotecnología creada en 2016 que brinda en Argentina y Estados Unidos servicios de polinización profesional con abejas a productores agrícolas con el objetivo de aumentar el rendimiento y la calidad de los cultivos de manera sustentable.
"En Argentina y te diría en el mundo es la única empresa dedicada a la profesionalización de la polinización", se entusiasmó Milagros Graziani, ingeniera agrónoma quien se desarrolla como Gerenta de Nuevos Negocios en Beeflow.
Fundamentalmente, alquilan colmenas a apicultores y las fortalecen para luego llevarlas a los campos en floración de los productores que contrataron el servicio para mejorar la producción de esos cultivos.
"La polinización es un proceso biológico muy importante para los cultivos y muchas veces se ignora la importancia que tiene en el rendimiento de los mismos. Lo que hacemos nosotros es profesionalizar esa relación que existe entre el productor y el apicultor", explicó.
Pedro Negri y Milagros Graziani auditando una colmena en Estados Unidos, en el campo de Almendros de Harris Woolf.
Este fortalecimiento se da con formulados patentados, licenciados por la empresa. Son moléculas naturales que apuntan a fortalecer el sistema inmunológico de las abejas para que cuando lleguen al campo en la época de floración hagan un mayor número de vuelos y transporte de polen entre las flores.
"Nosotros monitoreamos y auditamos todo el proceso de la polinización. Medimos la cantidad de visitas y además hacemos un seguimiento individual de la colmena. Luego, le devolvemos las colmenas a los productores quienes continúan con su ciclo de producción de miel", narró.
Actualmente,en Argentinaestán trabajando en cultivos dearándanos en Entre Ríos y próximamente desembarcarán en Tucumán y Corrientes;almendros y cebollasen San Juan y Mendoza;kiwisen Mar del Plata;cerezasen el Alto Valle de Río Negro.
Mientras que en Estados Unidos están enfocados en frambuesas, arándanos y almendros.
Y los números avalan a esta tecnología. Según comentó Graziani, hay aumentos de rinde muy interesantes con la tecnología Beeflow en relación al manejo tradicional: en sus ensayos a campo obtuvieron un 38% de aumento de producción en almendros, un 22% en arándanos y hasta un 90% en kiwis.
Desde sus inicios recibieron inversiones en diferentes oportunidades, la primera en Argentina en 2017, la segunda, a fines de ese año en Estados Unidos y la de mayor magnitud en 2019, también en Estados Unidos, que suman U$S 3.450.000.
Los orígenes
La startup nació en 2016 de la mano de dos biólogos investigadores del Conicet: el Dr. Pedro Negri y el Dr. Agustín Saez. Gracias a Grid Exponential, una compañía que desarrolla e invierte en startups de base científica, ambos conocieron a Matías Viel, licenciado en Administración de Empresas y sobre todo, un emprendedor que no estaba ligado al agro.
Cada uno tenía mucho conocimiento relacionado a la polinización y las abejas, pero no se estaba transfiriendo a la sociedad.
Por un lado, Negri había descubierto cómo fortalecer el sistema inmune de las abejas mediante la administración de un suplemento alimenticio. Por otro, Saez sabía cómo optimizar las condiciones de polinización para mejorar el rendimiento agrícola.
Juntos, con Matías, comenzaron a pensar cómo mejorar la producción de alimentos en Argentina y en el mundo. En primer lugar, analizaron que las empresas de producción de alimentos en el campo, estaban enfocados en la mejora en la fertilización, el control de plagas, el riego y la genética, pero ninguna estaba haciendo foco en la mejora de la polinización.
"No se hacía porque muchos productores e ingenieros agrónomos ignoran que la polinización se pueda medir, manejar y mejorar", definió Graziani.
Así, tras entender que el 70 por ciento de los cultivos de todo el mundo dependen de la polinización para producir frutos y semillas y que el mundo atraviesa una profunda crisis poblacional de abejas y otros polinzadores, comenzaron a estudiar la situación en la Argentina.
El equipo de Beeflow entiende que en Argentina y otros países, hay un manejo muy informal de este proceso.
"Normalmente el productor llama al apicultor para que ubique las colmenas desconociendo la calidad de las abejas y la importancia de la misma, creyendo que sólo por tener colmenas, se va a dar naturalmente ese proceso. Faltaba una empresa con conocimiento científico y con tecnologías capaces de medirlo y mejorarlo, que trabaje en conjunto con los apicultores", sentenció.
Milagros Graziani, ingeniera agrónoma quien se desarrolla como Gerenta de Nuevos Negocios en Beeflow.
Ahora, en total trabajan 9 personas en Beeflow: 6 en Argentina y 3 en Estados Unidos.
La expansión
La empresa ya está instalada en Estados Unidos con Matías Viel, uno de los fundadores y Ceo de Beeflow. En 2017, el emprendimiento participó en un programa de aceleración para startup de biotecnología y debido a esto pudieron hacer un ensayo en el país norteamericano con la tercer empresa más grande del mundo de almendros, Harris Woolf. "Esta fue la puerta de entrada para ingresar", aludió.
Allí, pudieron validar los beneficios de su manejo en la cual confirmaron que aplicando la tecnología, las abejas volaban mejor a bajas temperaturas, hacían un mayor número de visitas a las flores y recolectaban más polen.
Luego, este año realizaron un ensayo con frambuesas con una de las principales empresas productoras y comercializadoras de este fruto,Driscoll’s, y los resultados también fueron muy buenos.
A diferencia de Argentina, que alquilan las colmenas, en Estados Unidos están preparando sus propios apiarios, llegando casi a las 1.000 colmenas.
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