Durante el 2018 y el 2019, FIRA ha otorgado recursos para capacitación y asistencia técnica a productores apícolas de Yucatán que mostraron interés en ingresar al programa de proveedores de empresas comercializadoras de miel orgánica con las que FIRA mantiene relaciones de negocio.
Para ingresar a este esquema, se debe contar con una certificación en la producción de miel validada por una firma certificadora; el proceso inicia con los apicultores convencionales que son visitados por los asesores, quienes les dan a conocer las prácticas que deben adoptar para poder cumplir con el proceso de producción. Existen varios niveles de certificación y ésta concluye hasta que la certificadora los supervisa y registra.
En este esquema de negocio, los apicultores que participan reciben capacitación constante de los asesores técnicos que contratan las empresas con el apoyo de FIRA, así también obtienen un mejor precio por kilogramo de miel desde el momento en que se inscriben al programa; otro beneficio que han adquirido los apicultores es la capacitación para buenas prácticas de producción de miel orgánica, así como para la elaboración de subproductos como el polen y propóleo orgánico, obteniendo ingresos adicionales.
Las comercializadoras fungen como empresas tractoras, otorgando las herramientas necesarias para incrementar la base de productores de miel orgánica y, por ende, elevando el acopio y comercialización de la misma. Este proceso, sin embargo, no es rápido, ya que influyen factores culturales en los métodos de trabajo y la adopción de tecnologías por parte de los productores, quienes deben continuar realizando continuamente las prácticas y procesos para conservar la certificación cada año.
Actualmente se cuenta con un padrón de 600 productores orgánicos certificados y 500 en proceso.
Al cierre del año pasado, FIRA ha colocado recursos de fondeo por 286 mdp en la red de miel, y siendo la comercialización la actividad preponderante, el reto es ampliar el flujo de financiamiento a la actividad primaria, con mejores condiciones crediticias, lo que significa buscar mecanismos de garantías que permitan a los intermediarios financieros incrementar sus operaciones en la fase productiva.
Para los inscritos en el programa de desarrollo de proveedores, se financian capitales de trabajo para los costos de producción y financiamiento de largo plazo para la adquisición de infraestructura y equipo, complementando con asistencia técnica y capacitación que reciben los productores para mitigar los riesgos en la producción, y la recuperación de los financiamientos son de acuerdo con los ciclos y amortizaciones de cada productor; en este caso, las empresas comercializadoras liquidan la miel al productor considerando los pagos del financiamiento bajo un esquema muy seguro. Como complemento se pueden realizar mezclas de recursos con algunos apoyos de otras entidades.
El principal reto en el programa de desarrollo de proveedores de miel orgánica es, sin duda, lograr incrementar la base de productores certificados para garantizar a la industria un producto de mayor calidad, así como integrar un mayor número de intermediarios financieros para incrementar las líneas de crédito, generando un esquema consolidado de negocio para todos los actores de esta red.
*Roberto Carlos Pozo Enríquez es agente de FIRA en Valladolid, Yucatán, y su correo es: rpozo@fira.gob.mx