miércoles, 11 de diciembre de 2019

Glifosato: una investigación argentina confirma su peligro

miércoles 11 de diciembre de 2019
Fuente:
https://www.pagina12.com.ar/235451-glifosato-una-investigacion-argentina-confirma-su-peligro
Bandera de Argentina
El riesgo se potencia cuando entra en contacto con el arsénico
Glifosato: una investigación argentina confirma su peligro
Científicos argentinos confirmaron que ese herbicida junto con arsénico (presente de forma natural en amplias regiones) producen alteración hormonal y daño genético, antesala posible de enfermedades como el cáncer.











"Los resultados presentados aquí deberían ser motivo de preocupación para los sistemas 
(responsables) de la salud humana y de la vida silvestre", alerta un trabajo científico inédito 
a nivel mundial, realizado por científicos argentinos, que determinó los riesgos del glifosato, 
herbicida estrella del modelo de agronegocio, en contacto con el arsénico (químico presente 
de forma natural en amplias zonas fumigadas). Existen numerosas pruebas científicas de los
 efectos en la salud y el ambiente del glifosato, y ahora se confirma su efectivo perjudicial 
potenciado: produce alteración de las hormonas y daño genético, males asociados a 
enfermedades como el cáncer. "No tengo dudas de las consecuencias del glifosato. Es
 tóxico y causa efectos muy nocivos. Hay más de 1000 trabajos científicos que lo 
confirman", afirmó Rafael Lajmanovich, científico a cargo de la investigación.
Durante más de seis meses analizó (junto a un grupo de investigadores) el efecto 
del glifosato con el arsénico (que se encuentra presente de forma natural en agua y
 suelos de Argentina --muchas de las zonas agrícolas--). Y confirmó lo temido: tienen un 
efecto sinérgico, se potencian, y producen consecuencias muy graves.
Confirmaron disrupción hormonal (aumento en la concentración de hormonas tiroideas), la 
mayor proliferación celular (aumentan su tasa normal de división celular) y genotoxicidad
 (daño en el material genético). "Estos tres marcadores son fuertes indicadores de mayor 
riesgo ecotóxicológico de procesos de daño en el ADN y/o de los mecanismos de regulación
 del mismo (llamado daño epigenético), que resultan en una proliferación celular incontrolada"
, explicó Lajmanovich. Es una obviedad en el mundo científico, probado desde hace décadas:
 a mayor daño genético, mayor probabilidad de contraer enfermedades como el cáncer
 y malformaciones.
En el mismo sentido, la experimentación en anfibios en una de las mejores maneras de
 prever lo que pasará en humanos. Por eso se los denomina los "canarios de la mina" (por
 esa práctica antigua de, en las galerías de carbón, tener un canario como alerta de gases
 tóxicos). El investigador detalla que los anfibios son excelentes modelos experimentales
 para estudiar el efecto agudo y crónico de sustancias tóxicas sobre el desarrollo de los
 vertebrados inferiores hasta los mamíferos. El desarrollo embrionario de una larva de anfibio
 está regulado por una gran proporción de los mismos genes humanos. En el año 2010 se 
secuenció por primera vez el genoma completo de un anfibio y se comprobó que comparten
 hasta el 80 por ciento de los genes humanos asociados con enfermedades genéticas.
El trabajo experimental consistió en dos etapas. La primera del tipo "aguda a concentraciones
 letales" de ambos tóxicos, en la que se demostró que existía “sinergia”. Lajmanovich lo
 explica de forma didáctica: si la toxicidad del glifosato es 100 y la del arsénico es 100. 
Juntos tienen una toxicidad de 300 o más. La segunda etapa fue una medición de efecto 
crónico, de un mes, expuesto a dosis sub-letales (en cantidades que se pueden encontrar en
 escenarios naturales). El resultado fue el daño genético y alteración hormonal.
La investigación, única en su tipo, cobra mayor relevancia por la gran cantidad de herbicidas 
utilizado en Argentina y las amplias zonas con exceso de arsénico: desde Santiago del Estero
, Chaco, Salta y Entre Ríos, hasta regiones de la Pampa Húmeda del agronegocio (Buenos
 Aires, Córdoba, La Pampa y Santa Fe).
El trabajo académico está especialmente dedicado al médico y científico Andrés 
Carrasco, que en 2009 publicó en este diario su investigación sobre el efecto letal del 
glifosato en embriones anfibios y su vinculación con la salud en humanos. Carrasco, que 
había sido presidente del Conicet y director del Laboratorio de Embriología Molecular de la 
UBA, sufrió una campaña de desprestigio escabezada por las empresas del agronegocio 
(Monsanto, Bayer, Syngenta, Aapresid, entre otras), los diarios La Nación y Clarín (y sus 
periodistas "agrarios") y el ministro de Ciencia Lino Barañao.
"El profesor y doctor Andrés Carrasco fue un destacado científico y una motivación para todos
 los interesados en detener el impacto social y medioambiental de las empresas 
transnacionales y los establiments gubernamentales que legalizan el uso de pesticidas 
nocivos”, resalta el paper científico en su página nueve. Lajmanovich denunció las maniobras
 contra Carrasco: "El Conicet conformó una comisión para desacreditarlo, pero sin dudas
 logró el efecto contrario. Las evidencias sobre la toxicidad y los efectos del glifosato 
sobre el ambiente y la salud han sido abrumadoras en Argentina y el mundo".
Entre las empresas que comercializan glifosato en Argentina figuran Bayer-Monsanto, 
Syngenta, Red Surcos, Atanor, Asociación de Cooperativas Argentinas, Nufram, Agrofina, 
Nidera, DuPont, YPF y Dow.
La investigación fue publicada en la revista científica Eliyon, de la prestigiosa 
editorial internacional Elsevier, de Reino Unido. El título de la investigación es 
"Primera evaluación de nuevos efectos sinérgicos potenciales del glifosato y mezcla de 
arsénico". Lleva la firma de otros siete investigadores. Paola Peltzer, Andrés Attademo, 
Candela Martinuzzi, María Fernanda Simioniello, Carlina Colussi, Ana Paula Cuzziol 
Boccioni y Mirna Sigrist.
Lajmanovich remarcó que "no hay dudas" del efecto nocivo del glifosato. Por un lado, están
 las víctimas de las fumigaciones con agrotóxicos, prueba territorial de las consecuencias.
 Y, 
por otro, precisa que existen "1079 trabajos científicos de todo el mundo que lo dicen, 
muchos de ellos de científicos de universidades públicas de Argentina y del Conicet, 
indexados y accesible en Medline".

Problema de salud pública

El científico Rafael Lajmanovich insiste una y otra vez que, luego de 30 años de agronegocio 
transgénico, no hay dudas del efecto devastador de los agrotóxicos. En particular del glifosato
. Y tiene una hipótesis de por qué sectores de gobiernos aún minimizan las consecuencias:
 "Lo niegan porque es un problema económico-político muy difícil de resolver. No se trata de
 un problema científico, donde ya se confirmó sus efectos tóxicos". Recuerda que hasta la 
Organización Mundial de la Salud (OMS --mediante su espacio oficial de estudio del cáncer--)
 clasificó como "probable cancerígeno" al glifosato. El académico apunta sobre todo al rol del
 Estado, que desde sus entidades regulatorias avalan el uso de estos tóxicos: "Los residuos
 de glifosato empiezan a encontrase a niveles alarmantes en el agua y sedimento de ríos y
 arroyos, en el aire, en la lluvia, hasta en las aguas subterráneas y en los abrevaderos donde
 toman agua las vacas de los tambos y en la orina de las personas adultas y niños. Entonces
 ya no caben dudas, estamos ante un verdadero problema ambiental de salud pública".

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