Un nuevo sistema de certificación agroecológica busca poner en valor la calidad de los alimentos. El sistema es promovido por la Mesa Agroalimentaria Argentina en colaboración con el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico del INTA. Apunta a cubrir la ausencia de parámetros oficiales para certificar la calidad de los alimentos elaborados por pequeños productores, que ocupan una porción cada vez mayor del mercado.

El protocolo, que comenzó a implementarse hace una semana en la provincia de Buenos Aires, se denomina Sistema Participativo de Garantía (SPG) para la Certificación Agroecológica Popular. Continuará aplicándose en aquellas provincias donde lo soliciten las distintas entidades que nuclean a los productores, principalmente las agrupadas en la Mesa Agroalimentaria Argentina (MAA).

Este proceso brindará a los alimentos un sello de autenticidad sin la necesidad de pagar los elevados costos de la certificación que en la actualidad proveen empresas privadas. De ese modo, los pequeños productores que opten por la producción agroecológica contarán con mejores oportunidades en el mercado, ya que la certificación aumenta el valor agregado de los productos generando ventajas competitivas.

Pequeños productores

En Argentina, un porcentaje significativo de los alimentos consumidos proviene de pequeños y medianos productores. Según datos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la agricultura familiar, campesina e indígena, que incluye a estos pequeños y medianos productores, se encuentra desde hace tres décadas en constante crecimiento.

Este sector es responsable de cerca del 80% de la producción de mandioca, el 75% de los caprinos, el 60% de la yerba mate, el 50% de los porcinos y el 41% de las hortalizas. Además, producen el 30% de la miel en el país.

La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación informa que la superficie destinada a la actividad productiva de este sector disminuyó un 12% durante 2023, cosechándose 96.483 hectáreas en total. Aun así, se sostiene la tendencia positiva que muestra esta variable desde hace más de una década.

Uno de los aspectos económicos más importantes de la certificación agroecológica es el acceso a nuevos mercados, ya que pone en valor la distribución de productos saludables, producidos de forma sostenible, libres de pesticidas y de fertilizantes sintéticos.

Al contar con la certificación agroecológica, los productores pueden diferenciar sus productos y comercializar de forma directa en mercados locales y circuitos cortos de comercialización. De esta forma reducen la intermediación, aumentan los márgenes de ganancia y garantizan a los consumidores que el proceso de producción es justo y sustentable.

La certificación agroecológica fomenta la eliminación de agroquímicos, fertilizantes sintéticos y semillas transgénicas. Esta independencia de insumos externos reduce los costos y permite que durante el proceso de producción se aprovechen los recursos generados localmente. Esto no solo mejora la sostenibilidad del sistema, sino que también permite a los productores maximizar la rentabilidad.

Protocolo para la certificación

Para lograr una rigurosidad en la aprobación de aquellos alimentos que son considerados agroecológicos, el SPG cuenta con un manual que incluye el análisis de la gestión de la tierra y la fertilidad del suelo, la conservación del agua, el manejo higiénico de la producción de alimentos, la calidad de vida de los trabajadores y la conservación de la biodiversidad. Esas son algunas de las características que los productores deben especificar para obtener la certificación.

El órgano encargado del protocolo de funcionamiento del SPG para la horticultura cuenta con dos comisiones, una local y otra nacional. El proceso comienza cuando el productor solicita la certificación a la Comisión Local y ésta envía a técnicos que visitan el territorio para aplicar la Guía de Campo. Una vez completada la visita, se notifica a la Comisión Nacional, que evalúa el informe y determina si el productor obtiene la certificación, si está en transición, o si la solicitud es rechazada.

En un comunicado oficial, la Mesa Agroalimentaria Argentina afirma que este sistema busca reforzar “el compromiso de producción sin agrotóxicos, respetando la vida, el ambiente y a quienes consumen los alimentos, respaldado por diversas organizaciones, técnicos y consumidores, con quienes garantizamos un proceso transparente y justo”.

*Comunicador social, Universidad Nacional de La Plata (UNLP).