viernes 4 de abril de 2025
Yogur con miel: el elixir probiótico
Añadir miel al yogur no solo le aporta un delicioso toque dulce y natural, sino que además favorece los cultivos probióticos que contiene este producto lácteo fermentado

Los probióticos son microorganismos vivos, como bacterias y levaduras que, al consumirlos, benefician
la salud y que están presentes naturalmente en algunos alimentos fermentados, son agregados a
algunos productos alimenticios y pueden tomarse en forma de suplementos dietéticos, según los
Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Cuando una persona come o bebe suficientes probióticos, que actúan principalmente en el aparato
digestivo y en la flora intestinal, estos ayudan a proteger el aparato digestivo de otros microorganismos
nocivos, y a mejorar la digestión y la función intestinal, además de tener efectos positivos sobre
distintas enfermedades que se están investigando, según el NIH.
Ahora un equipo de investigadores de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign (UIUC), en Estados
Unidos, ha descubierto que añadir miel, un alimento con propiedades saludables, antiinflamatorio,
antioxidante y antibióticas, al yogur, uno de los alimentos probióticos más populares y consumidos,
refuerza la acción probiótica de ese producto lácteo fermentado.
Al consumo de la miel, que puede incorporarse a la dieta con moderación ya que es muy calórica, se le
atribuyen beneficios para tratar distintas enfermedades y en materia de salud digestiva hay evidencias
de que podría ayudar a prevenir la diarrea relacionada con la gastroenteritis y formar parte de una
terapia de rehidratación oral, según la Clínica Mayo (Minnesota, EE. UU.).
Algunas investigaciones apuntan a que "la miel posee una capacidad sumamente especial de contribuir
a la salud de la flora intestinal porque tiene propiedades tanto probióticas (beneficiosas en si mismas)
como prebióticas (favorecedoras de la proliferación de bacterias beneficiosas)", según la dietista
nutricionista del estadounidense Dawn Jackson Blatner.
Por su parte el consumo de yogur, una fuente de proteínas, vitaminas y minerales muy útiles para el
ser humano y con una mayor digestibilidad que la leche, tiene uno de los principales valores es su
efecto probiótico (que significa "a favor de la vida"), debido a las bacterias que contiene esta leche
fermentada, según explican desde la Fundación Española del Corazón (FEC).
Según la FEC, sus efectos incluyen:
- Mejorar los síntomas de intolerancia a la lactosa
- Ayudar a tratar la diarrea causada por rotavirus en los niños y la relacionada con la toma de
- antibióticos en los adultos
- Aumentar en el intestino el número de bacterias que ayudan a eliminar sustancias tóxicas y
- carcinógenas
- Elevar la producción natural de ciertas células inmunitarias
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Combinación común en la dieta mediterránea
"Agregar una cucharada de miel a un tazón de yogur natural por la mañana, no solo es una forma
deliciosa de endulzar su desayuno favorito, sino también de reforzar los cultivos probióticos presentes
en el popular producto lácteo fermentado, según dos estudios de la UIUC.
"Nos interesaba investigar la combinación culinaria del yogur y la miel, que es común en la dieta
mediterránea, y cómo afecta al microbioma (flora) gastrointestinal", explica Hannah Holscher,
profesora asociada del Departamento de Ciencia de los Alimentos y Nutrición Humana en la UIUC y
coautora de los dos estudios, publicados en The Journal of Nutrition.
Además de los cultivos convencionales iniciadores de la fermentación de la leche, el yogur griego y
otros yogures contienen cepas probióticas como Bifidobacterium animalis (B. animalis) cuyo consumo
puede promover la salud digestiva y los movimientos intestinales regulares, y tener un efecto positivo
en el estado de ánimo y la cognición, según explica Holscher.
Explica que "las enzimas de la boca, el estómago y los intestinos ayudan a la digestión y facilitan la
absorción de nutrientes, pero también reducen la viabilidad de las bacterias probióticas beneficiosas",
por lo que "queríamos averiguar si la miel podía ayudarlas a sobrevivir en el intestino", señala.
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