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Teide de rica miel
 13:09
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Momentos de la visita por los panales del Teide Fundación Tenerife Rural
Medio centenar de excursionistas hacen de apicultores en el Parque Nacional
D. MILLET
SANTA CRUZ DE TENERIFE De lejos parecen extraterrestres recién llegados al Teide, ataviados con unos trajes blancos extraños y unas mallas con las que ocultan sus cabezas. Hacen movimientos raros, como si no estuvieran adaptados a un entorno lleno de flores, colorido y abejas, muchas abejas. Pero no vienen de otro planeta, aunque alguno dijo sentirse en un mundo totalmente desconocido.
Medio centenar de personas conocieron el pasado fin de semana los secretos de uno de los mayores tesoros alimenticios de la Isla, la miel del Parque Nacional del Teide, gracias a una iniciativa de la Fundación Tenerife Rural. Una veintena de interesados se quedaron fuera ante el éxito de una convocatoria que hizo las delicias –nunca mejor dicho– de los asistentes.
El gerente de la Fundación, Jorge de Miguel, explicó que la sensaciones quedaron sobredimensionadas por el hecho de que la mayoría de los excursionistas procedían de la ciudad. "Esa era la intención: que los que acudieran procedieran de la urbe y desconocieran el mundo del campo. Queríamos que la experiencia fuera muy cercana, que sintieran verdaderamente lo que vive un apicultor. Y le puedo asegurar que todos quedaron gratamente impresionados".
El grupo subió al Parque Nacional, recorrió el sendero del volcán de Fasnia y, con la ayuda de dos apicultores, se acercó a varias zonas de panales. Se colocaron una indumentaria especial, se protegieron y se sumergieron entre las abejas y las retamas para vivir como surge uno de los productos más exclusivos que se producen en Canarias.
Es la miel de la retama del Teide, que junto con la del tajinaste es única en el mundo al tratarse de dos arbustos que solo crecen en la cima de la Isla. El escenario era ideal, además. De hecho, la excursión, denominada el Teide a Vista de Abeja, se retrasó por una helada para que coincidiera con el momento de mayor esplendor de la floración, que convierte estos parajes volcánicos cada primavera en un jardín blanco, rojo y amarillo.
Jorge de Miguel asegura que el éxito ha sido tal que ya está pensando en una nueva edición. Por lo pronto, la Fundación prepara este año recorridos por otras zonas de la Isla con similar interés que el Teide: la historia y los cultivos de la Isla Baja, los paisajes de castaños de Acentejo y la cultura y sostenibilidad de San Miguel (más información www.teneriferural.wordpress.com). Pero aprovecha para aconsejar a los tinerfeños que no desperdicien esta primavera para recorrer los senderos del Parque Nacional.
El momento cumbre de la última visita a las abejas se produjo cuando los mismos excursionistas sacaron con sus propias manos la miel de un panal. "La devoraron", recuerda De Miguel.
SANTA CRUZ DE TENERIFE De lejos parecen extraterrestres recién llegados al Teide, ataviados con unos trajes blancos extraños y unas mallas con las que ocultan sus cabezas. Hacen movimientos raros, como si no estuvieran adaptados a un entorno lleno de flores, colorido y abejas, muchas abejas. Pero no vienen de otro planeta, aunque alguno dijo sentirse en un mundo totalmente desconocido.
Medio centenar de personas conocieron el pasado fin de semana los secretos de uno de los mayores tesoros alimenticios de la Isla, la miel del Parque Nacional del Teide, gracias a una iniciativa de la Fundación Tenerife Rural. Una veintena de interesados se quedaron fuera ante el éxito de una convocatoria que hizo las delicias –nunca mejor dicho– de los asistentes.
El gerente de la Fundación, Jorge de Miguel, explicó que la sensaciones quedaron sobredimensionadas por el hecho de que la mayoría de los excursionistas procedían de la ciudad. "Esa era la intención: que los que acudieran procedieran de la urbe y desconocieran el mundo del campo. Queríamos que la experiencia fuera muy cercana, que sintieran verdaderamente lo que vive un apicultor. Y le puedo asegurar que todos quedaron gratamente impresionados".
El grupo subió al Parque Nacional, recorrió el sendero del volcán de Fasnia y, con la ayuda de dos apicultores, se acercó a varias zonas de panales. Se colocaron una indumentaria especial, se protegieron y se sumergieron entre las abejas y las retamas para vivir como surge uno de los productos más exclusivos que se producen en Canarias.
Es la miel de la retama del Teide, que junto con la del tajinaste es única en el mundo al tratarse de dos arbustos que solo crecen en la cima de la Isla. El escenario era ideal, además. De hecho, la excursión, denominada el Teide a Vista de Abeja, se retrasó por una helada para que coincidiera con el momento de mayor esplendor de la floración, que convierte estos parajes volcánicos cada primavera en un jardín blanco, rojo y amarillo.
Jorge de Miguel asegura que el éxito ha sido tal que ya está pensando en una nueva edición. Por lo pronto, la Fundación prepara este año recorridos por otras zonas de la Isla con similar interés que el Teide: la historia y los cultivos de la Isla Baja, los paisajes de castaños de Acentejo y la cultura y sostenibilidad de San Miguel (más información www.teneriferural.wordpress.com). Pero aprovecha para aconsejar a los tinerfeños que no desperdicien esta primavera para recorrer los senderos del Parque Nacional.
El momento cumbre de la última visita a las abejas se produjo cuando los mismos excursionistas sacaron con sus propias manos la miel de un panal. "La devoraron", recuerda De Miguel.
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