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SALAMANCA
Preocupación de los apicultores por las pobres perspectivas de cosecha
La producción ha descendido el 65% con respecto a una campaña normal
08.07.11 - 00:58 -
La cosecha de miel y polen en Castilla y León podría registrar este año una de sus cifras más pobres de las últimas campañas. Según las primeras estimaciones realizadas por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, Coag, la producción alcanzada en los seis primeros meses del año se quedaría por debajo de la mitad de lo habitual a estas alturas, tanto en miel como en polen.
El coordinador nacional de Apicultura de la organización, el salmantino José Luis González, asegura que «la primera parte de la primavera ha sido muy mala para la mayoría de los apicultores» y señala que «de momento las perspectivas no pintan nada bien».
En el caso del sector apícola de Castilla y León, no obstante, las verdaderas dimensiones de la producción anual de miel y polen vendrán fijada tras la cosecha de eucalipto y girasol, pasado agosto, y los mielatos, la producción de encina y roble, especialmente relevante en la provincia de Salamanca, que se completará en septiembre.
«Tendremos que estar pendientes de las condiciones que se producen de aquí en adelante durante los próximos meses, si se corrigen las condiciones puede que la caída tan drástica, más del 65%, que en estos momento se anuncia acabe por no ser tal», explica González, quien sin embargo muestra la «preocupación honda» del sector profesional apícola.
El 75% de la comunidad
Salamanca cuenta con 500 apicultores profesionales, lo que representa 230.000 de las 410.000 colmenas de Castilla y León. De la provincia salmantina salen cada año entre el 70% y el 75% de los cuatro millones de kilos de miel que se producen en la comunidad. Cifra que quizá no pueda alcanzarse si se mantienen las malas perspectivas que de momento ha fijado una estación invernal marcada por muchas lluvias y temperaturas muy bajas, y una primavera en la que las precipitaciones se han repartido de forma muy irregular y en la que la rápida irrupción de las altas temperaturas ha llevado a que «no hubiera frescura en el campo, se acortara mucho el periodo de polinización y se agostara en seguida la floración», explicó.
De hecho, afirma que también las explotaciones no trashumantes que normalmente viven una de sus temporadas fuertes de producción durante la primavera, han contemplado en Castilla y León que «prácticamente las colmenas no han hecho miel».
Todo ello, señala José Luis González, a pesar de que el llamado 'síndrome de despoblamiento' de las colmenas ha experimentado un cierto retroceso en los últimos meses en Castilla y León, «seguramente por un mejor manejo de las explotaciones y de los productos para combatir parásitos».
No obstante, las colmenas de la comunidad continúan soportando una mortandad del 25 o 30% anual en el número de individuos. Para José Luis González, existen además otros factores de riesgo que deben estudiarse más a fondo por el Ministerio de Medio Rural y la Unión Europea, como «la creciente proliferación de insecticidas sistémicos en numerosos cultivos, utilizados en el tratamiento de semillas para combatir plagas, que vienen a provocar la desorientación y efectos adversos en el sistema nervioso de las abejas melíferas».
Al mismo tiempo, los apicultores también denuncian un impacto cada vez mayor en la desaparición de los insectos polinizadores, «que son estratégicos y vitales para la conservación y mantenimiento de la biodiversidad». Por eso, reclaman con urgencia «la puesta en marcha por parte de las autoridades europeas de estudios independientes para garantizar una mejor salud en el conjunto de la cabaña apícola», propone.
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