sábado 27 de agosto de 2011
http://www.lagaceta.com.ar/nota/452218/Tucumanos/Una-ma%C3%B1ana-entre-reinas-obreras-zanganos.html
ampliar (1 de 5 fotos) | ATAVIADOS. El equipo de LA GACETA se dirige al colmenar. LA GACETA / FOTOS DE EZEQUIEL LAZARTE
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Una mañana entre reinas, obreras y zánganos
Sábado 27 de Agosto de 2011 |
Autor
Redacción LA GACETA
Twitter: @alivalcla
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ampliar (1 de 5 fotos) | ATAVIADOS. El equipo de LA GACETA se dirige al colmenar. LA GACETA / FOTOS DE EZEQUIEL LAZARTE
"Si las abejas comenzaran a desaparecer, a la humanidad le quedarían pocos años de vida". (Albert Einstein)
"La función más importante de la abeja es ser un individuo encargado de la polinización de muchas especies vegetales, con lo cual les asegura la supervivencia". La ingeniera zootecnista Verónica Albarracín hace docencia en el auto de LA GACETA. Vamos rumbo al apiario de la Cátedra de Granja, en la Finca El Manantial de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT.
"En Europa se subsidia la apicultura y la abeja es un indicador de contaminación -informa-. La disminución de la población de abejas en el mundo, por el uso indiscriminado de pesticidas y por la falta de flora nativa,pone en riesgo muchas especies. En esta misma finca en un momento hubo 100 colmenas en producción pero ahora no podemos tener más que 40 porque no da la disponibilidad de alimentos. En este apiario hay 20 colmenas pero queremos tener más. Es bastante sufrido: aquí realizan las prácticas los alumnos, los pasantes, los productores..."
Bien protegidos
Junto al encargado, Rodolfo Kaber, nos enseñan a cronista, fotógrafo y chofer cómo enfundarnos en el traje blanco, que incluye guantes largos, botas y sombrero con redecilla -todo asegurado por abrojos, cintos y cierres muy largos-. El condimento son los chistes diversos y la fantasía de volver a la Redacción así ataviados. Al respecto, Albarracín advierte: "se prioriza la seguridad porque las abejas no están igual todos los días. La criolla tiene su carácter, en cambio la italiana es mansa". Protegidos, con la pinza para mover cuadros y el ahumador, estamos listos para visitar el colmenar. En el apiario las tareas comienzan en junio, con el armado de los cuadros, y termina con la cera estampada para ir a la colmena. Cuando hay muy buena entrada de néctar y temperatura adecuada empiezan a producir cera, estiran el panal y se convierte en el famoso panal de miel. Esta es la fase de producción, y ocurre a fines de agosto, cuando las abejas recorren el campo de El Manantial y se alimentan con una dieta de citrus y pastos naturales así como nabos, crucíferas, mostacillas y de árboles que empiezan a florecer.
Bajo una hilera de eucaliptos están las colmenas, sobre caballetes, protegidas de la humedad, a salvo de enemigos como hormigas y sapos. Kaber ahúma abundantemente. "Es para enmascarar el olor nuestro; ellas llenan el buche de miel, se les dificulta el vuelo y quedan más tranquilas", explica. Albarracín destapa la colmena como si se tratara de un cofre lleno de tesoros. El zumbido se multiplica por miles: es ensordecedor, intimidante. Extrae un cuadro y nos presenta a las ajetreadas trabajadoras. Explica que una colmena está compuesta por una cámara inferior y una media alza superior. Y que la miel que se pone allí es sólo para las abejas. Nos alejamos; las dejamos tranquilas y nos quedamos más tranquilos nosotros...
Nos dirigimos a otra colmena, donde está la reina. Otra vez el humo, y el zumbido ahora se ha atenuado por su temperamento dócil (son cruza con italianas). "Esta colmena la usamos sólo para sacar futuras reinas. Es una abeja muy mansa, muy productora, resistente a enfermedades, es lo que uno busca cuando hace selección. La tenemos de madre y la cuidamos como oro", enfatiza la ingeniera. Nos muestra las patitas llenas de polen. En el tercer cuadro aparece ella, la reina. Es más anaranjada y gorda. Tiene el abdomen mucho más desarrollado que una obrera. Albarracín destaca: "está blanqueando la colmena: significa que están bien la entrada de néctar y la temperatura, entonces empiezan a obrar cera nueva. La reina sube y baja, o sea que podemos tener cría arriba y abajo". En los paños de cría sana cerrada, al destapar se encuentra la pupa, y hay miel y polen. "Todavía no hay zánganos, eso indica que estamos atrasados en la temporada, porque para hacer multiplicación tenemos que tener zánganos", infiere. Y justo aparece uno: es más rollizo, cabeza más grande, puro ojo.
Dejamos en paz a las trabajadoras y volvemos al apiario. Después de sacarnos los trajes, la ingeniera y su asistente detallan los métodos de extracción de la miel.
Al despedirnos de la clase magistral, Albarracín define lo que nosotros advertimos desde que llegamos: "esto es una pasión. A veces son ingratas y nos pican, pero nosotros seguimos adelante".
CÁTEDRA DE GRANJA
• Ingenieros zootecnistas Toranzo de Pérez, Julio César Barrionuevo, Luis Martínez, Marcela Reales, Marcela Aguilera, Verónica Albarracín.
"La función más importante de la abeja es ser un individuo encargado de la polinización de muchas especies vegetales, con lo cual les asegura la supervivencia". La ingeniera zootecnista Verónica Albarracín hace docencia en el auto de LA GACETA. Vamos rumbo al apiario de la Cátedra de Granja, en la Finca El Manantial de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT.
"En Europa se subsidia la apicultura y la abeja es un indicador de contaminación -informa-. La disminución de la población de abejas en el mundo, por el uso indiscriminado de pesticidas y por la falta de flora nativa,pone en riesgo muchas especies. En esta misma finca en un momento hubo 100 colmenas en producción pero ahora no podemos tener más que 40 porque no da la disponibilidad de alimentos. En este apiario hay 20 colmenas pero queremos tener más. Es bastante sufrido: aquí realizan las prácticas los alumnos, los pasantes, los productores..."
Bien protegidos
Junto al encargado, Rodolfo Kaber, nos enseñan a cronista, fotógrafo y chofer cómo enfundarnos en el traje blanco, que incluye guantes largos, botas y sombrero con redecilla -todo asegurado por abrojos, cintos y cierres muy largos-. El condimento son los chistes diversos y la fantasía de volver a la Redacción así ataviados. Al respecto, Albarracín advierte: "se prioriza la seguridad porque las abejas no están igual todos los días. La criolla tiene su carácter, en cambio la italiana es mansa". Protegidos, con la pinza para mover cuadros y el ahumador, estamos listos para visitar el colmenar. En el apiario las tareas comienzan en junio, con el armado de los cuadros, y termina con la cera estampada para ir a la colmena. Cuando hay muy buena entrada de néctar y temperatura adecuada empiezan a producir cera, estiran el panal y se convierte en el famoso panal de miel. Esta es la fase de producción, y ocurre a fines de agosto, cuando las abejas recorren el campo de El Manantial y se alimentan con una dieta de citrus y pastos naturales así como nabos, crucíferas, mostacillas y de árboles que empiezan a florecer.
Bajo una hilera de eucaliptos están las colmenas, sobre caballetes, protegidas de la humedad, a salvo de enemigos como hormigas y sapos. Kaber ahúma abundantemente. "Es para enmascarar el olor nuestro; ellas llenan el buche de miel, se les dificulta el vuelo y quedan más tranquilas", explica. Albarracín destapa la colmena como si se tratara de un cofre lleno de tesoros. El zumbido se multiplica por miles: es ensordecedor, intimidante. Extrae un cuadro y nos presenta a las ajetreadas trabajadoras. Explica que una colmena está compuesta por una cámara inferior y una media alza superior. Y que la miel que se pone allí es sólo para las abejas. Nos alejamos; las dejamos tranquilas y nos quedamos más tranquilos nosotros...
Nos dirigimos a otra colmena, donde está la reina. Otra vez el humo, y el zumbido ahora se ha atenuado por su temperamento dócil (son cruza con italianas). "Esta colmena la usamos sólo para sacar futuras reinas. Es una abeja muy mansa, muy productora, resistente a enfermedades, es lo que uno busca cuando hace selección. La tenemos de madre y la cuidamos como oro", enfatiza la ingeniera. Nos muestra las patitas llenas de polen. En el tercer cuadro aparece ella, la reina. Es más anaranjada y gorda. Tiene el abdomen mucho más desarrollado que una obrera. Albarracín destaca: "está blanqueando la colmena: significa que están bien la entrada de néctar y la temperatura, entonces empiezan a obrar cera nueva. La reina sube y baja, o sea que podemos tener cría arriba y abajo". En los paños de cría sana cerrada, al destapar se encuentra la pupa, y hay miel y polen. "Todavía no hay zánganos, eso indica que estamos atrasados en la temporada, porque para hacer multiplicación tenemos que tener zánganos", infiere. Y justo aparece uno: es más rollizo, cabeza más grande, puro ojo.
Dejamos en paz a las trabajadoras y volvemos al apiario. Después de sacarnos los trajes, la ingeniera y su asistente detallan los métodos de extracción de la miel.
Al despedirnos de la clase magistral, Albarracín define lo que nosotros advertimos desde que llegamos: "esto es una pasión. A veces son ingratas y nos pican, pero nosotros seguimos adelante".
CÁTEDRA DE GRANJA
• Ingenieros zootecnistas Toranzo de Pérez, Julio César Barrionuevo, Luis Martínez, Marcela Reales, Marcela Aguilera, Verónica Albarracín.
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