España. Miel de romero y mil flores 100% granadina

miércoles 10 de agosto de 2011
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Miel de romero y mil flores 100% granadina

APICULTORES AFICIONADOS EN GRANADA

Miércoles, 10/08/11 9:09

 

Virginia Díaz Contreras

Imagen: VDC

Romero, tomillo, alucema -lavanda- , cantueso, amapola o mejorana son algunas de las plantas aromáticas autóctonas de Granada con las que las abejas de la zona elaboran la miel que cientos de apicultores anónimos recolectan para el disfrute de los paladares más exigentes.

Juan Ruiz es uno de los ‘maestros’ colmeneros granadinos. Cuida de las abejas de sus suegros desde que se casó “hace más de 60 años” y se quedó “con unas pocas colmenas que hoy son alrededor de 100”, explica el octogenario apicultor.

“No he conocido en mi vida otro año de miel tan bueno como éste”, apostilla Juan, quien señala que habrá recolectado “unos 1.000 kilos entre miel de romero, que está muy blanquita y muy buena, y miel de mil flores, aunque no es 100% mil flores, porque tendría que haber esperado a finales de agosto para castrar las colmenas con todos los tipos de néctares diferentes”, explica.

Asimismo, el apicultor comenta entre anécdotas divertidas y curiosas que no le pican las abejas porque les conoce “los días”. “Algunos tipos de vientos no les sientan bien y te pican porque están más revoltosas”, asegura.

Otro de los apicultores de la provincia gracias a los que podemos consumir miel de abeja 100% granadina es Ramón Madero. A sus 71 años confiesa que lleva “desde que estaba ‘chico’ con el cuidado de las abejas” de sus padres. “Antes obteníamos entre 12 y 14 kilos de miel cada año que utilizábamos para consumo de la casa, pero ahora saco entre 1.000 y 2.000 kilos de miel”, que distribuye entre sus conocidos y allegados. Ramón anima a “utilizar los terrenos abandonados para la apicultura porque es una labor muy necesaria para la naturaleza”. Además cuenta a GD que cree que “a las abejas les afectan las antenas de móviles y otros aparatos electromagnéticos que están haciendo que desaparezcan”.

Manuel Roda también es colmenero desde hace varios años. “Este año obtendré poca miel de mis 23 colmenas”, explica el joven apicultor, de 34 años, que continúa con la labor que emprendió su padre. “Las abejas son necesarias para que muchas plantas florezcan. Sin su polinización el campo como lo conocemos desaparecería”, manifiesta.