MÉRIDA, Yuc.- A unas horas de la emisión de una
alerta roja por las afectaciones de
cultivos transgénicos, el secretario de
Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, Eduardo Batllori Sampedro, expresó ayer su confianza en que muchas de las dudas y los
problemas que ha comenzado a causar esos cultivos a la
miel yucateca comiencen a resolverse, sin afectar las
inversiones de la iniciativa privada en el campo yucateco.
El
Gobierno del Estado, añadió, no tiene datos concretos del número de inversionistas que están sembrando ese tipo de soya, ni la superficie exacta de los cultivos, y por eso han solicitado datos a la
Sagarpa, instancia que sólo ha respondido que otorga los permisos de acuerdo a la ley.
Batllori Sampedro recalcó que no hay interés alguno en frenar la inyección de capital privado en proyectos agropecuarios, pero es necesario evitar cometer errores como los de Argentina, donde se están resintiendo los costos de los cultivos de soya transgénica.
"Una revisión al tema en ese país, indica que el "boom" que tuvo ésta en 1995 intensificó los problemas de contaminación. La soya transgénica no es un producto para consumo humano porque inhibe la absorción de hierro y puede detonar problemas de anemia y aún falta conocer los efectos de plaguicidas en el ser humano por su exposición constante, en los insectos y la filtración al subsuelo", señaló.
Problemas gravesSeñalan que las afectaciones que tienen los apicultores pueden ser el principio de un problema más grave para Yucatán por el uso del plaguicida tan potente que se utiliza para el control de la maleza en la producción de soya transgénica.
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