sábado 27 de octubre de 2012
http://ocio.lne.es/gastronomia/noticias/nws-129140-la-miel-endulza-crisis-boal.html
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La miel endulza la crisis en Boal
La actividad se recupera y el sector cuenta ya con medio centenar de elaboradores, satisfechos con la producción de este año, de unos 40.000 kilos
Boal, A. M. SERRANO
«La miel de aquí se vende». Los años pasan y con ellos las circunstancias de los productores cambian. Lo dice Julio Fernández, productor de miel de Boal. El año pasado se quejaba de la falta de relevo en las explotaciones apícolas de Boal -concejo del Occidente por excelencia en la producción del llamado «oro líquido»- y también de las escasas ganancias. Un año después, las cosas han cambiado. En Boal miran esperanzados a las colmenas. El concejo tiene unos cincuenta apicultores, mucha gente relacionada con la miel e interesada por ella y cuenta con 400 colmenas repartidas por distintas fincas del concejo. Y este año, «una buena cosecha».
En el concejo hay dos plantas envasadoras y en conjunto los productores entregarán este año entre 35.000 y 40.000 kilos de miel. Es lo que ha dado de sí la cosecha. «La verdad es que ha sido muy buena», destaca Julio Fernández. Y también «un soplo de aire fresco» para una producción de campo que tenía amenazas. La miel «quiere humedad y sol» y este año y en los últimos meses, las condiciones meteorológicas han favorecido la miel, que se recoge entre agosto y septiembre. «No tuvimos nieblas y las abejas han podido trabajar», destaca Fernández
La tradición apícola está muy enraizada en la forma de vida de la sociedad boalesa. Julio Fernández heredó de su padre las colmenas, que ahora, pasan a su hijo. Este producto es uno de los mas importantes del concejo y forma cooperativa con otros cinco socios, productores de miel. Entre todos, regentan una de las dos plantas envasadoras homologadas de Boal. La empresa se encarga de comercializar y poner en el mercado «la miel de Boal, pero sólo la miel de Boal», subraya Fernández.
Son tiempos de crisis, pero la miel de Boal sólo los acusa indirectamente. «Hace años que la miel está a una media de seis euros el kilo», indican los productores boaleses. Tanto es así que este año, el concejo celebra la vigésimo sexta edición de la Feria de la Miel, una de las afamadas de la Cuenca del Navia, con el mismo precio de venta del producto. «La vida sube, pero el precio de la venta final de la miel, no. Algo que no se explica: pero llevamos así dos décadas», añade Fernández.
En Boal, no tiran la toalla. Las producciones se pasan de padres a hijos y Julio Fernández, contra lo que pensaba el año pasado, está «más optimista». El matrimonio Miguel Vázquez y Laura García apuestan por el sector. Tiene 350 colmenas y para 2013 aspiran a tener 50 más. «El campo va a menos, pero la miel de Boal... Es la miel de Boal, tiene aceptación, es conocida y clientes fijos», dice Vázquez. Pese a que los costes de producción se encarecen, «tenemos que mirar por lo nuestro y esto da para vivir». Y «mirar por lo nuestro» para los apicultores de Boal es mantener vida la tradición de producir miel. En siglos pasados, esta era una de las actividades ricas del concejo y así se recuerda en el catastro del Marqués de la Ensenada, del siglo XVIII.
Hoy en día, los paisajes con colmenas siguen dibujando parte de Boal. Este año, todos los productores las miran con gusto. Porque la producción, en cantidad, «es muy buena». La Feria de la Miel de los días 3 y 4 de noviembre será el primer barómetro para medir la aceptación.
«La miel de aquí se vende». Los años pasan y con ellos las circunstancias de los productores cambian. Lo dice Julio Fernández, productor de miel de Boal. El año pasado se quejaba de la falta de relevo en las explotaciones apícolas de Boal -concejo del Occidente por excelencia en la producción del llamado «oro líquido»- y también de las escasas ganancias. Un año después, las cosas han cambiado. En Boal miran esperanzados a las colmenas. El concejo tiene unos cincuenta apicultores, mucha gente relacionada con la miel e interesada por ella y cuenta con 400 colmenas repartidas por distintas fincas del concejo. Y este año, «una buena cosecha».
En el concejo hay dos plantas envasadoras y en conjunto los productores entregarán este año entre 35.000 y 40.000 kilos de miel. Es lo que ha dado de sí la cosecha. «La verdad es que ha sido muy buena», destaca Julio Fernández. Y también «un soplo de aire fresco» para una producción de campo que tenía amenazas. La miel «quiere humedad y sol» y este año y en los últimos meses, las condiciones meteorológicas han favorecido la miel, que se recoge entre agosto y septiembre. «No tuvimos nieblas y las abejas han podido trabajar», destaca Fernández
La tradición apícola está muy enraizada en la forma de vida de la sociedad boalesa. Julio Fernández heredó de su padre las colmenas, que ahora, pasan a su hijo. Este producto es uno de los mas importantes del concejo y forma cooperativa con otros cinco socios, productores de miel. Entre todos, regentan una de las dos plantas envasadoras homologadas de Boal. La empresa se encarga de comercializar y poner en el mercado «la miel de Boal, pero sólo la miel de Boal», subraya Fernández.
Son tiempos de crisis, pero la miel de Boal sólo los acusa indirectamente. «Hace años que la miel está a una media de seis euros el kilo», indican los productores boaleses. Tanto es así que este año, el concejo celebra la vigésimo sexta edición de la Feria de la Miel, una de las afamadas de la Cuenca del Navia, con el mismo precio de venta del producto. «La vida sube, pero el precio de la venta final de la miel, no. Algo que no se explica: pero llevamos así dos décadas», añade Fernández.
En Boal, no tiran la toalla. Las producciones se pasan de padres a hijos y Julio Fernández, contra lo que pensaba el año pasado, está «más optimista». El matrimonio Miguel Vázquez y Laura García apuestan por el sector. Tiene 350 colmenas y para 2013 aspiran a tener 50 más. «El campo va a menos, pero la miel de Boal... Es la miel de Boal, tiene aceptación, es conocida y clientes fijos», dice Vázquez. Pese a que los costes de producción se encarecen, «tenemos que mirar por lo nuestro y esto da para vivir». Y «mirar por lo nuestro» para los apicultores de Boal es mantener vida la tradición de producir miel. En siglos pasados, esta era una de las actividades ricas del concejo y así se recuerda en el catastro del Marqués de la Ensenada, del siglo XVIII.
Hoy en día, los paisajes con colmenas siguen dibujando parte de Boal. Este año, todos los productores las miran con gusto. Porque la producción, en cantidad, «es muy buena». La Feria de la Miel de los días 3 y 4 de noviembre será el primer barómetro para medir la aceptación.
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