lunes 4 de noviembre de 2013
http://www.zoomnews.es/141786/actualidad/sociedad/plaga-avispa-asiatica-se-extiende-solucion
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La plaga de avispa asiática se extiende por la Península sin solución
El insecto, originario de China, entró en la Península por el País Vasco a finales de 2010
Provoca serios daños en las regiones que habita, afectando sobre todo a la explotación de la miel
MARTA RUIZ
Su tamaño triplica el de las avispas europeas, trae de cabeza al sector apícola y según las previsiones, en diez años la plaga se habrá extendido por toda la Península. La apodada "avispa asesina" se ha colado incluso en el Congreso de los Diputados, donde el pasado 26 de octubre se aprobaba una proposición no de ley instando al Gobierno a luchar, en colaboración con las Autonomías, contra esta especie invasora.
“Es increíble el mal que la avispa asiática nos está haciendo en la cabaña apícola”, lamenta Julián Urquiola, presidente de la asociación de apicultores de Guipúzcoa. “Del año pasado a este hemos tenido un 60% menos de producción de miel y me temo que para el año que viene va a ir igual de mal”.
De China a todas partes
La avispa asiática o vespa velutina es originaria del sudeste asiático, llegó a Francia en 2005 en un cargamento procedente de China y se hizo presente en España a finales de 2010. El foco inicial de esta plaga se detectó en el País Vasco, pero la especie no tardó en propagarse a lo largo de la costa cantábrica, llegando en la actualidad a ocupar toda la franja norte de la Península Ibérica –País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia-, muchos puntos de Cataluña y parte de la Comunidad Valenciana, donde arrasa con sus colmenas.
“La avispa asiática caza fundamentalmente abejas, su principal fuente de alimento, y como estas todavía no han desarrollado una técnica de defensa, las invasoras aprenden dónde están los cazaderos y repiten una y otra vez”, explica Antonio Gómez Pajuelo, biólogo y consultor apícola. “Si tenemos en cuenta que las velutinas consumen gran cantidad de abejas y que se agrupan en nidos de 2.000 o 3.000 ejemplares, podemos hacernos una idea de la magnitud del problema”, añade.
El insecto está provocando serios daños en las regiones que habita, afectando sobre todo a la explotación de la miel pero también a ciertos cultivos como la vid. Al ser preguntado sobre el peligro que la especie pudiera tener para las personas, el experto apícola admite que no suponen “mayor problema” aunque la picadura “tiene una reacción dolorosa importante”.
“Han venido a quedarse”, afirma Gómez Pajuelo, quien opina que a pesar de que la concentración de velutinas sea mayor en la franja norte del país por las características de estas zonas –humedad, vegetación muy verde y con mucha hojarasca y colmenares pequeños a los que pueden atacar fácilmente-, acabarán extendiéndose por todo el país. Un argumento con el que coincide Julián Urquiola. “Además de que ellas por sí solas se expanden 100km al año, con los miles y miles de camiones que atraviesan la Península a diario, en 10 años estarán por todas partes”, apunta el presidente de la asociación de apicultores de Guipúzcoa. Y no solo eso, “Francia tiene avispas asiáticas, y Portugal, y Alemania, Italia, Inglaterra… con dos reinas que crucen el charco en un barco, estarán ya por todo el mundo”, afirma el apicultor guipuzcoano, para quien la lucha contra el insecto es ya parte de su día a día.
La lucha diaria de los apicultores
Los colmeneros españoles ponen en práctica las recomendaciones de sus vecinos franceses, que les sacan ventaja por eso de llevar más tiempo lidiando con el problema. Así, utilizan vino, cerveza y sirope como atrayentes para que estos insectos, que están acabando con su forma de vida, caigan en las trampas que les preparan. “Probamos de todo. Hasta hay quienes usan carne picada y sidra como cebo”, confiesa Urquiola. "También utilizamos pértigas para alcanzarlas, porque anidan a 20 o 30 metros de altura, y hay quienes las matan a raquetazos".
Los apicultores se aferran a la picaresca para tratar de salvar lo que es suyo, pero estos métodos rudimentarios son poco menos que inútiles tratando de combatir una plaga de estas caracteristicas.
El texto presentado en el Congreso de los Diputados asegura que según los expertos, la única solución pasa por descubrir una feromona efectiva que permita una captura dirigida y masiva de las avispas. Esto, combinado con la eliminación de nidos y la defensa de las colmenas de abejas en riesgo.
Las Comunidades Autónomas afectadas han puesto en marcha protocolos de actuación y la población está concienciada, pero es necesario un compromiso de ayuda por parte del Gobierno. Urquiola hace un llamamiento a las autoridades, en quien deposita su última esperanza, a pesar de llevar tres años pidiendo unas medidas que no llegan: “Sabemos que no es momento para invertir demasiado, pero dentro de las posiblidades, pedimos que se ponga en manos de investigadores la búsqueda de un producto selectivo que elimine a estas invasoras".
La erradicación, una utopía
Todas las partes tienen claro que la erradicación total es imposible y que de aquí a diez años, pocos serán los rincones de la Península Ibérica a los que no hayan llegado estas poblaciones de avispas. “No vamos a exterminarlas, tendremos que aprender a convivir con ellas”, se resigna el presidente de la asociación de apicultores de Guipúzcoa, quien considera suficiente que se pudiera llegar a "un número aceptable" de población de estos himenópteros.
La pelota está ahora en manos de las administraciones. Sobre ellas recae la responsabilidad de dar con la fórmula por la que tantos esperan.
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