lunes, 22 de diciembre de 2014

España. Turrón: «Almendras, miel y azúcar es la receta desde 1878»

lunes 22 de diciembre de 2014
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Bandera de España

«Almendras, miel y azúcar es la receta desde 1878»

Jesús Valdés representa la nueva generación del negocio.
Jesús Valdés representa la nueva generación del negocio. / MARIO ROJAS
  • COMERCIOS DE AYER Y HOY

  • Diego Verdú es el negocio ovetense que más tiempo lleva regentado por la misma familia

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Estos días las bolsas de Diego Verdú Monerris pasean en las manos de muchos ciudadanos que desde primera hora de la mañana hacen cola a las puertas del negocio de la calle Cimadevilla para comprar turrones y mazapanes. No es algo nuevo. Los ovetenses llevan adquiriendo los productos navideños a esta familia desde 1878. De hecho, Diego Verdú es el negocio de la ciudad que más años lleva regentado por la misma familia. En realidad, lo lleva desde su origen cuando el fundador que le dio su mismo nombre se aventuró a pisar tierras asturianas.
Dar al comercio su nombre y apellidos tenía todo el sentido del mundo, pues él, acompañado solo por unos turrones, decidió viajar desde su tierra, Jijona, a Oviedo durante la campaña de aquellas navidades de 1878. «Hacía el viaje en diligencia y tardaba más de una semana», cuenta Jesús Valdés López, quien a sus 28 años representa el futuro del negocio. La primera vez que Diego Verdú visitó la ciudad se instaló en la calle Magdalena. Al año siguiente alquiló en la calle Fruela y ya al tercer año se instaló en Cimadevilla. Justo donde ahora se ubica la tienda, aunque el fundador despachaba dentro de un portal en un pequeño puesto a los pies de la escalera. Así cada Navidad mandaba los turrones por barco desde Alicante y el se subía a aquella diligencia que le llevaba hasta Oviedo.
Pasados los años, compró el local comercial y más tarde la casa, aunque no fue hasta después de la guerra civil cuando la familia se instaló definitivamente en Oviedo. Diego Verdú pasó el negocio a su hija y esta a su vez a la nieta del fundador, a Remedios Asensi Verdú, la última de la saga familiar que llevó el apellido. «Esa mujer era mi abuela, que junto a mi abuelo, se instalaron permanentemente en la ciudad sobre el año 1944», expresa Jesús Valdés.
El joven, que suma la quinta generación tras el mostrador, recuerda que su abuela le llevaba a la tienda. «Me decía que íbamos a hacer unas almendritas y mazapanes, me dejaba un poco de masa y para mí era como jugar con plastilina», detalla. Y de ese modo tan natural siempre tuvo claro que se ocuparía del negocio familiar. «Yo no quería estudiar una carrera, pero mi madre se empeñó. Hice Económicas y cuando terminé empecé a trabajar aquí. Eso fue hace ya seis o siete años», comenta Jesús Valdés.
Y su llegada se notó. Cuando la familia Verdú se instaló de forma permanente en la ciudad, tuvo que buscar algún otro producto que vender ante la estacionalidad del turrón y los mazapanes. Así comenzaron también a ofertar helados, con la especialidad de turrón, por supuesto. Valdés aprendió la técnica para fabricar los helados y con prueba-fallo consiguió diez o doce nuevos sabores. «El secreto del turrón es siempre igual: azúcar, miel y almendras, muchas almendras. No queremos que cambie, pero en los helados los niños piden nuevos sabores y hay que innovar», reconoce.
Tiene la experiencia y las ganas de proseguir con el comercio,y hasta se ha instalado en la casa de su abuela. «Solo tengo que bajar unas escaleras internas para llegar al trabajo. Es un lujo», expresa. Aunque quiere dejar claro que los propietarios «son mi tío Vicente y mi madre Remedios». Anda convenciéndoles para abrir el año que viene una tienda online que atraiga nuevos clientes, aunque las generaciones en Verdú también se renuevan en el otro lado del mostrador. «Además de la clientela fiel, viene mucha gente joven y se nota la presencia en las redes sociales», cuenta Remedios López, la propietaria y madre de Jesús, que lleva desde los 24 años despachando. Son ya cinco generaciones y confían en que habrá una sexta entre dulces navideños.

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