lunes 9 de enero de 2017
8.ene.2017 | 20:00
http://www.elsalvador.com/articulo/comunidades/apicultura-del-dolor-las-picadas-dulce-miel-137220
Apicultura: Del dolor de las picadas a la dulce miel
La jornada inicia, cada día, a las 5:00 de la mañana y se extiende hasta el mediodía.
RELACIONADOS
LA UNIÓN. Exquisita la miel de abeja, dirán los consumidores, sin imaginar todo el arduo trabajo que desempeña un grupo de hombres para extraer el producto de las colmenas, procesarlo y que llegue hasta los hogares.
Un equipo de El Diario de Hoy acompañó a varios apicultores para ver el proceso que lleva la miel. Carlos Guevara es un joven emprendedor de La Unión, quien tiene cuatro años de haberse iniciado en el negocio de la apicultura, algo que lo aprendió de su padre, que también se dedica a lo mismo.
La jornada comienza a las 5:00 de la mañana. A esa hora, seis hombres estaban listos para extraer el producto de las colmenas que están ubicadas en unos terrenos de bastante vegetación y altura en la carretera del Litoral, en la jurisdicción de Conchagua.
Previo a ello, se colocan los equipos de protección, que incluyen un sombrero, redes para el rostro, guantes y un traje especial que les permite, durante horas, soportar el calor, el zumbido de las abejas y, sobre todo, las picaduras.
Otras herramientas que usan son un molino para sacarle la miel a los panales, una mesa para seleccionar dichos panales, que son de acero inoxidable, una cuchilla, olotes y los utensilios que usan para generar el humo que ayuda a ahuyentar un poco a las abejas. A ello se suman una casa malla que armaron para hacer el proceso de la extracción en el molino, para después colocar la miel en botellas grandes.
Algunos de los trabajadores tienen dos, tres y hasta diez años de dedicarse a la extracción de miel. A ellos ya no les preocupan las picadas y lo dejaron claro, pues los que se quedaron en la casa malla solo se protegieron el rostro y cabeza, usaron un pantalón de manta flojo, camisas mangas largas y el cuello cubierto. Manifestaron que no usaban guantes, porque era menos la cantidad de abejas que les picarían ahí en el lugar.
Los recipientes con miel fueron trasladados a a la casa para luego iniciar el colado de la miel y dejarla lista para ser llevada a los clientes.
Por encargo
El producto, por lo general, ya está encargado a la hora de procesarlo y las plazas a las que llega son los mercados de La Unión y mayoritariamente San Salvador.
En la capital, los empresarios la compran por quintal para exportarla a Alemania.
Guevara dijo que este año ha caído el precio de la miel, pues el año pasado pagaban el quintal a 110 dólares, mientras que ahora el precio es de 60 dólares.
“Bajó el precio porque el año pasado, en Sonsonate, la abeja se pegó en maicilleras y esta desprendió un líquido que lleva como agua de miel, que hace feo el producto y dañó toda la miel que tenían y por eso hubo pérdidas y no exportaron. Hoy la están pagando así, barata”, dijo.
Junto a Guevara laboran Nelson Coreas, quien se encarga de destapar los cajones y sacar los panales para revisar si están listos, mientras que Fredis Hernández, de 19 años, le quita lo sellado, es decir, la cera a los panales en una mesa. Tiene cuatro años de estar a cargo de esa tarea.
Joel Amaya es el encargado de mover el maneral del molino para sacarle la miel a los marcos o panales y después colocar las botellas y ser almacenadas.
“Las picadas que nos dan inflaman las manos o la parte que pican, pero eso no impide seguir con la jornada de trabajo”, dice Joel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario