martes 30 de enero de 2018
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Mel d´Ontinyent @Meldeontinyent
El probiótico de la
colmena
Bacterias que aumentan
la inmunidad
¿Qué son las bacterias "matadoras de calor"?
Implicaciones de la
miel cruda versus la miel refinada
Probióticos de las
flores
Otra explicación para
el colapso de la colonia de abejas
Transmisión de los
probióticos de la miel a los seres humanos
Miel cruda y azúcar en sangre
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Mel d´Ontinyent @Meldeontinyent
PROBIÓTICOS EN LA MIEL NATURAL
26.01.2018
La miel aporta muchos beneficios para la salud y la ciencia apenas está comenzando a descubrirlos. Ahora, una nueva investigación revela que la miel cruda también tiene propiedades especiales de estimulación inmunológica gracias a un probiótico presente en el néctar y el polen de las plantas, que las abejas transportan a la colmena.
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Diversas investigaciones han
demostrado que la capacidad de la miel para estimular el sistema inmunológico
tiene mucho que ver con el hecho de que los néctares de las flores contienen
polifenoles vegetales y otros fitoquímicos. Ahora podemos añadir otra
razón que justifica la capacidad de la miel de estimular el sistema inmunológico: una
bacteria probiótica particular endémica entre las abejas melíferas.
El descubrimiento y estudio de este probiótico
revela una serie de elementos clave con respecto a la miel y las abejas
melíferas, con respecto a la digestión de la fructosa y hasta el colapso de la
colonia de abejas melíferas.
La bacteria probiótica es la Lactobacillus kunkeei. Esta bacteria se
estudió inicialmente en el proceso de elaboración del vino, porque a menudo se
encontraba cuando este se estropeaba durante el proceso de fermentación.
Pero recientemente la
Lactobacillus kunkeei se ha encontrado también entre las abejas melíferas, y un
nuevo método de secuenciación empleado en la Universidad de la Prefectura de
Hiroshima ha encontrado que esta bacteria probiótica no sólo es utilizada por
las abejas melíferas: también está presente en la miel, el polen de abeja y la
jalea real producida en la colmena.
Esto significa que al
comer miel cruda, podemos estar consumiendo también esta bacteria probiótica.
¿Es bueno para nosotros?
Para investigar los efectos de
esta bacteria probiótica, los investigadores mencionados anteriormente primero
probaron dos cepas de la bacteria Lactobacillus
kunkeei en células dentro del laboratorio. Cuando las células fueron
expuestas a la bacteria Lactobacillus
kunkeei YB38, matada previamente por calor, estas iniciaron una respuesta
con Inmunoglobulina A (IgA), lo que significa que los procesos de
inmunidad de las células se habían estimulado.
Los investigadores entonces
dieron 1,000 miligramos de Lactobacillus
kunkeei YB38 matado por calor a 11 adultos sanos durante un mes. Los
investigadores encontraron que el
Lactobacillus kunkeei YB38 aumentó las concentraciones de IgA de saliva,
lágrimas y secreciones gastrointestinales, genitourinarias y respiratorias entre
los sujetos. Esto significa que estimuló significativamente el sistema
inmunológico.
Los investigadores confirmaron el
descubrimiento con esta información:
"Este es el primer informe que analiza la microbiota de la miel y
la jalea real y demuestra la eficacia del L. kunkeei de los productos de la
abeja en el sistema inmune de los humanos."
Decíamos que las bacterias de la
miel probadas en el estudio anterior fueron eliminadas por calor. Esto
significa que las bacterias fueron calentadas primero hasta el punto en que
murieron. En este estado las bacterias
ya no consumen alimentos (etapa conocida como fermentación). Tampoco producen ácidos ni
sustancias antibióticas, como los probióticos vivos. Pero cuando una bacteria es eliminada
por calor, "muere luchando" y produce una serie de ácidos y sustancias
antibióticas para protegerse de su inminente muerte. Esta es la razón por la
cual una bacteria muerta por calor todavía puede provocar inmunidad: Los
productos químicos inmunoactivos están presentes en sus restos.
Esta eliminación de Lactobacillus kunkeei por calor es lo que ocurre normalmente en la
mayoría de la producción de miel convencional, ya que la miel convencional se
calienta y luego se filtra. Este proceso de calentamiento permitirá que la miel
pase más fácilmente a través de un filtro para que las partículas no deseadas
puedan ser eliminadas.
Sin embargo, una miel cruda verdadera no se calienta, ni se filtra. Esto
significa que una miel cruda contendrá las formas vivas de esta bacteria
probiótica que estimula el sistema inmune.
La existencia de este probiótico
puede explicar por qué la miel cruda no sólo es inmunoestimulante, sino también
antibiótica. Y se debe a que los probióticos segregan numerosos compuestos
naturales para eliminar las bacterias que amenazan sus territorios.
Por otro lado, la miel también
contiene fitoquímicos del néctar de las plantas que estimulan el sistema
inmunológico. De hecho, otras investigaciones han demostrado que aquella
procedente de plantas que estimulan la inmunidad (como las flores de Manuka)
tiene más propiedades antimicrobianas que la miel de las abejas que cosechan
plantas comunes.
Las abejas almacenan la miel como
fuente de energía para el invierno, cuando teóricamente no tienen de qué alimentarse. Pero las flores parece ser que
proporcionan algo más que el polen y el néctar: también proporcionan las
bacterias imprescindibles para el almacenamiento y la protección de la miel.
Una abeja sana produce miel mezclando
el néctar de las flores con su saliva, regurgitándola a continuación e
intercambiándola colectivamente con otras abejas (trofalaxia). Este proceso mezcla el polen
y el néctar con las bacterias probióticas de sus jugos digestivos,
protegiéndolas así contra enfermedades. Sin embargo, esta protección no sólo
proviene de los jugos digestivos, sino también de las bacterias probióticas que
albergan las abejas. ¿De dónde sacan esta bacteria?
Varios investigadores de la Stellenbosch University, en Sudáfrica, estudiaron numerosas cepas de L. kunkeei, recolectadas de flores, miel
y de la producción de vino. La parte llamativa del estudio es que las flores se
analizaron recogidas en fresco, directamente de la planta. En otras palabras, se
descubrió que la bacteria L. kunkeei
tiene una relación simbiótica no sólo con las abejas y por lo tanto con los
humanos, sino también con las flores, que por medio del néctar, proporcionan
bacterias a las abejas.
Las bacterias probióticas ofrecen
numerosos beneficios a sus huéspedes. Estos incluyen proporcionar una función
antibiótica directa, ayudar y estimular el sistema inmunológico, y proporcionar
enzimas para la digestión junto con otros productos químicos utilizados por el
metabolismo del huésped.
Esta investigación sobre las
bacterias presentes en las abejas demuestra que la bacteria L. kunkeei proporciona actividad
probiótica a las flores que contienen néctar. Y esto significa que las abejas
no sólo están recolectando el néctar y el polen de las flores: también están
recolectando estas bacterias beneficiosas, que proporcionan servicios
probióticos a la colmena.
Después de encontrar no menos de
66 cepas de L. kunkeei entre las
colmenas de las abejas melíferas, los investigadores de la Universidad de
Stellenbosch llevaron a cabo un estudio para probar una enfermedad patógena que
amenaza a muchas colmenas en todo el mundo.
El patógeno infeccioso es el Melissococcus pluton, causante de una
enfermedad de las abejas melíferas llamada Loque Europea, y señalada también
como una de las manifestaciones involucradas en el colapso de las colonias de
abejas.
En dicho estudio los
investigadores encontraron que L. kunkeei
mató con éxito y por lo tanto proporcionó propiedades antibióticas contra el
patógeno Melissococcus pluton. El mecanismo para la función antibacteriana de L. kunkeei era que producía un péptido
antibacteriano.
Y aunque L. kunkeei no es la única bacteria probiótica que las abejas melíferas
utilizan en sus colmenas, este estudio abre una nueva posibilidad para entender
el colapso de las colmenas: la eliminación de aquellas bacterias que las abejas
usan para prevenir la infección.
¿Supone esto un avance muy
grande? La realidad es que los pesticidas y herbicidas también tienen la
habilidad única de matar bacterias junto con las plagas (muchas de las cuales
son microscópicas) que intentan combatir. Esta eliminación inespecífica se
puede comparar con la forma en que los antibióticos pueden eliminar el
contenido probiótico de nuestro intestino.
En el néctar recogido por la
abeja melífera, los beneficios probióticos proporcionados por la bacteria L. kunkeei se transmiten entonces a los
seres humanos que cosechan la miel almacenada en la colmena. Y por supuesto a
los que comen esas mieles crudas, sin calentar ni filtrar.
Al igual que otras bacterias
probióticas, estas bacterias producen ácido láctico y ácido acético, los cuales
ayudan al pH correcto de nuestros tractos intestinales. Estos ácidos también
crean un ambiente que ayuda a prevenir el crecimiento de muchos tipos de
bacterias patógenas y levaduras.Miel cruda y azúcar en sangre
Los probióticos nos ayudan a
digerir y procesar nuestros alimentos y L.
kunkeei también puede realizar esta función. Los investigadores de la
Universidad de Stellenbosch encontraron que la bacteria L. kunkeei se alimenta del complejo D-fructosa, que proporcionan
los néctares de flores y las mieles. Este hecho revela el beneficio de comer
miel cruda y al menos una razón por la que la miel es una de las formas más
saludables de edulcorantes en términos de control del azúcar en la sangre. El
hecho de que estas bacterias se alimenten de la fructosa significa que también
descomponen la fructosa que puede ser responsable, en sus formas puras, de aumentar nuestro nivel de azúcar en la
sangre.
En otras investigaciones se ha
demostrado que la fructosa de la fruta cruda contiene fibras complejas que
ayudan a prevenir la aparición de la fructosa en la sangre.(?) Este proceso se ve
retrasado aún más por los probióticos intestinales que se alimentan de la
fructosa, rompiendo así estas cadenas de polisacáridos en componentes sanos
como los ácidos lácticos y los ácidos acéticos.
Pero la miel proporciona otro
nivel por encima de esto (siempre que se consuma miel cruda, no procesada): entrega
los probióticos que reducen la absorción de fructosa. Esto también proporciona
el eslabón perdido que demuestra que la suplementación probiótica mejora la
respuesta fructosa/glucosa.
FUENTES CONSULTADAS:
- http://agris.fao.org/agris-search/search.do?recordID=US201600255806
- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26121394
- https://link.springer.com/article/10.1007/s00284-008-9202-0
- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21478398
- http://myscienceacademy.org/2015/10/31/raw-honey-contains-probiotic-that-boosts-immunity/
- http://wineserver.ucdavis.edu/industry/enology/winemicro/winebacteria/lactobacillus_kunkeei.html
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