Jueves 7 de junio de 2012
http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/17/05/2012/c5h044.html
Jueves 17 de mayo de 2012
http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/17/05/2012/c5h044.html
Jueves 17 de mayo de 2012
La apicultura, de crisis en crisis
Los costos siguen en alza y el clima pone las condiciones. Se necesitan alrededor de 40 kilos por colmena para subsistir, pero en la última campaña el promedio fue de 14 k/c. La paradoja: Todo se produce en el marco de uno de los mejores precios internacionales de la historia. Guillermo D. Rueda grueda@lanueva.com.ar
El panorama de los productores apícolas de la región sur del sudoeste bonaerense no es el mejor.
La primera lectura para describir esta crisis la impone el clima que, desde 2009, ha retornado a árida una zona con características semiáridas, en un formato que solo se apreció por inusuales lluvias de las últimas décadas.
"El condicionamiento climático derivó en un promedio de producción de 14 kilos por colmena en esta campaña; incluso, algunos apicultores solo lograron 4 o 5 kilos", dijo el consultor Anselmo R. Martz quien, además, posee alrededor de 900 colmenas en Teniente Origone, aproximadamente a 70 kilómetros de Bahía Blanca.
En un segmento que podría ubicarse entre 1975 y 2005, en los distritos de Villarino y de Patagones se alcanzó un promedio de 63 kilos por colmena. Ya en 2010 se advirtió una caída de hasta 45 k/c, que se acentuó, ahora, con aquella cifra de 14 k/c.
"Hoy se requieren 40 kilos para equilibrar los costos. Por eso es que la rentabilidad desapareció", agregó Martz, en diálogo con "La Nueva Provincia".
"Los números de la última campaña fueron un golpe final para muchos y un gran desánimo para otros. Es que luego de adaptarse a los cambios, a la falta de población y de polen, cambios de genética, alimentación, trashumancia y suplementación se cometieron errores que repercutieron en los rindes", explicó Martz.
El marco paradójico que contiene la actividad apícola es que el precio internacional de la miel no es malo; es, acaso, uno de los mejores de las últimas décadas.
"Si bien estamos ante la presencia de un dólar deprimido, el precio actual de la miel es bueno", aseguró Martz, quien suele dar charlas del sector en todo el país (este fin de semana estuvo en Castelli, Chaco) e, incluso, en Méjico y en el Brasil.
También sostuvo que ante las autoridades nacionales se realizaron planteos, como la eventualidad de eliminar los derechos de exportación (del 10%), aunque se presume que eso conllevaría un conflicto con otras producciones como la yerba o el limón; también se reclamó por la agilización de gestiones para derribar los aranceles a fin de ingresar el producto a Europa.
"Otra alternativa son los subsidios, pero definitivamente no sirven; solo contribuyen a que nos peleemos entre los apicultores", comentó.
"Salida diferencia serían los créditos, pero con la rentabilidad actual un crédito gratis es caro", entendió.
La primera lectura para describir esta crisis la impone el clima que, desde 2009, ha retornado a árida una zona con características semiáridas, en un formato que solo se apreció por inusuales lluvias de las últimas décadas.
"El condicionamiento climático derivó en un promedio de producción de 14 kilos por colmena en esta campaña; incluso, algunos apicultores solo lograron 4 o 5 kilos", dijo el consultor Anselmo R. Martz quien, además, posee alrededor de 900 colmenas en Teniente Origone, aproximadamente a 70 kilómetros de Bahía Blanca.
En un segmento que podría ubicarse entre 1975 y 2005, en los distritos de Villarino y de Patagones se alcanzó un promedio de 63 kilos por colmena. Ya en 2010 se advirtió una caída de hasta 45 k/c, que se acentuó, ahora, con aquella cifra de 14 k/c.
"Hoy se requieren 40 kilos para equilibrar los costos. Por eso es que la rentabilidad desapareció", agregó Martz, en diálogo con "La Nueva Provincia".
"Los números de la última campaña fueron un golpe final para muchos y un gran desánimo para otros. Es que luego de adaptarse a los cambios, a la falta de población y de polen, cambios de genética, alimentación, trashumancia y suplementación se cometieron errores que repercutieron en los rindes", explicó Martz.
El marco paradójico que contiene la actividad apícola es que el precio internacional de la miel no es malo; es, acaso, uno de los mejores de las últimas décadas.
"Si bien estamos ante la presencia de un dólar deprimido, el precio actual de la miel es bueno", aseguró Martz, quien suele dar charlas del sector en todo el país (este fin de semana estuvo en Castelli, Chaco) e, incluso, en Méjico y en el Brasil.
También sostuvo que ante las autoridades nacionales se realizaron planteos, como la eventualidad de eliminar los derechos de exportación (del 10%), aunque se presume que eso conllevaría un conflicto con otras producciones como la yerba o el limón; también se reclamó por la agilización de gestiones para derribar los aranceles a fin de ingresar el producto a Europa.
"Otra alternativa son los subsidios, pero definitivamente no sirven; solo contribuyen a que nos peleemos entre los apicultores", comentó.
"Salida diferencia serían los créditos, pero con la rentabilidad actual un crédito gratis es caro", entendió.
Empresa.
"Hoy se habla cada vez más de los costos, porque no alcanzan y están muy altos. La apicultura es una verdadera empresa y yo ya no soy el dueño de mis colmenas, sino que son los números los que mandan", dijo Martz.
"Ya lo vemos en los grandes negocios, donde todo pasa por los costos, la capacitación, la eficientización y la información", sostuvo.
"Hay que estar asociado y así poder compartir con colegas experiencias que redunden en rentabilidad; está claro que solo en los costos no está la solución", agregó.
De todos modos, aclaró: "Cuando no hay producción, no hay manera de resistir... por más que nos asociemos, nos fundiremos todos".
Dentro de este panorama, existe una visión optimista respecto de lo que está por venir.
"Lo que debemos hacer, y en eso estamos trabajando contrarreloj, ya que el gobierno nos invitó, es juntarnos a través de las distintas mesas apícolas. Debemos ir y decir: `Acá estamos; ¿Y ahora qué?' Bueno, en esta lucha hay que estar juntos", contó Martz.
"Hoy se habla cada vez más de los costos, porque no alcanzan y están muy altos. La apicultura es una verdadera empresa y yo ya no soy el dueño de mis colmenas, sino que son los números los que mandan", dijo Martz.
"Ya lo vemos en los grandes negocios, donde todo pasa por los costos, la capacitación, la eficientización y la información", sostuvo.
"Hay que estar asociado y así poder compartir con colegas experiencias que redunden en rentabilidad; está claro que solo en los costos no está la solución", agregó.
De todos modos, aclaró: "Cuando no hay producción, no hay manera de resistir... por más que nos asociemos, nos fundiremos todos".
Dentro de este panorama, existe una visión optimista respecto de lo que está por venir.
"Lo que debemos hacer, y en eso estamos trabajando contrarreloj, ya que el gobierno nos invitó, es juntarnos a través de las distintas mesas apícolas. Debemos ir y decir: `Acá estamos; ¿Y ahora qué?' Bueno, en esta lucha hay que estar juntos", contó Martz.
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