Dulces sueños: apicultura argentina con el techo de la demanda aún lejos
El apicultor José Ringuelet repasa las claves de la producción, consumo y exportación de miel local y anima a los agricultores a dejarlos entrar a sus campos a polinizar.
En enero de 2018 Argentina volvi
La reconversión de la producción agrícola y ganadera ha afectado la apicultura y se suma a otras cuestiones que amenazan la actividad. Sin embargo, en Argentina todavía viven de la producción de miel más de 23.000 familias con casi 4 millones de colmenas. Argentina, una producción anual de 75.000 toneladas (los líderes son China con 440.000 toneladas y Turquía con 88.000), es el tercer productor de miel mundial y también el tercer exportador.
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En enero de 2018 Argentina volvió a venderle miel a Brasil después de 10 años, un mercado que había cerrado por cuestiones sanitarias y al que se había llegado a exportar 1300 toneladas de miel por año. Sin embargo, más allá del potencial que ofrece el mercado internacional, los apicultores locales sueñan con aumentar el consumo local que es ínfimo.
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Podríamos diferenciar tres tipos de apicultores: el que sólo trabaja los fines de semana hasta 50 colmenas, el mediano que necesita otro trabajo también con de 50 a 400 colmenas y el profesional que tiene que tener más de 500 colmenas para sobrevivir”, contó el ingeniero agrónomo apicultor José Ringuelet, de Colmenares Magdalena, que tiene sus colmenas en un campo cercano a La Plata.
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El rendimiento promedio actual por colmena es de 25,2 kilos de miel por colmena (similar a Estados Unidos que está entre 25 y 30 kg). Ringuelet obtiene entre 30 y 40 kilos.
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“Hay mucho potencial lo que nos gustaría es que aumente en consumo interno para vender más miel en el mercado interno porque el apicultor argentino es tomador de precios, no forma precio por más que es el tercer exportador mundial, estamos atados a los dos grandes formadores mundiales de precios que son Estados Unidos y Alemania”, explicó Ringuelet.
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“Lo que le diría al productor que tiene campos es que deje entrar a los apicultores, se hace un contrato y además de la miel le vamos a dejar mayor biodiversidad y la polinización de pasturas y frutales”, motivó el apicultor.
Los principales destinos de la miel argentina son: Estados Unidos (43%); Alemania (21%); España (6%); y Francia (5%). De las 600.000 toneladas que se comercian internacionalmente por año Argentina tiene sólo el 9%. Poco pensando en el 20% que supo tener.
Cada argentino consume 250 gramos por año, muy bajo comparado con lo que consume un norteamericano (750 gramos) o los europeos (1 kilo).
Otra falencia y algo a corregir si se consigue ayuda del estado: Apenas el 1 por ciento de la miel exportada sale envasada, mientras que la inmensa mayoría se va en tambores de 300 kilos.
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